Capítulo 43

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—Tu novio apuesto está abajo. 

Shay y yo nos miramos al segundo. Mi tía Susana simplemente atinó a fruncir el ceño y salió sigilosa de la habitación. 

—No voy a bajar —sentencié y crucé mis piernas en un intento de controlar la emoción que comenzaba a emerger. Sabía que no importaba lo enojada que estuviera con él, me encantaba verlo; siempre había sido así. 

Shay se burló y bajó de la cama. 

—Por supuesto que vas a bajar. Venga, ambas sabemos que no te puedes resistir a él. 

—Claro que puedo. 

—No, no puedes. Tú y millones más. 

Cuando vio mis intenciones de lanzarle una almohada, Shay salió apresurada de mi habitación. No, me dije a mí misma. Me rehusaba a bajar, a hacer un esfuerzo por verlo cuando él no lo hizo durante los días que pasó ignorándome. Además, si Harry creía que no notaba lo evasivo que era en cuanto a la canción que compuso, estaba muy equivocado. Ya estaba harta de dejar pasar aquello. 

Me acomodé mejor en mi cama porque creía que si me ponía lo suficientemente cómoda, mis ganas de bajar y verlo disminuirían. A decir verdad, sí estaba cómoda, estar en pijama todo el día era lo que más disfrutaba y lo merecía. Había pasado un semestre de mierda con miradas que me juzgaban al pasar, entrenamientos pesados y exámenes que pasé por muy poco. 

Mis planes de relajarme desaparecieron cuando Shay volvió a abrir la puerta de mi cuarto. No estaba sola, Harry venía detrás y desde mi lugar pude notar lo nervioso que estaba. Bien. Yo me enderecé, no quería que mi gota de felicidad y emoción por verlo se notaran, se supone que estoy enojada. Maldito fuera por ser tan guapo. 

—Como puedes ver, Harry, Ana si está —dijo Shay después de entrar. 

Yo la miré con coraje. Odiaba cuando se ponía así. Aunque sabía que tenía las mejores intenciones para que Harry y yo nos arregláramos. Segundos después, mi prima salió de la habitación y tenía la sospecha de que estaba detrás de la puerta para escuchar todo. Era tan chismosa. 

Como no quería espectadores, le hice a Harry una seña para que no abriera la boca y él me obedeció. Decidida me levanté de la cama, caminé de puntillas hacia la puerta y la abrí abruptamente. Estaba en lo correcto, Shay no se había movido del pasillo y al verme dio un salto. 

—¿Necesitas algo? —le dije brusca. Shay comenzó a revolver sus manos nerviosa y yo enarqué una ceja—. Largo. 

Obediente, Shay se alejó por el pasillo y yo no dejé de verla hasta que se encerró en su habitación. Al entender que ya no había nada más que impidiera hablar con Harry, me puse nerviosa y no sabía por qué. Cerré mi puerta, inhalé hondo y lo encaré cruzándome de brazos. Harry simplemente bajó la mirada. 

—Me sorprende verte —empecé a decir con tono sarcástico—. Ya te iba a denunciar como desaparecido. 

—Ana... 

—Entiendo que estés ocupado, de verdad que si, grabar un disco no debe ser para nada sencillo y supe en lo que me estaba metiendo cuando decidí salir contigo... pero maldición, Harry, ¿no puedes tomar tu teléfono y responder mis mensajes? —frené, no quería comenzar a alzar la voz—. ¿O es solo a mí a quien no respondes? Al parecer Zack puede ir y... 

—Zayn le dijo a Zack que viniera a mi casa, no yo. 

—Ah, vale, eso arregla todo —contesté enojada porque me había interrumpido. 

Harry alzó la vista hacia el techo y se tomó su tiempo para hablar. 

—Lo siento.

—¿Es lo único que dirás? 

Fool's Gold [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora