Miedo, pánico y sangre

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-Atrápenlo-

-No lo dejen escapar-

Humanos. Despreciables. Malagradecidos. Los odio, muéranse todos. Desaparezcan, desaparezcan, desaparezcan AHHHHHHHHHH

...

-Oye- una voz a los lejos- Oye, despierta de una maldita vez- aquella voz perturbó su pesadilla.

Jin abrió sus ojos de golpe para tener solo oscuridad sobre él y un peso sobre su cuerpo. Su cuerpo sudaba y su respiración era agitada. Otra vez sus sueños lo volvían a atacar. Si ojalá fueran realmente sueños.

Quería reírse de su pasado. Ser un vampiro joven no era una bendición como todos creían.

El peso sobre él se removió y él frunció ligeramente el ceño. ¿Tenía algo que respiraba sobre él?

Fue entonces que lo sintió. Un olor tan dulce y delicioso que su cuerpo entero tembló y pudo sentir como sus ojos cambiaban bajo los gruesos cristales de sus grandes espejuelos. La punta de sus dedos picó y sus uñas se extendieron ligeramente.

Mierda. Su aspecto de vampiro estaba saliendo sin su consentimiento. Pero no lo podía evitar. Ese olor. Sangre, era sangre, pura y deliciosa que le hizo estar más consciente de lo hambriento que estaba.

Oyó en la densa nebulosa el chasquido de la lengua de quien estuviera sobre él que intentó alejarse. Jin gruñó en su garganta y rodeó la espalda de aquella persona con sus brazos y lo apretó hacia él inmovilizándolo, enterrando su nariz en su cuello posesivamente.

Mío. Resonó en su mente.

Allí la vena palpitaba frenéticamente. Jin pudo ser consciente de toda la sangre que recorría a aquel cuerpo grande y pesado. Los colmillos dentro de su boca perforaron las encías inferiores. Estaba tan ansioso, tan sediento.

Abrió su boca con intenciones de enterrar sus colmillos hasta la base en aquella piel y beber hasta que su garganta no doliera más y perderse en la locura del placer, cuando...

-Presidente-

-¿Presidente, están bien? ¿Nos oyen?-

-Rápido, sáquenlos de allí-

Las voces en el exterior izo que Jin recapitulara todo. Si, recordaba que varias cosas cayeron sobre su cuerpo, pero analizándose no le dolía nada. Alguien lo había salvado y era quien sangraba sobre él. Y si lo que decían aquellas personas era cierto, entonces ese individuo increíblemente era su jefe. Al menos tenía una vena que no era de hielo.

Eso hizo que se congelara y cerrara la boca sin poder retraer sus colmillos. El olor a sangre era demasiado fuerte. Pero aun así fue consciente de la situación. Tragó en seco, si alguien lo descubría todo se vendría abajo.

Pronto las cosas sobre ellos fueron apartadas poco a poco haciendo que la luz golpeara el rostro de Jinsu. El calor se extendió por su piel casi como si lo quemara. Gimió ligeramente de dolor. Era como si todo el efecto de la sangre modificada se hubiera desvanecido dejándolo vulnerable en pleno día y rodeado de peligrosos humanos. Tembló ante este hecho y el pánico comenzó a recorrerlo.

-Presidente- el rostro de Luca se asomó entre todos y corrió hacia ellos.

Agarró el cuerpo de Victor y tiró de él una vez que los objetos fueron retirados. El personal se reunió alrededor de ellos. Tenía los ojos ligeramente abiertos, estaba algo distraído y cercano a la inconciencia. De su sien salía sangre que bajaba por su mejilla y manchaba su elegante traje.

-Presidente- Luca lo volvió a llamar y este frunció los labios.

-Cállate- se removió y apenas se mantuvo sentado necesitando ayuda con esto- Mi cabeza me está matando- se llevó la mano a donde sangraba.

-Llamen a una ambulancia urgente- ordenó el secretario para después centrar su atención en el joven que todavía estaba sentado entre el desastre y alguien intentaba ayudarlo a levantarse. Casi nadie le prestaba atención, después de todo, había alguien importante que había sido herido como era Victor y esto podría costarles el trabajo. Partido de hipócritas.

Tenía la cabeza gacha y temblaba notoriamente. No podía ver la expresión de su rostro perdida entre su cabello que se había vuelto un desastre. Se apretaba la parte del pecho de su ropa donde la sangre de Victor también había terminado.

-Jinsu- lo llamó pero esto hizo que el chico se alarmara aún más y antes de poder hacer algo por él lo vio levantarse y salir corriendo como si fuera perseguido.

Aquello llamó la atención de los presentes que comenzaron a murmurar.

-Que malagradecido, ni siquiera preguntó cómo está el presidente-

-Ni porque o salvó-

-Chiquillo malcriado-

-Cállense- la voz gélida de Luca hizo que los que hablaban cerraran la boca y se apartaran.

La ambulancia llegó tres minutos después y aunque quería saber que ocurría con Jinsu, Luca tenía una responsabilidad. Velar por la seguridad de su jefe y este necesitaba ser atendido ahora. Aunque por la expresión de Victor que en algún momento se había despertado completamente no estaba muy de acuerdo con ir al hospital.

Jinsu corrió. Corrió tanto que tropezó y cayó sobre el terreno inestable de alguna parte de las grandes ruinas. Allí se quedó tirado por varios minutos ansiando tomar el control de su cuerpo. Al menos la sombra de uno de los muros lo cubría y su piel dejaba de arden un poco.

Sollozó adoptando una posición fetal. Había tenido tanto miedo. Aun cuando vivía rodeado de humanos, fingiendo ser uno, eso no quitaba que les tuviera miedo. Aun recordaba todas las cosas que le habían hecho a su cuerpo muchos años atrás.

Eres un vampiro, no te rindas tan fácilmente.

Aun recordaba las palabras de aquella persona que lo había salvado cuando pensó que realmente moriría una vez que fue atrapado. Su rostro no estaba guardado en su cabeza, pero si el color brillante y plateado de la larga melena que se fundía con la nieve que los rodeaba. Deseaba que su camino se encontrara nuevamente con el de aquella persona. Deseaba agradecerle tanto.

Jadeó incorporándose y dejando su espalda contra la pared vieja más cercana. Miró sus manos. Las uñas estaban retrocediendo lentamente pero no del todo. Sabía que a menos que tomara la sangre modificada para aquello no podría ocultar su aspecto. Y sin mencionar sus colmillos. Estaban tan grandes que tuvo que morder su brazo para aliviar el dolor en ellos.

Dos líneas carmesí bajaron por el costado de este y el dolor lo atravesó de arriba abajo queriendo gritar. Morderse o ser mordido por un vampiro era lo más doloroso para ellos. Pero al menos de esta forma su cuerpo tendría otra cosa en que entretenerse que no pensar en su pasado.

Además, todo sería más fácil si el olor a sangre no estuviera envolviéndolo. Bajó la mirada hacia su ropa y encontró que esta estaba manchada. Se relamió los labios inconscientemente y  no pudo evitar quitarse la chaqueta para después hacerlo con la camisa con las mayores manchas de sangre y la llevó a su nariz aspirando.

Demonios. Olía tan bien. Cerró los ojos y se estremeció. ¿Cómo algo podía ser tan bueno? Se mordió el labio inferior. A pesar de toda la situación solo le faltó eso para excitarse como un vampiro joven. Todo a su alrededor y el malestar en él pasó a un segundo plano. Ese era el poder de la sangre.

Bajó su mano por su pecho hasta llegar a su pantalón y acariciar su erección por encima de la tela. Estaba duro y con ansias de liberarse. Tomar sangre no era solo un acto de alimentación. Podía ser lo más erótico del mundo si se incluía el sexo y a Jin le gustaba usar todo los métodos posibles siempre y cuando fuera placentero.

Pero...

¿De quién era esa sangre? Su mente funcionaba en total confusión por el reguero de emociones cuando el rostro de Victor invadió por completo su conciencia.

Sus ojos se abrieron y la mano que ya estaba entre sus pantalones se detuvo congelada. Eso no podía ser. Debido a que había vuelto a alguien su esclavo la sangre de otras personas se volvía casi insípida por no decir asquerosa. Solo respondería a una persona.

Entonces.

¿Victor era su Esclavo de Sangre?

Imposible

Esclavo por equivocación (vampiros)®Where stories live. Discover now