El Cortejo De Los Omegas

3

Era perfecto.

Con su mano le acarició la mejilla, lo hizo de manera suave, cuidando muy bien los movimientos que hacia. No quería despertarlo, comenzaba a gustarle la sensación de verlo dormir tan pacíficamente, tanto que no pudo evitar sacar su teléfono y tomar una foto, se aseguró de quitarle el volumen y el flash.

Se dijo a si mismo que no era bueno observar a las personas mientras dormían, pues podría resultar espeluznante si Harry se despertaba, pero la verdad era que no podía dejar de verlo. Se veía tan vulnerable, era todo lo contrario a como siempre se mostraba. 

Trataba de contener sus ganas de besar los labios de Harry, se decía una y otra y otra vez que no era para nada bueno hacer eso. Así que solo se limitó a observarlo como un demente, y quizá así iba ser siempre, Louis siempre estaría detrás de Harry, amándolo en completo silencio, y tenía que admitir que eso dolía y mucho.

Pero tampoco atrevía a decirle a Harry que estaba enamorando de él desde el minuto que se conocieron, lo único que podía hacer era tirarle indirectas y muchas más indirectas, era algo estúpido e infantil porque aun así él seguía haciéndolo con la esperanza que se Harry lo notara. De lo que sí estaba seguro era que, no dejaría que un omega viniera y se llevara a su alfa.

Louis estaba seguro que Harry era su alfa, Él lo sintió, estaba seguro de eso aunque sus amigos no le creyeran, pues siempre le decían que, si Harry era su alfa él también lo hubiera sentido. Esa era la duda que tenía Louis, sobre si Harry sintió algo cuando se vieron por primera vez.

No podía explicar la forma en la se sentía cada vez que estaba con ese alfa de ojos color verdes, hebras rizadas y acarameladas y con un fuerte aroma que lo hacía temblar con demasiada intensidad. No sabía. No podía explicarlo. Pero él en verdad se ponía todo nervioso y ansioso, pero sabía como ocultarlo para que ese alfa no lo notara. Louis estaba loco por Harry, y no le daba miedo demostrarlo con el mundo.

Iba a luchar por Harry, lo haría con todas sus fuerzas.

Tenía una llamada entrante. Era de la única persona de la que no quería saber nada en el mundo. No sabía si responder o mandarlo directo al buzón de voz.

Se pasó de la cama con mucho lentitud para no despertar a Harry, quien dormía como todo un ángel. Abrió la puerta y busco un lugar en donde atender la llamada, el baño parecía ser un buen lugar.

—¿Qué?— dijo en tono brusco, no le interesaba ser amable,— ¿ya viste la hora que es? Espero que tenga una muy buena excusa, porque si no te colgaré.

—Créeme, es una buena razón — había algo diferente en su voz.

—Dilo de una vez — no hacía falta decir que Louis quería terminar esa llamada lo más rápido posible,— temo que me veo obligado a cortar.

—Espera — se apresuró en decir.— Estoy en serios problemas y tu eres la única persona en que realmente confío.

Suspiró.

—¿Qué clase de problemas?

Rascó su ceja. Sus piernas se cansaron, así que tuvo que tomar asiento en la taza del baño, claro que le bajó la tapa para poder estar mucho mas cómodo. Mordió sus uñas, pues comenzaba a ponerse realmente nervioso.

—Estoy en la cárcel.

—Lo sabía — apretó el teléfono en su mano,— sabía que dirías eso. No, no iré a sacarte de esto. Busca a alguien más.

—Louis — llamó. La forma en que pronunció su nombre lo hizo retorcerse en si mismo, ese era el efecto que tenía sobre él,— tú más que nadie sabe que no puedes rechazar esto. Puedo decirle a todo el mundo lo que ocultas debajo de tu ropa.