Capítulo 26

35 6 31
                                    

Capítulo 26

❈── ∗ ⋅Deepness⋅ ∗ ──❈

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

❈── ∗ ⋅Deepness⋅ ∗ ──❈

        Viajamos hasta la ciudad de West Hollywood, Dima me dijo que me trajera todas las cosas que tenía en el apartamento, así que tengo esperanza de que sea verdad lo que me ha dicho del motivo de este viaje.

         Han pasado dos meses y medio desde que regresé con él, a decir verdad, no ha sido tan terrible como esperaba, su mayor castigo para mí ha sido no dejarme ver a mi hija, fuera de eso no me ha lastimado o permitido que alguien más lo haga. Es como cuando era niña, viviendo en una prisión llena de lujos y belleza, pero prisión al fin.

         Siento el corazón apretado en mi pecho. Duele lo fuerte que está latiendo. Intento controlarme para no comenzar a llorar. Espero que no esté mintiendo porque no sé qué más podría hacer, que más va a pedirme a cambio.

          Dima coloca su mano en mi cintura, apretándome contra él. —Luces, ansiosa, querida —susurra en mi oído con cierta diversión—, entra a la casa y sube a la segunda habitación de arriba. Anda —da una palmada en mi espalda baja.

         Sin responderle, camino hacia adelante, uno de sus hombres abre para mí. Esta mansión, yo la conozco, es enorme de paredes blancas y elegantes estancias y candelabros. Trago fuerte al darme cuenta, esta es la casa donde crecí.

          Camino dentro de la gran sala de recibo, de frente hay largas y anchas escaleras en espiral de mármol, el mismo material del reluciente piso.

          Con cierto temor, que no he dejado de sentir ni un minuto, aunque deba aparentar estar confiada y segura, avanzo escalón por escalón hasta el segundo piso. Un sin fin de recuerdos atacan de repente mi mente, la niña que un día corría por estas escaleras ha regresado. Jamás pensé que volvería aquí, «¿por qué Dima tiene esta casa ahora?».

         Hay muchas puertas altas de color blanco en el piso superior. Pero, una de ellas tiene un hombre de pie en su entrada, ese era mi cuarto, suspiro.

        Avanzo hacia allá, al verme el hombre se aparta y abre para mí.

         Intento no correr, trago y doy un paso dentro. La puerta se cierra tras de mí. No puedo contenerlo más. Lágrimas se cargan en mis ojos y empiezan a descender en mis mejillas cuando la veo.

         Mi corazón desbocado se tranca en mi garganta. Doy cortos pasos hasta estar frente a la gran cama elegante, aparto el dosel rosa que cuelga del techo.

         Mi pequeño ángel.

         Mis labios tiemblan. Luce bien, gracias a Dios, no parece tener ningún daño, pero su lindo rostro está hinchado con rastros de lágrimas viejas. «¿Qué infierno has vivido, mi ángel?».

#4 DeepnessWhere stories live. Discover now