11. La pre boda

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— ¡Ahí está el novio!—saludo a Adam, apenas lo veo.

Una sonrisa se forma en sus labios, mientras sus brazos se enredan alrededor de mi cintura. Me abraza con tanta fuerza que es capaz de levantarme del suelo.

— ¡Ahí está mi invitada de honor!

Acababa de llegar a Cabo San Lucas, el lugar donde sería la boda. Había sido un viaje muy largo, con varias escalas pero al final lo había conseguido. Apenas pise un pie en México ya había un auto esperándome para transportarme hasta Cabo, directamente al hotel.

 Y mentiría si dijera que el hotel era genial, era más que genial, era fabuloso. Jamás había venido a Cabo San Lucas, pero definitivamente ahora era uno de mis lugares favoritos.

—Te acompañare a tu habitación. —Me dice y presiona el botón de llamado en el elevador. — ¿Lista para la cena?

—Sí, me daré una ducha rápida y me arreglaré. ¿Qué hay de ti? ¿Nada de nervios por la boda?

—Jodidamente nervioso. —Me responde, riéndose. —Creo que esta noche no voy a poder dormir, ni siquiera puedo dormir con Behati, ¿Quién creo esa tradición que el novio no puede ver a la novia?

Viro mis ojos, riéndome de él.

— ¿Por qué estás tan nervioso? Tranquilízate, creo que has hablado más de cien palabras en diez segundos.

— ¡Porque mañana me caso, Meggy! ¡Mañana me caso! Es mucha presión para un hombre como yo.

Ambos nos detenemos frente a la habitación 630, el número de mi habitación.

—Estarás bien. —digo y le doy un suave apretón a su mano.

— ¿Lo prometes?

—Por supuesto. Mañana va a ser el mejor día de tu vida. Y tienes que disfrutarlo asi que por favor tranquilízate.

—De acuerdo…te dejare arreglarte. —Dice y deposita un rápido beso en mi mejilla. — ¿Sabes dónde queda el restaurante o paso por…

—Sí, lo vi cuando entré al hotel. Te veo allá, ¿sí? Deja de estar tan nervioso. —le digo, mientras abro la puerta de mi habitación.

—Está bien, está bien. Me iré a poner más sexy de lo que ya soy, no llegues tarde por favor, te necesito para tranquilizarme, no quiero hacer nada estúpido.

—Ya déjame alistar. —le digo en broma, y cierro la puerta de la habitación.

Cuando me giro y veo la habitación, mis ojos se abren como platos.

La habitación era realmente fabulosa.

Cada vez me estaba enamorando más de Cabo San Lucas.

Justin's GirlWhere stories live. Discover now