El chico de los laureles [Omegaverse | KageHina]

25| "That doesn't mean we didn't try to get there"

No todos los capítulos tienen canciones. Por favor, evitar dar spoilers si has leído la historia en su anterior publicación.

—Ya dije que lo sentía —volvió a decir el Omega, observando la figura del Alfa frente a él ignorarlo—. Kageyamaaa.

—Dije que aceptaba tus disculpas, no entiendo por qué sigues aquí.

—¡¡Justamente por eso!! ¡¡Sigues siendo muy brusco conmigo y eso es raro desde que aceptamos que éramos almas gemelas!!

Los ojos azules del Alfa se enfocaron en Hinata, quien dio un salto en su lugar por un segundo. Tenía una mirada gélida, molesta. Había visto eso destellar en sus ojos cuando algunos de los guardias o demás personas de la casa comentaban algo sin pensar, pequeñeces, pero para Kageyama eran importantes.

En más de una ocasión se topó con ese tipo de mirada. Muchas veces, de hecho.

Pero nunca antes se dirigió hacia él. Era una sensación distinta, inquietante. Y eso le molestó porque no había sido su culpa. La discusión era por una tontería y no entendía por qué debería seguir disculpándose cuando claramente él es la víctima en todo el asunto.

Kageyama no quería aceptar sus disculpas. Y él se estaba cansando de rogar. El Alfa fue quien irrumpió su sueño, donde soñó con su familia. Concretamente, con su hermana pequeña.

Se puso a pensar en cómo es que habría cambiado o si ya se habría presentado. Todas esas cosas que se había perdido por estar en la mansión. El tiempo que debían de recuperar una vez ambos se volvieran a ver y deseaba que ahora, más que nunca, se cumpliera.

El cumpleaños de su hermana se estaba acercando. Solo faltaban dos semanas y nada le haría más feliz que volver a verla. Y, parece que a Kageyama se le hizo raro verlo así y, si te pones a pensar en profundidad toda la situación, todo era culpa del Alfa.

¿Quién demonios se pone a mirar fijamente a una persona dormir y se le ocurre que la mejor idea es llevar un vaso de agua consigo?

Sus instintos reaccionaron, estrellando la mano del Omega contra la cara de Kageyama, rompiendo el vaso en el proceso y cortando por el impacto la nariz y mejillas del pelinegro.