—Sé claro y especifica –le digo con mi cabeza jodida.

—Quiero decir que el asesino de Allegra es diestro y el de este tipo es diestro, un diestro puede atacar de manera rápida la yugular cuando ataca desde atrás o delante, mientras que un zurdo no –todos quedamos estáticos en nuestros lugares.

—Perfecto, ahora sabemos dos cosas: uno que la cabra tiene el anillo de All y dos que no es una, son dos cabras —digo riendo –¿quieren café o algo de tomar? –preguntó levantándome.

—Café –el único que me pide algo es Klaus.

Me dirijo a la cocina a buscarlo, no puede ser, ¿qué diablos hacemos?, sé que di la iniciativa, pero joder, ahora que sé que no solo se trata de una sola persona me asusta, podemos terminar muertos o algo así. Llegué a la cocina y puse la cafetera a hacer el café, apoyé mi espalda en la mesa de la isla y me quede mirando un punto vacío en la pared, escuché que la puerta de la cocina se abrió, pero no le preste atención hasta que Athan se colocó frente a mí.

—Quiero un poco de café –dice mirándome directamente a los ojos, igual que yo a él.

—Cuando esté podrás tomarlo –le digo apretando mis labios.

—Okay –dice poniéndose a mi lado –esperaré.

Quedamos en silencio, lo mejor es que la cafetera no tardó en hacer el ruido de que el café ya estaba listo, tomé tres tazas y las dejé sobre la mesa, busqué la cafetera y solo serví dos tazas, dejé a un lado la cafetera y le agregué solo un poco de azúcar a las tazas, Athan miraba cada movimiento que hacía, siento que me analiza como si mis movimientos le fueran a decir algo importante o interesante sobre mí.

—Sírvete el café que quieras –le digo tomando las dos tazas con la disposición de salir de la cocina.

—¿No me servirás tú? –al escucharlo preguntar eso me detuve.

—Por supuesto que no, eres más que capaz de hacerlo por ti mismo –le digo girándome hacia él, empezando un duelo de miradas, pero él lo rompió cuando me quitó las dos tazas de las manos –¿qué te pasa?, da... –no dejó que terminara pues tomó mi cara y unió nuestros labios.

Sé que esto está mal, pero lo que está peor es que le respondí el beso y no lo aparte, con una de sus manos sostuvo mi cara y con la otra me mantuvo quieta de la cintura, yo por instinto lo tome de la nuca y enrede mis dedos en su cabello, por Dios ¿qué estoy haciendo?, recordé como me ha hecho enojar en tan solo un día y medio, y lo separé, me quede observándolo, tomé las tazas y salí casi huyendo de la cocina, ¿por qué hizo eso?

Llegue donde los chicos y él apareció dos minutos después con una taza, yo le había dado una de las tazas a Klaus, seguimos buscando pistas en los archivos hasta que fueron las 8:00, era momento de que fuéramos a la policía para las declaraciones, aún no habíamos desayunado, pero no importaba porque nuestro apetito era nulo.

Antes de salir los invité a que fuéramos a almorzar a mi casa, que pasáramos una tarde tranquila y algo despejada, yo me fui con Klaus en su auto, Mauro y Nadia en el auto del primero y Noah en el suyo, ah, sí cierto, Athan se largó en el suyo al hospital pues al parecer tenía trabajo. No tardamos mucho en llegar, en la entrada nos esperaba mi madre con cara de enfado, ya que odia esperar, le encanta que todas las personas sean puntuales, pero su hija no lo es.

Llegamos a donde ella se encontraba y nos introdujo inmediatamente al interior del departamento de policías, los chicos fueron primero que yo, uno por uno entró, es estúpido que nos traten así sabiendo el lazo que teníamos con Allegra. Cuando llegó mi turno me tense, ya sé que me tienen en la mira y espero que eso desaparezca por completo después de que hable, entre a la habitación y me senté junto a mi madre, el oficial se sentó delante de nosotras, lo primero que pidió fue que relatara mi parte de los hechos y así mismo lo hice, mientras él tomaba apuntes.

—¿Entonces, usted dice que solo la encontraron por coincidencia? –dice el oficial cuando finalice.

—Sí lo quiere tomar de esa manera sí –le respondo.

—¿Y por qué debo creer eso? –me ataca.

—¿Está queriendo acusar a mi cliente? –dice mi madre, metiéndose.

—Solo hago mi trabajo.

—Pues hágalo bien –le dice mi madre algo irritada.

—Con todo el respeto que se merece –digo llamando la atención de ambos –como ya he dicho solo quería sexo y hemos subido, si yo fuera la asesina hubiera matado a Noah por igual para que son saliera en búsqueda de alguien, como también tendría algo contra mi difunta mejor amiga o más bien hermana, así que para varear deben de dejar sus estupideces y creer que he sido yo o Noah –le digo con toda la calma del mundo –repito, iba a follarme a Noah Hill y nos encontramos el cuerpo, su desespero por buscar a alguien culpable que no es culpable métanselo por el... –mi madre me corto.

—Creo que es suficiente y bastante claro –me dice atacándome con sus ojos, el oficial estaba algo asombrado.

—Pues sí me disculpan pase un muy bonito día –le digo levantándome y saliendo de la habitación, mi madre salió atrás de mí.

—Sara Cole Werner –escucharla decir mi nombre completo me detiene, ella adelantó su paso y llegó hasta donde me encontraba –increíble actitud, creo que eso lo has heredado de mí –me dice colocando una de sus manos en mi hombro izquierdo.

—Debí de tenerlo, ya que le dejaste el físico a Giles –le digo soltando una pequeña risa tímida.

Buscamos a los chicos y todos juntos nos fuimos a mi casa, ya que de estar declarando y respondiendo preguntas uno a uno hizo que el tiempo pasará rápido y llegara la hora de almorzar, cuando llegamos a casa Ares corrió directo a mí, creo que me he portado muy mal con él, acaricié su melena y reí, ya se me iba de la mente que él me llena de amor y fortaleza.

Giles no estaba, tenía trabajo en el hospital y también ayudaría en la escuela de los niños autistas, en la noche de la recaudación se obtuvo mucho dinero, diría que lo suficiente como para que ninguno de los niños tenga algún problema con lo que necesiten. Los chicos ayudaron a poner la mesa, mientras que yo le servía la comida a mi bebé, pues Giles me dijo que no había comido mucho por lo mimando y acostumbrado que está a mí.

Dejé a Ares comiendo, me fui a lavar las manos y me senté junto a los demás a comer, comimos con mis padres los cuales no son unos estirados (aunque a veces sí), pero saben tener sus mentes abiertas con nosotros que somos jóvenes y nuestras conversaciones.

—Sara, queremos que pases por el bufete sino es mucho pedir –dice mi padre dándole un bocado a su pollo.

—¿Cuándo? –pregunto antes de tomar agua.

—Hoy en la tarde o mañana en la mañana, como creas que sea más cómodo –dice con un tono dulce.

—Está bien –le digo y seguimos comiendo.

Los chicos sacaron temas como las bromas que solíamos hacer en el internado, sí un internado, aquí en la ciudad hay uno prestigioso que por supuesto los hijos de "élite" (que para mí es una porquería) asisten siempre a él, nunca nos acoplamos así que hacíamos mucho caos allí, las personas nos tenían tachados como las seis cajas de Pandora, nunca sabían cómo reaccionaríamos y por supuesto nunca nos expulsaron gracias a nuestros queridos padres.

Esa etapa fue sin dudas divertida, pero gracias al cielo había terminado, ¿se imaginan que siguiéramos siendo los mismos críos?, no, el único estatus que mantenemos es el de que conseguimos lo que queremos cuando lo queremos, puede que no nos guste presumir el dinero, pero en cuestiones de antojos, fetiches y caprichos somos los peores sin duda, nunca nos cansamos hasta que obtenemos lo que deseamos.

Terminamos la comida en risas melancólicas, pues culminamos nuestras anécdotas con las travesuras de All, esas que solo le contaba a alguno del grupo, ella era extraña, pero extraña en el buen sentido de que siempre quería sorprender y créanme que siempre lo hacía, hasta ahora después de muerta.

Un Crimen Perfecto (libro 1)Where stories live. Discover now