Paso 7: A veces solo debes aceptar la gratitud que se te ofrece

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Penúltimo mes antes de la boda, día 25.

-¡XiChen!

-¡ZeWu-Jun!

Sandu refulgió sobre el firmamento estrellado. Descendió como la centella violeta que sucede al rayo, el trueno que parte por la mitad el estruendo de voces discordantes. Zidian había mandado por los aires a más de la mitad de los atacantes del Xue Mudan, tan veloz que ni víctimas ni verdugos lo vieron venir. Cuando Jiang WanYin aterrizó y bajó de su espada con un elegante salto, su rostro oscurecido era mil veces más aterrador que cualquier posible amenaza que pudieran emitir aquellos desgraciados seguidores de Jin GuangYao. Estaba furioso, y los que se habían atrevido a intentar dañar a su familia pagarían con creces las consecuencias de su rabia. Jiang FengMian, arrodillado al lado del caído primer jade, contempló a su feroz hijo con una mezcla de sentimientos a caballo entre la inquietud y el orgullo. Era un calco de su madre, de esa cólera pasional pero calculadora capaz de destripar a cualquiera. No quería ni imaginar el miedo que debían de estar pasando los receptores de esa mirada.

Una no tan diminuta parte tanto de él como de la dulce Jiang YanLi creía que se lo merecían.

Debido al efecto sorpresa de Zidian, al golpe recibido y al dolor lacerante que paralizaba su brazo, Lan XiChen había caído al suelo de rodillas. Ahogó un quejido al morderse los labios cuando una mano apretó la sangrante herida. Los ojos que se fijaron en la silueta de Jiang Cheng jamás la abandonaron. Su familia política fantasmal —en agradecimiento quizá por haber protegido a Jin Ling o por mera preocupación por su persona— había tomado posiciones a su lado. Yu ZiYuan y Jin ZiXuan se les unieron nada más llegar. La Araña Violeta se quedó en pie al lado de su propio hijo, aportándole a Zidian el poder incorrupto de su alma, mientras que el fallecido Jin hizo lo propio con el suyo. Jin Ling ahora contemplaba los acontecimientos confuso después de haber acabado de culo en el suelo, sin saber que estaba entre las almas de sus padres, que los tenía a su lado protegiéndole. Él solo era capaz de contemplar con preocupada admiración la recta y firme espalda de su tío, de asombrarse ante los amenazantes rayos que despedía su látigo. Aunque en ningún momento había llegado a librarse del temor que atenazaba su corazón y sus extremidades (porque recibir un atentado contra tu vida en nombre de tu tío el loco psicópata muerto nunca es agradable) sintió cierta tranquilidad instintiva al ver dibujado el contorno de las inconfundible túnicas violetas y captar el efímero resplandor de la campana de claridad, ese que siempre parecía dispuesto a decir "todo irá bien". Lan XiChen compartió ese sentimiento. Una sonrisa agotada se abrió paso en sus labios ante la llegada de su prometido.

Estaban a salvo.

Por supuesto, Jiang Cheng no llegó solo. Lan JingYi, Lan SiZhui y Jin Chan se apresuraron a formar a modo de barrera en torno a sus líderes. Las bengalas que habían ardido en el cielo trajeron a varios escuadrones de discípulos Jiang, Lan y Jin, todos dispuestos a atacar bajo las órdenes de Sandu ShengShou y a acatar cada uno de sus comandos. Si antes la facción terrorista de Lanling se había creído superior o había optado por contar con la ventaja de los números, ahora se daban de bruces contra un muro tricolor, contra las más de cincuenta espadas apuntadas en dirección a sus gargantas. Desde el suelo, el portavoz del Xue Mudan había recibido de lleno el letal ataque de Zidian. Emitió un gemido entrecortado de dolor y se revolvió, pero no fue capaz de levantarse. El oro quedó manchado de barro y sangre, de la sangre de Lan XiChen. La mirada de Jiang WanYin se afiló hasta acabar convertida en una peligrosa línea amatista que solo prometía muerte. Estaba furioso, y tenía justo delante al culpable de esa furia con la que camuflaba el miedo que sentía, el que como líder de secta no podía permitirse manifestar... de momento. A su lado, Yu ZiYuan apoyó una mano en su hombro. Quién sabe si Jiang Cheng pudo llegar a sentir esa efímera muestra de cariño maternal. (Porque así serían siempre las muestras de cariño maternal de la Araña Violeta: cortas, rápidas y secas.)

Cómo ganarte a tus suegros sin saberlo [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora