Cyprian contra Dante

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     El día había llegado. Noam, Aimer, Jeriko, Koru y Raven se preparaban para partir. Gary había ordenado que se les ensillaran los caballos y les dieran provisiones para poco más de dos semanas. Tendrían que llevar una carreta para llevar los cadáveres de cerdo y gallináceas saladas que comerían durante el viaje. Les empacaron además unos barriles con vino y armas extra.

Todos estaban en las afueras del Centro de Navegación, Gary y Dust los estaban despidiendo.

—¿Seguro que no quieres venir? —le preguntó Aimer a Dust.

—Sí. Fue una gran aventura —respondió Dust—. Pero mi hogar es aquí. No los olvidaré, muchachos. Si quieren volver a navegar, no duden en buscarme.

Aimer se abalanzó hacia él y lo abrazó con fuerza.

—Gracias por todo —le dijo—. Desde que me ayudaste en el desierto hasta que nos acompañaste a ese viaje casi suicida.

—Cuida a tus amigos, Alteza. —Dust le acarició con ternura los cabellos rubios. Le había tomado un cariño especial a la joven reina.

—Lo haré.

Noam, Jeriko y Koru se acercaron a él y le estrecharon la mano uno por uno.

—Cuídense, chicos —les dijo Dust.

—También tengo que agradecerte por salvarme —le dijo Koru.

—No te preocupes, hice lo que tenía que hacer. —Dust sonrió.

Montaron los corceles y emprendieron la marcha. Se perdieron en el horizonte, y Gary y Dust seguían fuera del edificio.

—Dust —llamó Gary—, escribe una carta, tráela para firmarla y ponerle mi sello, y envíala lo antes posible al rey Cyprian Hart. Dile que la reina gerakiana y el VI Salvador van a EastWall.

—De inmediato, mi lord —respondió Dust mientras se dirigía adentro del edificio a escribirla.

***

Pasó una semana desde que Dante fue sido liberado. Tenía que estar en todo momento junto a Cyprian; excepto cuando dormían, pero sus alcobas estaban cerca.

Como Dante le había sugerido, Cyprian había dormido y comido más. Se sentía mucho mejor; antes estaba estresado y con constantes migrañas, pero el descanso y la mejor alimentación lo habían fortalecido.

Cuando estaban libres, Dante siempre caminaba junto a él, contando chistes de mal gusto; Cyprian apenas lo toleraba. Pero el día se acercaba. Dante enfrentaría a Cyprian para probar sus habilidades.

—¡Estoy emocionado! —dijo Dante. Estaba sentado junto a Cyprian en su oficina, siempre escoltados por guardias.

—No te apresures. Todavía estoy pensando si pelearé contigo —respondió Cyprian mientras acomodaba unas cartas en su escritorio—. Tengo muchas cosas que hacer. ¡No puede ser! Breed y Nikko deben regresar mañana. La campaña se prolongó más de lo que esperaba. Qué bueno que volverán.

—Estimas demasiado a Breed Eckard —replicó Dante, luego rió—. Tú, Lynus y Breed: mocosos en la vanguardia de la guerra.

—¿Mocosos? —le preguntó Cyprian—. ¿Cuántos años tienes tú?

—Veintitrés. Soy mayor que tú.

—Solo en edad —replicó el rey de EastWall—. Pero sigues actuando como un niño.

—¡Quiero pelear contigo! —Dante se estiró en la silla—. ¡Quiero ver qué tan fuerte te has vuelto en los últimos años!

—¡No desafíe al rey! —le gritó uno de los guardias.

Confrontación de Mundos [IronSword / 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora