Prólogo

60 7 0
                                    

Prólogo

         Un libro, algo tan insignificante, hojas de papel unidas con garabatos escritos en él. Pero qué maravilloso es entender esos garabatos, escapas a un mundo donde soñarías estar y te aferras a él, porque la realidad es demasiado cruel para vivirla, necesitas anestesia.

          En este mundo donde estoy, no hay una vida que vivir.

          Mi madre fue una prostituta, forzada por años, estaba bajo el control de una red de tráfico de mujeres, yo nací aquí, nací en un mundo oscuro y sombrío. Un mundo donde sentir dolor se vuelve parte de ti, al punto que te llega a causar una satisfacción mórbida, es una sensación aplastante, porque tu corazón se divide entre la costumbre de cada día y lo que es correcto, pierdes todo sentido de realidad, no sabes quién eres.

          Recuerdo los momentos que pasaba con mi madre, ella me conseguía libros, debí leerlos más de cien veces, eran mis pequeños espacios de esperanza, de compañía, siempre he soñado con conocer el mundo, de saber cómo viven las personas, qué hacen.

          Mi madre decía que afuera hay unos hoyos profundos en la tierra llamados "abismos" donde no puedes ver el final, ella se arrojaba dentro con algo atado que la hacía volar, pero por un largo momento solo caía y caía y eso la hacía sentir llena de vida. Ella decía que yo le hacía pensar en eso, porque cuando estaba conmigo, solo se olvidaba del mundo y caía en un sueño momentáneo, decía que yo le daba vida, como un abismo.

            Perdí a mi mamá a los 11 años de edad, nunca me sentí tan sola, era el único rastro de vida que me quedaba. Aprendí a no sentir, a no pensar, a mover un cuerpo sin vida, a acostumbrarme a la soledad, he crecido abrazada a ella.

           Mis peores pesadillas se hicieron realidad tras perderla, empecé a "trabajar". Mis compañeras de esclavitud solo son fantasmas ambulantes, suplicando que alguien les quite la vida, porque es la única forma posible de libertad.

            Mi cuidadora decía: "Si obedeces y no luchas, todo será mejor..."

           Ahora que lo pienso, he tenido oportunidades de escapar, soy una de las favoritas, mis clientes son los de más alto pago, pero, ¿a dónde iría? ¿Sobreviviría sin Dima? ¿Cómo podría dejarlo? Esta es mi vida, todo por lo que nací. No consideras algo malo cuando no has conocido nada más, no tengo nada que extrañar o anhelar de afuera.

            —¿Nadia? —me llama, Sky—, ¿qué estás haciendo? Tienes que salir.

            —Solo pensaba —respondo. Un pequeño quejido se escapa de mis labios cuando intento ponerme de pie, las náuseas son cada vez peores.

            —¡Hey! ¿Estás bien? —se acerca—, luces, pálida, la noche está suave, deberías descansar.

            Niego y me pongo de pie. —Dima se molestará si no voy.

             —Eres su favorita, estarás bien.

             Otro fuerte mareo me golpea, haciendo que caiga en la silla. —Te haré caso, sal ahora o te meterás en problema.

             Sky asiente, se arregla el vestido escarchado y sale del cuarto. Pasan algunas horas y el malestar hace que me duerma... Ferozmente, soy sacudida, abro los ojos para ver a Sky, aterrada, frente a mí. —¡Despierta, Nadia! Viene hacia acá, no puede verte dormir.

              Antes de que pueda incorporarme, mi proxeneta (1), Dima, aparece en la habitación con dos hombres más a su espalda, soy casi exclusiva para él, le pertenezco, así que tengo ciertos privilegios que otras no.

#4 DeepnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora