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La brisa de aire revoloteaba las hebras de su cabello, poniéndolo en su frente, en una ocasión un cabello se le metió al ojo, tuvo que parpadear más de una vez y pasar su dedo sobre este. Cada mechón de cabello se lo ponía detrás de la oreja, hacía esto cada ciertos segundos.

El vestido de que tenía puesto también se levantaba cuando venía el aire fuerte, tuvo que poner sus manos en las piernas para evitar esto. En estas ocasión se sentían completamente diferente, no tenía tanta ropa puesta como de costumbre, su cabello estaba suelto y no se molestaba en amarrarlo en un moño. Sus hombros al descubierto, aunque al principio se sintió un poco extraña, solo era cuestión de tiempo para acostumbrarse.

La vistas era magnífica. El alba era hermoso, con ese tono naranja y amarillo, perdías todo el tiempo Mirando esa bella vista. Giró a su derecha y ahí estaba ella, con el vestido que habían comprando unos meses atrás.

Es hermosa. Pensó, contempladola.

Su suave cabello caía sobre sus hombros desnudos. Podía negar una ligera sonrisa en sus labios, eran maravillosos y muy rosados, quería besarla en ese instante y no dejar de hacerlo por el resto de su vida. Notaba su aroma alegre, siempre estaba alegre cuando estaba a su lado. Lo notó.

La tomó de la mano sin pensarlo dos veces. Kaira apretó su agarre para después soltarlo un poco, no podía ocultar sus emociones, quería que todos vieran lo feliz que se encontraban en ese momento.

Tuvo una mejor vista de la marcar de Kaira. La marca ya había cicatrizado por completo, aunque tuvieron un poco de complicación al principio, tuvieron que llevar a Kaira al hospital y para su sorpresa las atendió el mismo doctor que las había ayudado. Pero era no fue toda su sorpresa, sino que Rin había reconocido a cierto alfa que estaba en el consultorio del doctor, Rin le hizo un par de preguntas a Ray, pero él se negó a contestar la mayoría. Dejando lado eso, la marca no tuvo otra complicación. Rin estuvo limpiándola todos los días sin faltar uno.

—Siempre anhelé ver esta vista con mi alfa — volvió a apretar su mano. Su sonrisa se ancho, soltando una suave risilla,— me alegra que seas mi alfa. Eres la mejor alfa, la que deseaba tener.

Beso su fina mano.

—No has dejado de repetir eso.

—¿En serio? No lo había notado — rascó detrás de su oreja.

—Me gusta que lo digas — dio un golpecito en la frente de la omega,— así que no pares de hacerlo.

—¡Rin, es la mejor alfa!— gritó. Llamó la atención de unas cuantas personas, quienes les dieron una sonrisa amable.

—Debo acostumbrarme a tus gritos repentinos — murmuró.

Un poco lejos de ellas, dos pares de ojos las miraban con mucho amor y felicidad.

—¡Son tan lindas juntas!— abrazó el peluche que tenía sobre sus piernas, balanceó sus piernas y se hizo al frente,— ¡esperé tanto para este momento y por fin está ocurriendo!

—Omega relájate — murmuró.

—No voy a relajarme, Harry. ¿No estás viendo que Rin y Kaira están a nada de intercambiar sus anillos de cortejo?

Negó divertido al ver que Louis estaba demasiado animado viendo a sus amigas.

Se habían colado al viaje de Kaira y Rin, con la excusa de que se asegurarían que el cortejo de Louis sería mejor que el de Kaira. Los omegas estuvieron peleando en el avión, solo de repetían "mi cortejo será mejor que el tuyo. Le daré un anillo a Rin, gánale a eso" "¿anillos?, eso es muy anticuando. Yo le di a Harry su flor favorita y le dije que era mi sol, tú gánale a eso". Rin y Harry solo los miraban con diversión.

El Cortejo De Los OmegasWhere stories live. Discover now