13| "So should we admit that we've both had enough?"

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No todos los capítulos tienen canciones

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No todos los capítulos tienen canciones. Por favor, evitar dar spoilers si has leído la historia en su anterior publicación.

Estaba inquieto al punto de no haber podido dormir en más de dos semanas (cada noche, sin falta), teniendo bolsas bajo los ojos no muy profundas y la sensación de que se estaba olvidando de algo, pero esperaba que ya parara.

Quería dormir. En serio.

—¿Mala noche? —se preguntó a sí mismo levantándose de la cama—. Son dos semanas enteras —se respondió pasando una mano por su cabello desordenado.

En el espejo del baño pudo ver su reflejo, sintiendo pena hasta de su propio reflejo al ver su imagen. ¿Se descuidó tanto alguna vez? No, estaba seguro de que alguna vez le pasó algo similar, pero no llegó a este extremo.

Estaba pálido, mucho más de lo normal. Había perdido peso a pesar de los pocos bocados que había estado comiendo a lo largo de las semanas. Y masa muscular, porque veía un poco más el hueso de su clavícula que antes.

Además, sus labios se secaban con mucha más facilidad y se le estaba comenzando a hacer una manía el pasar la lengua sobre ellos para refrescarlos. A veces sentía que su temperatura aumentaba, ardiendo casi en fiebre, pero no lo era. Síntomas extraños que no iban de la mano con los síntomas de un próximo celo.

Normalmente, tendría dolores musculares, un hambre voraz, pesadillas cada noche, un constante deseo de buscar y llamar al alfa con el que estaba vinculado; sobre todo tendría desespero por las miradas imaginarias que sentía y rehuiría del tacto de cualquiera.

En especial de su escolta, quienes lo perseguían junto a sus respectivas parejas ante el menor cambio rígido en su aroma.

Sin embargo, esta vez era muy distinto. El hambre prácticamente se había evaporado de sus funciones vitales. De no ser por Yachi, habría muerto por falta de sólidos en su sistema. Su cuerpo dolía y se cansaba fácilmente y la razón era no comer casi nada.

Las pesadillas iban y venían. También, había buscado el contacto de la mayoría de los guardias, llegando al punto de pedirles que permitieran a sus parejas Omegas dormir con él algunas noches antes de su insomnio. No servía de mucho, pero al menos había ruido en el silencio de la habitación.

El chico de los laureles [Omegaverse | KageHina]Where stories live. Discover now