Acciones indebidas

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Luca cerró la puerta de su apartamento. Era extraño volver a esa hora, y sobre todo de día, la agenda de su jefe era bastante…espesa. Dejó las llaves sobre la pequeña mesa del lobby y caminó hacia la sala soltándose la corbata. Se preguntó si su pareja había salido o estaba durmiendo todavía. No le había llamado que tenía algo de tiempo libre, por si estaba durmiendo. No quería molestarlo.

Dejó la chaqueta sobre el sofá, seguido de la corbata. La camisa la desabotonó pero antes de retirarla unos brazos delgadas rodearon su estrecha cintura y una cabeza se restregó en su espalda.

-Es tan bueno despertar y sentir tu olor como si fuera el primer café del día- una voz soñolienta invadió la sala.

Una leve sonrisa se proyectó en los labios de Luca, que puso sus manos sobre las más pequeñas que se habían colado por entre su camisa y acariciaban los relieves de su marcado abdomen

-¿Te desperté?- agarró una y la llevó a sus labios besando los delicados nudillos.

-Estaba por levantarme, pero no tenía ningún estímulo para hacerlo hasta que te sentí- el más pequeño dejaba un rastros de besos a los largo de la columna y se puso en puntillas de pies para dejar uno en la nuca- Desnúdate- su tono cambió de repente.

Luca conocía esa voz y saliendo de los brazos de este se giró. Su pareja lo recibía solo con otra camisa de él que apenas había abrochado a la altura de la cadera. La mayoría de la ropa que se ensuciaba en esa casa era la del humano. Cierta persona solía usarla mucho para estar vagueando de un lado a otro. Pero eso lo enloquecía más.

Si supiera lo bien que se veía entre sus piezas y como lo ponía.

Luca acometiendo órdenes se alejó dos pasos y retiró la camisa dejándola caer al suelo, su torso desnudo, amplio y definido hizo que aquella persona se relamiera los labios mientras se sentaba en el sofá que le permitiría ver todo el espectáculo.

El humano llevó entonces sus manos hacia el botón del pantalón y con un simple movimiento lo soltó, abriendo después el zíper y dejando caer la prensa hacia el suelo.

El más delgado sonrió ampliamente complacido con la vista una vez que el bóxer negro desapareció de aquel cuerpo atlético y musculoso. Se relamió los labios, gustoso.

-Hermoso- alzó la mirada hasta toparse con la de Luca- Tócate amor- le ordenó- Si lo haces bien…- bajó su mano por todo su abdomen hasta meterlo entre sus piernas mostrando el agujero rosado y tierno. El dedo que lo recorrió apenas pudo entrar. Luca salivó ante la vista y su pene ya erecto se humedeció- Solo si lo haces bien, te dejaré follarme- ladeó la cabeza y se acomodó mientras todavía recorría su entrada- Espero lo mejor de ti –

Ya comenzaba a jugar. Sus maldito juegos sádicos, pero que a Luca, a pesar que siempre lo ocultaba, le encantaban.

Victor no era un hombre sumiso. Acostumbraba a tener un control total sobre su vida. Desde la hora en que se levantaba, hasta las calorías que consumía en su estricta dieta. Incluso en el sexo. Él era el que ponía la posición y lo que ocurría durante el acto. Así de controlador era.

Por eso se quedó atónico cuando se encontró acostado en la cama mientras sus manos eran sujetadas con fuerza y una lengua pasaba por sus mejillas, babilla, hasta su cuello repetidas veces. Y por muy extraño que le pareciera como que no estaba nada mal. Aunque prefería ser el de arriba.

Un gemido salió de su boca. Su cuerpo entero se estremeció en respuesta de las caricias que le proporcionó Jinsu al chupar con fuerza su cuello y rasparlo con sus colmillos. Victor tragó saliva y miró el techo encima de él. Si le hubieran dicho que estaría en una situación así el día anterior se reiría como nunca. Pero estaba ahí. Y lo que más le impresionaba es que no tenía ni la menor intención de irse. Era como si todos sus sentidos se hubieran rendido a complacer al vampiro.

¿Eso era lo que significaba ser un esclavo?

Su mente divagaba hasta que sintió un latigazo doloroso que azotó sus nervios. El aire se quedó atrapado en sus pulmones cuando la piel de su cuello se rompió.

Lo había mordido.

¿En serio?

Frunció los labios ante la ola se sensaciones que lo recorrió endureciéndolo y el lívido se disparó pro los cielos desenfocando su mirada. El dolor inicial había sido reemplazado rápidamente por una sensación totalmente diferente  cualquiera que hubiera sentido antes.

Era cruda, animal y volvió a gemir con fuerza. Sus manos fueron liberadas y el las llevó rápida a la cintura del vampiro como buscando algo para sostenerse y mantener la cordura. Alguien como él nunca sucumbía, por lo que se aturdió ante su nueva realidad.

Nunca se imaginó que tener a un chupa sangre mordiendo la yugular fuera tan…tan...

Respiraba agitado, sudaba ligeramente después de unos minutos. Era como si la sangre de su cuerpo no se acabara y Jinsu tragaba en grandes bocanadas. Con los ojos cerrados disfrutando de su bocado. Pero Victor no podía resistirlo más.

Su pene estaba tan duro dentro de su pantalón que explotaría en cualquier momento y necesitaba alivio con urgencia. Perdiendo toda la noción de donde estaba y sin importarle más nada, llevó su mano al cierre y lo abrió con movimientos rápidos pero torpes. Estaba tan excitado que sus dedos temblaran.

Bajó como pudo un poco su pantalón llevándose consigo su bóxer y agarró con fuerza su erección. Se mordió el labio inferior casi sintiéndose al borde del orgasmo.

Dios, aquello era una locura. Masturbarse en cada ajena con un vampiro encima. Pero no era como si pudiera pensar mucho en ese momento tenía un asunto más importante en manos.

Misma mano que comenzó a mover de arriba a abajo con un vaivén constante, apretando sobre todo su glande que antes había mojado la parte de delante de su ropa interior de líquido pre seminal. Gimió cerrando sus ojos.

Nunca antes se había tocado y sentido de esa forma. Tan rico, tan fuerte, tan delicioso. Sus caderas embistieron contra su mano inconscientemente con la loca idea de que era el caliente agujero del chico que aquella noche lo había sacado de su área de confort y que era el mismo que se lo estaba devorando. El cuerpo del vampiro gruñó y enterró más los dientes en su piel. Grave error.

Victor enloqueció por completo. Sus movimientos se hicieron más frenéticos sobre su miembro  

-Mierda- dijo con los dientes juntos cuando el orgasmo lo atacó de pronto.

Su cuerpo entero se tensó, cada fibra de su cuerpo se estremeció. Largos hilos de semen comenzaron a caer sobre su camisa blanca arruinándola por completo y sobre su mano que apenas pudo contener su corrida.

Siguió bombeando su pene aun sin bajar toda la excitación. Solo cuando el vampiro alzó la cabeza con ojos brillantes, con la boca manchada de su sangre y se relamió, las fuertes sensaciones y ansias de seguir buscando alivio sexual cesaron dejándolo totalmente agotado.

Jin, sobre él, sonrió complacido, el collar alrededor de su cuello había retomado su aspecto inicial, el color de su cuerpo era mucho mejor dejando en evidencia un marcado sonrojo. Una enorme sonrisa se dibujó en su rostro antes de cerrar los ojos y desplomarse encima Victor como un peso muerto y saciado.

Victor se quedó de piedra.

Ahora bien. ¿Qué era todo lo que había ocurrido?

Alzó su mano llena de semen y miró el cuerpo sobre él procesando lo ocurrido. Buen espectáculo y buen desastre estaba hecho. Debía hacer algo. No podía tolerar quedarse sucio y lleno de sangre. Además necesitaba despertar al vampiro.

Ya estaba lleno y satisfecho. Era hora de poner límites.

Pero todo quedó ahí. No previó que su cabeza cayó sobre el colchón tan pronto la levantó sin fuerza. Jinsu al parecer había tomado más sangre que la que debía y ahora él pagaba las consecuencias.

Maldijo mientras sus ojos se cerraban lentamente. Tenía cosas que hacer…debía…

Cuál creen que será la reacción de Jinsu cuando se despierte?

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Esclavo por equivocación (vampiros)®Where stories live. Discover now