Paso 7: A veces solo debes aceptar la gratitud que se te ofrece

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Rápidamente, ante un gesto de la cabeza de su líder, uno de los discípulos del Loto se adelantó para examinar al caído portavoz. Así, sin palabras pero sumidos en la eficacia más absoluta. Uno de sus subordinados quiso impedírselo, pero antes siquiera de dar un paso al frente tuvo una espada Lan en su cuello. Los ojos de cada discípulo de la Nube allí presente se mostraban serios, impertérritos, tan similares a los de su segundo jade que daban miedo. Sus motivos tenían. Alguien había osado herir a su ilustre ZeWu-Jun, tal crimen no podía quedar impune. 

-Yo de vosotros no me movería. -Siseó Jiang Cheng como podría hacer una víbora, venenoso y con cierta sádica burla en sus palabras. Solo Lan XiChen sabía que ese tono era una máscara, que por dentro estaba tan aterrado como enfadado-. A nadie le sobra la paciencia esta noche. A mí el que menos. ¿Y bien?

-Ha sobrevivido, líder de secta. -Confirmó el discípulo Jiang arrodillado al lado del portavoz del Xue Mudan, que había estado comprobando su respiración y sus signos vitales-. Aguantará.

-Bien. Escoltadlo a él y a todos sus amigos a los calabozos de la Torre Koi.

-¿Sin ejecuciones?

-No de momento. Serán públicas y vendrán en unos días, cuando nuestros invitados hayan experimentado la crudeza de los interrogatorios de Yunmeng Jiang. 

-¡Entendido, líder de secta!

Por supuesto, los discípulos que se movieron como si supieran qué hacer de antemano habían recibido las órdenes pertinentes de Sandu ShengShou. Los miembros de la secta del Loto, bajo la guía de algunos Jin, se ocuparon de hacer prisioneros. Si alguno pretendiese escapar, ahí si tenían el mandato de disparar a matar. Jiang YanLi se estremeció y retiró la mirada cuando un pobre idiota trató de intentarlo. En cuestión de segundos cayó al suelo con una certera flecha perforándole el cuello. Mientras tanto, los discípulos de Gusu Lan se quedaron para auxiliar a los dos líderes contra los que se había dirigido el atentado. Sin embargo, solo cuando el resto de miembros vivos de Xue Mudan desapareció bajo la custodia de las otras dos sectas, se permitieron que las tensiones y la preocupación los invadieran. Se extendieron mil veces más rápido que la niebla.

A Lan XiChen el hombro y el brazo le dolían a horrores. Trató de ignorarlo, de centrarse en que había pasado por cosas peores y que aquello había sido por una buena causa. Su mirada parda viajó un segundo a la silueta de Jin Ling, ahora asediado por las preocupadas preguntas de JingYi, SiZhui e incluso del propio Jin Chan, que lo revisaba para comprobar que su líder no estuviera herido. Estaba bien, A-Ling estaba bien. Un suspiro lleno de alivio le abandonó y una sonrisa marcada por el molesto dolor cruzó su rostro. Al girar la cara, vio como la tensión que había mantenido firmes los hombros de Jiang Cheng caía con la velocidad de una flecha disparada en línea recta. A su lado, Jiang FengMian hizo amago de levantarse para reunirse con su esposa y su hijo. El más joven de la familia apenas le dejó tiempo, girándose sobre sus talones a la velocidad del rayo con una mueca de absoluta ira histérica.

Se dirigía, por supuesto, a las dos personas más importantes de su vida, a quiénes no podía dejar de mirar como si hubiese visto un fantasma. En realidad a los fantasmas por supuesto que no los veía, pero ahí estaban, tan preocupados como él.

-¡Vosotros dos! -Exclamó en su dirección, avanzando hacia ellos como un tifón oscuro que pretende arrasarlo todo con su desasosiego-. ¡¿En qué demonios estabais pensando?!

-T-Tío...

-¡Ni tío ni nada! -Le gritó a su sobrino, obviando por completo cualquier posible formalidad entre líderes de secta en pos de su particular forma de demostrar amor-. ¡¿Qué se supone que ha pasado aquí?!

Cómo ganarte a tus suegros sin saberlo [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن