Kuroo

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Participé en un Challenger por el cumpleaños de Kuroo, que iba sobre qué creíamos que haría si no hubiera ido por la carrera de reclutador para la selección japonesa y esto, fue lo que salió...


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Soy la reina de mi propio mundo incluso puedo correr encima del agua.
Puedo restaurar los huevos que caen al suelo
¡Incluso puedo llegar a ser una astronauta! 
Si tan solo sigo juntando todas las piezas que caen del cielo entonces estoy segura que algún día llegaré hasta ese lugar... ¡Pondré mi bandera!
Así que ponte esos jeans rotos, y contén esas lágrimas mientras el viento sopla.
Mientras los suspiros hondos vienen, uno a la vez, ¡Ponte en guardia como un boxeador!
                
                                                   Yuki





— Entonces, a menos que estés planeando buscar a Batman para matarlo, no uses una base más clara que tú piel. Recuerda hidratarte y por mucho que odien esos granos, no los pellizquen.

El hombre sonrió a la cámara, agitando en su mano una bonita brocha brillante de unicornio. Giró un par de veces su perfil par mostrar el trabajo terminado. Ojos profundos con delineado perfecto.

— Y recuerden. Si aman a alguien, llévenlo a su librería favorita. Si se sienta a su lado es suyo, si pregunta qué están haciendo ahí, nunca lo fue.

Terminó el vídeo con un guiño. Agitando pestañas cubiertas por una mascara azul y labios rosados.

— ¿Qué te parece?

— Eres tan bella como la hermana que nunca tuve y nunca quise, pero aquí estamos. 

— Yo también te amo, Ken.

El chico tarareo sin quitar los ojos de su juego. El mayor guardando en un baúl colosal la enorme cantidad de maquillaje. Profesional y de fantasía, de efectos especiales e infantil. Podría guardar dentro una puerta que fuera a Narnia y aún habría espacio para sus boas multicolor que tanto odiaba su padre (y había quemado en una hoguera en nombre de todo lo bello, por el amor de dios) y aún quedaba espacio. Quizá podría meter dentro a su querido amigo para no tener que cargarlo como un costal de papas.

— ¿Vienes conmigo? Estoy seguro que habrá mucha gente que se alegrará de verte. Eres como un dios para los adolescentes.

— Uso un pseudónimo por una razón, Kuroo. Si quieren hablar conmigo, pueden unirse a mí en mi próximo streaming.

— Como quieras. Si no llego tarde, traeré algo de comer. Dios sabe que no te alimentarias de forma decente ni aunque te diera vidas extra. 

— Tengo bocadillos en mi escritorio. Comeré algo cuando termine de editar tu vídeo y lo haya subido. — giró a ver al mayor, pensativo. — ¿Estás seguro que estás listo para eso?

— No... — Él respondió porque, bueno, por qué mentiría si se sentía más nervioso que nunca en su vida. — Por eso estoy haciendo esto.

No se había sentido tan nervioso desde que su padre se enteró de su elección de carrera. Desde que pensó que la mano que se levantaba era para lastimarlo. Para echarlo de su vida.

Respira

Somos la sangre que corre por nuestras venas...

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