Crisis de Nova: Jueces

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     Las armaduras de los caballeros del Sol Naciente eran doradas y relucientes como el oro. Muy diferentes a las armaduras de Valkya: negras, afiladas y escalofriantes.

Cyprian estaba caminando junto a Dante, Hylond y Rylond cuando pasó por la torre de mensajería y uno de los encargados le entregó una carta para que se la diera a su padre. La carta provenía de las Aldeas Nova y tenía el sello de Jarrod Crawl el Trepador, un guerrero hábil de la zona. A Cyprian le pareció muy extraño que la carta fuese sellada por Jarrod en lugar de su tío Mandorf, el señor de las Aldeas Nova.

«No pensé que Jarrod supiese escribir», pensó Cyprian. En toda su vida solo había visto al hombre dos veces. Era poco más que un niño la última vez que lo vio, y seguía teniendo la misma imagen de él: un bárbaro aterrador y poco amistoso. Se dirigió junto a los valkyanos al despacho de su padre y le entregó la carta. Tenía curiosidad por saber qué decía, así que se quedó. El rey Needorf recorrió las líneas escritas con tinta negra en el pergamino mientras fruncía el ceño. Cuando terminó de leerla la arrugó...

—¡Maldito seas, Trepador! —gruñó el rey.

—¿Qué ocurre, padre? —preguntó Cyprian.

—Desgraciado —dijo el rey Needorf—. Jarrod Crawl nos traicionó.

—¿Nos traicionó? —Cyprian no lo podía creer.

—Asedió las Aldeas Nova —agregó Needorf—. Tiene a Mandorf como rehén.

«Una rebelión —pensó Cyprian—. Es la primera vez que veo a Padre enfrentar una».

—Le diré a Darvill —dijo Needorf—. Le ordenaré que me traiga a Jarrod vivo para enseñarle modales.

A Cyprian se le ocurrió algo en ese momento: Darvill Chard estaba muy ocupado y los hermanos Nakiuz iban a ser nombrados caballeros, les faltaba juramentarse ante el Dios del Sol. Tal vez esa podría ser una misión para probar qué tan buenos soldados podrían ser.

—Padre —le dijo Cyprian a Needorf—, deja que yo me encargue de esto.

El rey Needorf sonrió y le palmeó el hombro...

—Sé que quieres hacer algo por tu reino —le dijo—. Pero esto es diferente.

—¿A qué te refieres con diferente? —preguntó Cyprian—. Es una rebelión.

—Jarrod consiguió el apoyo de muchos campesinos, y tal vez un buen número de caballeros —agregó Needorf—. El movimiento se hace llamar la Revolución de la Luna, son muchos.

—Es exactamente lo que quiero —replicó Cyprian—: quiero un reto. Quiero algo para probar que merezco ser el hombre que algún día gobernará EastWall.

—¿Desde hace cuánto te interesa saber si mereces o no gobernar EastWall? —preguntó el rey desconcertado.

—No lo sé —mintió Cyprian. «Eka me dijo hace un tiempo que solo estaba con EastWall en las buenas, y que debía volverme más fuerte si quería ser un buen rey»—. Además, Hylond y Rylond necesitan algo para empezar como caballeros.

—¿Antes de juramentarse?

—Exacto: así podremos probarlos antes de juramentarlos.

Hylond y Rylond fruncieron el ceño; no estaban muy seguros de la idea de Cyprian. Dante sonrió, como de costumbre.

—No puedo dejar que te arriesgues de esa forma, Cyprian —le sermoneó Needorf—. Darvill y los guardias Reales se encargarán. Es un asunto delicado. Después atraparás criminales.

Confrontación de Mundos [IronSword / 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora