Bokuto 🖤 Kuro

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Él olía a flores


Nunca había visto tantas flores juntas. Colores diversos y muchas especies. No podría nombrarlas todas aunque pasará su vida en ello, pero quién llamó más su atención no fueron esas lindas plantas.


Había comenzado a vivir en esa casa y la soledad que sentía le enfriaba cada vez más el corazón.

Su abuela había fallecido hace unos meses, heredó la casa de ella.

Solía estar tan llena de vida cunado ella estaba ahí que al llegar y ver todas esas plantas muertas y el polvo acumulado le hicieron caer en la realidad; su abuela no iba a volver y no podía hacer nada para remediarlo.


Recorrió el pueblo tratado de recordarlo. Hacia tanto tiempo que no lo visitaba como era debido.


Sus ojos bailaban aquí y allá. Él era distinto pero las calles seguían siendo las mismas, tal vez uno que otro local había sido remodelado. Otros, los más nuevos. Eran negocios de gente más joven.


Un arcoíris llamó su atención y no pudo evitar dejarse atraer por su hermosura. Era un pequeño vivero que presumía sus bonitas plantas dentro y fuera del lugar. Bokuto paso la mano por los delicados pétalos recordado las dulces palabras que su abuela le dedicaba.


— Robaras la vida de las flores si maltratas sus pétalos. — No recordaba que su voz fuera tan profunda.


— Eh...?


— Ah, lo siento

No era una flor, y sus colores no eran como el arcoíris pero, en ese lugar no había flor que brillara más que él. 

Era como un espíritu del bosque y Bokuto no pudo evitar caer entre sus enredaderas.


Se acercó lentamente y tocó su mejilla. Era cálida y suave, en un bonito color rosado. — ¿Eres real?

Lo miro con sorpresa para después sonreírle con ternura — ¿Buscas algo en especial? Puedo ayudarte a encontrar lo que necesites. Mi nombre es Tetsurō Kuroo y ... Oye ¿Me estás escuchando?


— Acepto.

La forma en que se conocieron era única y difícil de olvidar. Kuroo solía mencionarselo a Bokuto de vez en cuando y reían por eso.


Pasaron juntos los días hasta convertirse en meses. Bokuto siempre iba al vivero y a Kuroo le encantaba su compañía. Le explicaba el nombre de las plantas y que cuidados necesitaban.

Más allá de un simple cliente Bokuto comenzó a meterse poco a poco en el corazón del moreno y le cantaba. Sus días eran más brillantes aún y cunado afuera estuviera un temporal.

— ¿Entonces cada flor dice algo? — cuestionó curioso.

— Es más complicado que eso. No es que diga algo si no que, es lo que las personas quieren transmitir y no tienen palabras para hacerlo.  — respondió suave mientras humedecía las hojas de una Hortensia con un atomizador.


Al principio Bokuto compraba las plantas que le gustaban. Las llevaba a casa y cuidaba como Kuroo le decía pero, los últimos días Kuroo las escogía y se las regalaba.

— Y... ¿Si quiero decir que te amo? — susurró. Estaba recargado en la mesa apoyando la mejilla en su mano, observando al moreno. 


Kuro lo miró anonadado — Eeeh — rascó su nuca y trato de controlar los nervios que le golpearon. Bokuto siempre era muy directo y las palabras le salían a borbotones. No necesitaba flores. — Muchas personas — siguió — No tienen el valor de decir lo que sienten con palabras y... E-es importante saber lo que dicen las flores.


— Dime — se acercó y rozó con sus dedos la mano del moreno. — ¿Si quiero decir que te amo?. — la distancia era más corta y Bokuto pudo sentir el delicioso aroma de las flores en el moreno. Amaba eso.


La campanilla sonó anunciando un nuevo cliente. Kuroo fue rápido a atenderlo.


...


— Rayos eso debió ser raro. — gruñó. Caminaba a su casa ya que el pedido de aquel cliente era grande y no quería estorbar.

Iba bastante resignado y sintiéndose idiota por lo que estaba apunto de hacer. Se detuvo en la entrada y observó todas esas bonitas flores que había traído del local de Kuroo poniendo especial atención a las que él le regaló.


Primero le dio unos Clematis blancos seguido unos azules. A un lado estaban unas amapolas y la última que recibió era un Aciano.

Se sentó en la mecedora pensando. Eran bonitas flores aunque personalmente no las habría escogido. Le gustaban más las flores llamativas de diferentes colores y formas.

Sacó su celular y comenzó a teclear los nombres esperando saber su significado.


Sus ojos se abrieron a la par. Leyó y releyó lo que decía una y otra vez. Buscó imágenes de flores para asegurarse de no había error.


Ahora se sentía más idiota que hace un momento.

...


Kuroo despertó ese día con algo lastimándole el corazón. Hubiera querido tener el coraje de contestarle a Bokuto. Si tuviera el valor suficiente no hubiera tenido que refugiarse en las flores. Suspiró.

Tomó la pequeña regadera que usaba para regar las plantas y la lleno de agua. La campanilla sonó y volteó para saludar al recién llegado —  Bienve...


En la puerta estaba Bokuto sonriente y deslumbrante con un enorme ramo de flores en sus brazos. Tenía camelias, gladiolos multicolor, narcisos y claveles rodeando las flores.


— Kuroo ... — se acercó hasta donde estaba y se hincó frente a él. — Acepta esto por favor.


El moreno se quedó pasmado mirando las bonitas flores. ¿Cómo podría rechazar eso? Era imposible. Sujetó el ramo y lo abrazó en su pecho.

— Me encantan, gracias.

Bokuto no pudo contenerse más y saltó sobre el moreno para aspirar su delicioso aroma.


Él olía a flores
Y Bokuto amaba la primavera




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>Clematis: "Me encanta tu forma de pensar". En color blanco significa espero poder llegar a tu corazón y el azul, espero tocar la fibra sensible.

>Amapola: "Estemos juntos lo antes posible".

Aciano: "Mi amor es puro y limpio"

Camelia: Me siento orgulloso de que me hayas elegido a mí.

 Gladiolo: "Me has llegado al corazón.
El multicolor es un amor fuerte con un toque de locura.

Narciso: "Te deseo, desfallezco de amor".

>Clavel: "Soy tu esclavo".




A la cartaWhere stories live. Discover now