6

606 105 11
                                    

Desde el día que se supo las cosas que nos decían, el director les había "llamado la atención" a todos nuestros compañeros, al igual que a sus padres, por lo cuál no habían vuelto a molestarnos.

Gracias a nuestros padres Eri ya no tenia miedo o vergüenza de mostrar sus cicatrices y yo ya no protestaba cuando me abrazaban o llenaban de besos, me dejaba "mimar" según el pecoso, los mayores parecían felices con nuestro "progreso".

Papá no nos había vuelto a gritar, al menos no enojado, a veces lo hacia pero por las bromas que le hacíamos con Eri, nada serio.

Ahora nos encontrábamos con nuestro papi acurrucados en el sofá mirando una película, el viejo había salido a comprar golosinas y postres, ya que nos habíamos puesto de acuerdo los tres en pedir golosinas.

Cuándo el mayor llegó, dejó la bolsa con todo lo que pedimos frente a nosotros, el pecoso se levantó y se colgó del cuello de papá.

—¡Kacchan tengo frío! –restregaba su cara en su pecho lo que nos hizo reír a Eri y a mi.

—Comportate como un adulto Deku. –sus palabras sonaron a reproche pero estaba sonriendo– ¿No tienes ropa abrigada? Recuerdo verte llegar con muchas bolsas con ropa hace poco.

—Eres cruel Kacchan, –se separó de él y volvió al sofá a abrazarnos– niños su padre es cruel conmigo.

Eri sonrió y yo suspire, mi hermana acarició el cabello con rizos. —Ya, ya, Eri quiere mucho a papi.

—Eri, eres un ángel Eri. –me soltó y abrazó fuerte a mi hermana llenándola de besos haciéndola reír.

—¿No te da vergüenza que tu hija de seis años te consuele Deku? –reí y papá se cruzó de brazos.

Habían ocasiones como estas donde el peli verde se comportaba muy mimado y nuestro padre sólo reía o hacía bromas.

Muy rara vez se enojaban entre ellos, aunque fueran como el agua y el aceite congeniaban muy bien.

—Por cierto papá, ¿cómo fue que te empezó a interesar papi? –vi al pecoso tensarse y mirar de una manera que no logré entender a nuestro padre.

—Pues Deku se hizo el difícil al principio, pero no pudo resistirse a mi, es más él se atrevió a bai... –el grito de un muy alterado pecoso nos sorprendió a todos.

—Ni se te ocurra seguir Katsuki, a menos que quieras reflexionar en el sofá. –el mayor suspiró rodando los ojos con fastidio pero ya no dijo nada– Cuándo sean más grandes les contaremos eso.

—¿A ti te gustó papá desde el principio? –la pregunta de Eri logró sonrojarlo y los tres lo miramos con interés.

—E-Eri, cariño, ¿de verdad estás tan interesada? –mi hermana asintió varias veces con emoción y él suspiró– P-podría decirse que si, los ojos de Kacchan me atraparon al instante, aunque metí la pata apenas abrí la boca.

Papá comenzó a reír y no entendimos, pero ya no preguntamos, quizás algún día nos cuenten su historia. Nuestros padres tenían muchos secretos, pero con Eri jamás pensamos que fuera algo malo, después de todo seguían siendo muy amables con nosotros a pesar de eso.

—Papi, ¿por qué no hemos conocido aún al abuelito? ¿No quiere conocer a Eri y Kota-nii? –frunci el ceño e iba a regañarla pero nuestro padre me detuvo sentándose a un lado mío.

El pecoso también se sentó y abrazo a Eri.— No es así Eri, mi papá esta un poco enojado conmigo, aunque seria mejor decir que no sabe cómo volver a hablar conmigo.

—¿Y por qué? –esta vez hablé yo, el peli cenizo me sentó en su regazo pero no dejé de mirar al peli verde.

—¿Ustedes sabían que yo estuve casado antes de conocer a Kacchan? –ambos negamos– Él era una persona mala, así que me separé de él y conocí a Katsuki cuándo buscaba un abogado. –papá se acercó más a él y lo abrazó– Mi padre no estaba muy contento con lo de que me separara, así que se enojo muchísimo conmigo y ya no me volvió a hablar.

Nuevo Comienzo Where stories live. Discover now