Semi

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Últimamente he estado entrando en varios concursos, quien este en ánimo Haikyuu en español, puede encontrarme ( y seguirme *guiño, guiño, guiño*) aquí debíamos escoger una canción y dibujar, editar o escribir basado en lo que se decía en la misma. Como soy un asco dibujando, editando y en todo, decidí hacer mi oneshot basado en la canción de Zoe, love para participar. 
Hace poco leí un fic de kyle-bronte con temática espacial, más pertenecía a otro fandoom, pero como quiero evitar problemas con lo que a plagio se refiere. Hablé con esta querida muñequita, quien me dijo que no le molestaba en lo absoluto tomar la temática y me dio su bendición.

Gracias, linda, eres un amor. ( Vayan a darle amor, se lo merece)



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La sensación de vértigo le remolineaba el estómago. No esperaba ser sorprendido por una lluvia de meteoritos, menos que esta terminara por dañar uno de sus propulsores. Pero la pequeña estrella en la que había decidido aterrizar para ahorrar combustible se desvió de su órbita, llevándolo en un cuadrante no tan conocido.

Wakatoshi se la pasaba diciendo: deberías venir a shiratorisawa. Todo el tiempo. Semi sentía que lo había escuchado incluso más veces que el himno nacional de su país o incluso más veces que la cuenta regresiva antes de un despegue.

Había pensado visitarlo al menos una vez antes de retirarse y vivir una larga, aburrida y placentera vida como Terrano, pero el destino había decidido llevarlo antes de lo que él había previsto. 

Aumentaba la velocidad y podía ver su nave cubrirse en luz y polvo de estrellas al entrar en la atmósfera del desconocido planeta en el que se obligó el aterrizaje forzoso. ¿Qué más daba donde estaba? Su misión se había cumplido sin retraso y al informar su precoz deceso, el Coronel Tanji Washijō no parecía molesto, después de todo, siempre le había dicho que podía hacer lo que quisiera siempre y cuando mostrarse resultados. 

Sentía un poco de resentimiento ya que había sido destituido por el novato Kenjirou, quien era un excelente miembro pero solo hacia lo que se le ordenaba, al contrario de Semi, quien sentía necesidad de mostrar su valía, por lo cuál le habían encomendado esa misión.

Resopló con frustración, la presión hacía que se le taparan los oídos y el agudo sonido martilleándole los tímpanos no era nada agradable.  El impacto llegó y con él una luz cegadora. Soltó sus cinturones de seguridad y observó por la ventana. Era un planeta extraño, pero interesante. No sabía si la atmósfera sería gentil y respirable así que salió con su enorme casco bien puesto y su grueso traje espacial.

Anémonas flotaban, pululando la nave, dejando un halo de luz tras ellas. Estaban brillando y todo lo que tocaban también.

Paseo los ojos por el extraño cielo morado pastel, ¿Lila? Quizá, rosado. No estaba seguro, pero era hermoso.  Las montañas se mostraban majestuosas, como gelatina fresca de limón. Temblaban ligeramente y podía ver, lo que él identificó como topos, hacer túneles tornasol en el Interior. El efecto transparente duraba un momento y luego pasaba a verse de un sólido verde mostacho.

Giró la vista, una vez más, y divisaba diferentes criaturas volando o tal vez flotando, quien sabe. A lo lejos había un campo de ¿Flores? Tal vez sería lindo ver el atardecer desde ahí. Pensó. 

Camino asombrado por largas horas, hasta que el cansancio comenzó a sentirse en sus piernas.  Se extraño, ya debería haber empezado a ocultarse el sol, pero cuando eso estaba sucediendo, uno nuevo lo estaba reemplazando, por lo que tuvo el placer de ver el amanecer y atardecer en cada polo de ese extraño planeta al mismo tiempo.

A la cartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora