Paso 9: La pareja la formáis vosotros dos, nunca olvides lo que importa

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Tres días antes de la boda.

Jiang Cheng llegó a Gusu tres días antes de la ceremonia, siempre desechando convencionalismos y siempre obsesionado por controlar cada detalle por ínfimo que fuera. Bastante habían tenido su hermano y su cuñado con lograr que no se presentase con una semana de antelación para ponerse a decorar y cocinar él mismo. Menos mal que Lan XiChen se propuso no permitírselo, y Lan XiChen podía ser muy persuasivo cuando quería. Gracias a esas habilidades diplomáticas suyas, Wei WuXian seguía vivo y Lan WangJi no había iniciado una guerra sin cuartel contra Yunmeng Jiang. Gracias también a eso mismo el condenado regalo no había acabado en el fondo de los lagos del Muelle del Loto. Lo negaría todo si se lo preguntaban, claro está, pero en su equipaje, en el fondo más hondo de su bolsa qiankun, llevaba cierta bolsa de terciopelo traída desde Dongjing. Suspiró mientras enfundaba a Sandu, intentando olvidar por todos los medios posibles ese hecho. Cada vez que lo recordaba se ponía rojo sin justificación aparente. Por el rabillo del ojo, en lo que se desvanecían los destellos morados que hacían las veces de su séquito, captó el revoloteo de las túnicas blancas. Aunque no lo supo, a recibirle no solo acudió su prometido, también su familia en el sentido más espiritual de la palabra. Los tres fantasmas que no abandonaban a ZeWu-Jun ni a sol ni a sombra tampoco podían dejar de ir a buscar al líder más joven, menos aún si ambas acciones iban implicadas la una en la otra. 

El líder de Yunmeng Jiang aterrizó a las puertas mismas de los Recesos de la Nube con su expresión severa de siempre pintada en el rostro, la que había heredado de su madre pero que cierta sombra azul en sus ojos matizaba. En cuanto vio a su prometido frente a él, sonriéndole con esa dulzura de siempre aderezada con la emoción que envolvía la proximidad de la ceremonia, se suavizó. Aunque en Yunmeng podían permitirse evitar ciertas formalidades, los Recesos de la Nube eran una cuestión un tanto distinta. Que él se hubiese librado de tener que tratar con los horrores de un Consejo de Ancianos respirándole en la nuca no quería decir que Lan Huan pudiera imitarle. El uno frente al otro, se dedicaron una ligera y educada reverencia solo por tener cerca a los centinelas de Gusu, por mostrar y recalcar que seguían siendo dignos líderes de su respectivas sectas. No dejarían de serlo bajo ningún concepto, ni comprometidos ni casados. Aunque eso tampoco evitaría que se demostrasen cariño con la sutileza que les caracterizaba. Nada más alzar la cabeza, Lan XiChen tomó la diestra ajena entre sus manos y se la acercó a los labios, saludándole con un beso en los nudillos.

A pesar de no ser unos sinvergüenzas redomados como cierta otra pareja, tal gesto obligó a los centinelas a apartar la vista, sonrojados. Allá a lo lejos, Madam Yu bufó, Jiang FengMian sonrió y Jiang YanLi le imitó.

-WanYin, bienvenido. -Musitó con infinito cariño, labios contra piel, solo para que sus oídos escucharan. Jiang Cheng acabó por ceder y esbozar una media sonrisa, incapaz de esconder lo emocionado que también él se sentía-. ¿Cómo ha ido el viaje?

-Dejando a un lado que la humedad de Gusu me hiela al volar, todo bien. 

Al contestar, como para reforzar su afirmación, sacudió ligeramente sus cabellos. En la punta de los mechones negros que escapaban de su moño e incluso delicadas sobre sus densas pestañas se habían condensado pequeñas gotitas escarchadas. La cálida capa que cubría sus hombros se había humedecido un poco al sortear las nubes, pero ni siquiera resultaba un peso extra gracias a los talismanes tejidos en ella. Gran punto para Lan XiChen, que fue quien se la regaló. Lo hizo justo con ese propósito, el de permitirle volar a Gusu con mayor comodidad durante los gélidos inviernos y el de protegerle durante las cazas nocturnas, donde a veces esgrimía la espada y el látigo sin preocuparse por su integridad física. Aun así, el líder Jiang sin duda agradecería un té caliente para liberarse de aquel frío húmedo que le llegaba hasta los huesos. Por momentos como aquellos, inviernos como aquellos, los fantasmas casi se alegraban de haber dejado de sentir.

Cómo ganarte a tus suegros sin saberlo [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora