¡Mi estrella favorita eres tú! (Hinata x Inuoka)

Capítulo 5

Narra Hinata

[Antes de que los de Karasuno se encontraran con los de Nekoma...]

– ¡Prepárate! – me gritó el entrenador Ukai antes de que hiciera el remate – ¡Flexiona más las rodillas!

– ¡SÍ! – flexioné mis piernas para que esta vez saliera mejor mi recepción pero cuando lo recepcioné el balón salió directo hacia mi rostro – ¡Buahg!

– ¡¡Concéntrate, Hinata!! – el entrenador Ukai agarró el balón que Shimizu le ofrecía – ¡El siguiente, rápido!

– ¡¡Lo siento!! – fui corriendo hacia el final de la fila – Ay, ay, ay, duele...~ – me sobé la nariz.

– ¿Estás bien, Hinata? – me preguntó Sugawara. Obviamente él estaba formado adelante de mí – No es común en ti que te pasen esas cosas.

– ¡Sólo fallé una vez! ¡No se repetirá!

– No es eso, es que desde hace tiempo estás un poco distraído – a pesar de haberme sonreído, pude notar que estaba preocupado – ¿Es por el partido contra Nekoma?

– ¿Eh? ¡No, no! ¡No es por eso! De hecho... – no pude evitar sonreír por la idea de verlos – ¡Estoy muy ansioso por el partido contra Nekoma!

– Oh, ya veo – Sugawara me revolvió el cabello con una sola mano – ¡Si ese es el caso, no hay de qué preocuparse!

– ¡Sí! – Sugawara volvió a voltearse para prepararse en ser el siguiente en recepcionar.

Así estuvimos un buen rato, también estuvimos practicando una y otra y otra vez las posiciones que íbamos a ocupar cuando jugaramos con los de Nekoma.

¡Dios! ¡En serio que no podía esperar más ese partido!

– ¡Bien, chicos! – gritó el entrenador Ukai – ¡Ahora vayan a echarse su corrida en aquella empinada!

– ¡SÍ! – gritamos todos.

– ¡¡Sólo tengan cuidado de no perderse o algo por el estilo!! – ya la mayoría se estaba retirando –  ¡¡Especialmente ustedes dos!! – dijo mientras nos señalaba a Kageyama y a mí.

– ¿Ya ves? – me regañó Kageyama – Por tus acciones ahora me incluyen en tus faltas de atención.

– ¿¡Ja!? ¡Tú también te pierdes! – lo señalé – ¡¡No te hagas Estúpidoyama!!

– ¿Ehhhhhhh? – me lanzó esa mirada que helaba el alma – Vuelve a repetirlo.

– ¿¡Quie- quieres...!? – temblaba por el tono de voz que él había utilizado. Hasta estaba en posición de combate – ¿¡Quieres pelear!?

– ¡Chicos, chicos! – el profesor Takeda se interpuso entre nosotros – Por favor, vayan a hacer lo que el entrenador Ukai pidió. No desperdicien el tiempo por una pelea. Miren. Hasta ya son los últimos en irse.

– ¡Whoa! ¡Es cierto! Deberíamos d-

– Adiós – dijo Kageyama mientras se iba a toda velocidad hacia aquel lugar.

– ¡¡ESPERAAAA!! – también salí a toda velocidad del gimnasio.

Había ocupado todas mis energías sólo para estar a lado de Kageyama y que no me perdiera en el trayecto. Ya que yo no conocía tan bien el atajo que Kageyama había descubierto hace una semana. Ese día que me había encontrado a Kenma.

– Oye – me llamó Kageyama sin perder el ritmo del trote – ¿Por qué le mentiste a Sugawara? – lo dijo sin voltearme a ver.

– Yo no le he mentido a Sugawara. De hecho estoy muy emocionado por el partido de esta tarde, ¿acaso tú no lo estás?