#4 Deepness

Capítulo 34

Capítulo 34

❈── ∗ ⋅Deepness⋅ ∗ ──❈

       La reunión culminó hace unas horas, al salir, Mishaal nos informó que mi identidad como Nadia fue eliminada por completo, oficialmente, soy Deepness Cote, no estoy segura todavía de como me hace sentir, pero ahora solo quiero descansar por un momento de todo esto.

       Ya es de noche y tarde, así que ya estoy en la habitación que se me ha asignado. El cuarto es pequeño con paredes grises, la cama matrimonial está pegada a la pared, de frente hay un pequeño mueble con un televisor y un par de gavetas, y del otro lado hay un armario.

         No extraño ni un poco el lujo en el que estuve, este pequeño cuarto, aunque temporal, es mi lugar favorito en este momento, un pequeño refugio de descanso y seguridad en medio de esta tormenta.

          Tocan la puerta despacio, le dije a Zeth que si decidía continuar nuestra relación o de cierta forma iniciarla, debía volver a la habitación que un día compartimos, esta noche. Después que salimos de la reunión, subí aquí y solo he estado esperando por un rato, así que realmente espero que sea él.

         Aunque no mentía cuando dije que respetaría la decisión que tomara, espero y deseo de todo corazón que se quede conmigo, con nosotras. Este recinto, donde estamos, es muy grande, estaba diseñado para albergar a una unidad entera de agentes, así que le dieron la habitación del frente a Agatha.

          Sin embargo, está ahorita conmigo solo por hacerme compañía. Aunque antes dormíamos juntas en la cabaña, todo este tiempo separadas hizo que se acostumbrara a estar sola, y yo prefiero que se mantenga así, es más sano para ambas. Hemos aprendido a las malas que la vida da muchas vueltas.

         La dejo sentada en la cama y me levanto para abrir la puerta.

          Mi corazón se queda atorado en mi garganta cuando veo a Zeth de pie con su bolso colgando en la mano, intercambiamos miradas un segundo y me hago a un lado para dejarlo entrar. Tras él, cierro la puerta.

          De inmediato, deja caer el bolso al suelo, al verlo, una enorme sonrisa se dibuja en el rostro de Agatha, se queda muda mirándonos a ambos en espera de una explicación.

          —¿Qué estás viendo? —le pregunta Zeth, haciendo referencia al pequeño televisor.

          —Un recital de Glen Gould (1) —responde ella.

          Zeth voltea hacia mí y señala la cama. —¿Puedo?

          Intento ocultar mi sonrisa y asiento. —Es tu habitación —le digo.

           Él asiente con el fantasma de una sonrisa en sus labios, arrima el bolso a una esquina y se sienta junto a Agatha, juntos siguen viendo el recital, pero, ahora los ojos de ella brillan.

           Supongo que nosotros hablaremos luego, no hay mucho más que decir, mi planteamiento fue específico y el hecho de que esté aquí deja todo perfectamente claro, y eso es algo que me gusta de nuestra relación.

           Zeth se hace a un lado y me mira, ese segundo en que nuestros ojos se encuentran es toda la paz que necesito para el resto de mi vida. Me acerco a él, sentándome a su lado, recuesto mi cabeza en su hombro y suspiro mientras los tres nos relajamos con el recital de piano.

            Un segundo de calma en medio de la tormenta o al menos justo antes de iniciarla...

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