Bokuto🖤 Oikawa

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Hacia calor. El ruido por los sartenes chocando entre sí era ensordecedor. Había aroma a comida, los cuchillos cortando y las palabras del encargado sonaba cantado las comandas pedidas.

Era un día muy atareado. El restaurante estaba lleno de parejas que celebraban el día felices y asquerosamente enamorados. Tooru quería lanzarles la comida encima y gritarles que podían morirse a la vuelta de la esquina.

Iwaizumi se había comprometido hace un par de días dejándolo como el único en el grupo que aún seguía soltero y haciéndole saber lo solitaria que era su vida. Seguían siendo amigos. Si, pero verlos acaramelados entre ellos lo ponía demasiado incómodo.

Tenía citas cuando quería, salía con quien estuviera en turno y disponible pero nada serio y eso le había cansado.

Llevaba un platillo a la cocina. Sonreía y coqueteaba con quien se le diera la oportunidad; los buenos tratos daban buenas propinas.

Entró a la cocina descaradamente y dejó el plato en la ventanilla.

— Este corte está mal hecho — tarareo maliciosamente mientras miraba esa espada ancha tensarse y girar con molestia. Amaba eso.

Bokuto tomó su cuchillo y caminó a la ventanilla.

— ¿Que hay con él? — gruñó mirándolo fijamente con sus enormes ojos dorados.

— Te pedí un corte azul — siguió sonriendo pícaro

Bokuto arrugó el ceño. Tocó con su dedo el corte del plato y le miró con furia — Está azul

— El comensal dice lo contrario 

El semi-albino bufó — Oikawa ¿Puedes decirles a esos idiotas que un corte azul siempre lleva sangre? — soltó cansino con molestia en su voz

— Quieren lucirse con sus parejas, Bo-chan. No es mi culpa que quieran pedir el corte que se oye mejor.

Oikawa vio a Bokuto jugando con el cuchillo, girándolo con sus dedos. Sabía que no debía meterse con él una: porque si un cocinero podía hacer eso tenía la experiencia suficiente con el objeto y dos: para lograrlo debió practicar, por consiguiente cortarse muchas veces en el intento. Nadie quiere meterse con alguien que no le teme al dolor.

Bokuto sostuvo el cuchillo por el mango y le apuntó con éste al castaño — Uno de estos días te voy a dar duro, Oikawa.  — gruñó con los dientes apretados. Tomó el plato y echo la carne nuevamente a la parrilla.

Oikawa se regocijo viendo al gran hombre volver a trabajar. Tenía un gusto enfermo rozando al masoquismo por discutir con el semi-albino. Sabía que no debía pero amaba hacerlo rabiar casi igual, incluso más que a Iwaizumi.  Terminaría con la nariz sangrando o alguna costilla rota pero le gustaba la sensación de peligro al acercarse a él.

— Oikawa — escuchó tras él— No deberías molestar a Bokuto, es más grande y fuerte que tú. Saldrás perdiendo

— Que te digo Sawamura-kun. Una aventura es más divertida si huele a peligro. — agregó moviendo los hombros.

Sawamura sabía que había algo más y ahí pero no quería admitirlo. También era raro en Bokuto aguantar tanto, no lo culparía si echaba al castaño al bote de basura y lo rodaba colina abajo. Él mismo se vio tentado más de una vez.

Miró a Oikawa degustarse escudriñando a Bokuto de arriba abajo poniendo atención especialmente en lo ajustada que estaba su mascota en las piernas. Definitivamente ahí había algo más. Negó con la cabeza y siguió en lo suyo.

La noche termino y Oikawa despidió cordialmente a la última pareja que dejaba el restaurante antes de cerrar por fin la puerta al público y comenzar a limpiar.

A la cartaWhere stories live. Discover now