¡Mi estrella favorita eres tú! (Hinata x Inuoka)

Capítulo 12

Narra Hinata

Quería enviarle al menos un mensaje o algo pero no tenía el valor para hacerlo, a pesar de que Kenma me había dado su número telefónico.

Necesitaba algunos consejos, alguien que estuviera experimentado sobre estas cosas. Y sabía que no había nadie más que ellos (también porque ya sabían quién me gustaba... así que, no tenía remedio).

– ¡Por favor! – seguía manteniendo la reverencia ante ellos – ¡Necesito sus conocimientos románticos ante un problema!

– ¿¡Románticos!? – gritaron al unísono.

– ¡Sí!

– Primero que nada... – empezó a decir Tanaka – Levanta el rostro, Hinata.

– Está bien... – levanté el rostro hacia ellos. No entendía el porqué estaban un poco enojados – ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? – ahora estaba asustado.

– ¡Algo demasiado malo! – las vibras amenazantes de Nishinoya me invadían el cuerpo – Jamás te creí capaz de que avanzaras demasiado rápido.

– ¡Imperdonable! – le siguió Tanaka – ¿Cúanto la conoces? ¿Apenas unas semanas?

– ¡Yo creo que menos de una! Aunque puede ser menos.

– ¿Cómo que "la"? ~ – estaba confundido – Pero eso fue hace dos semanas... ~

– ¡Pero ni siquiera tienes contacto con ella! ¡Ni siquiera yo he hecho algo tan difícil como conseguir su número telefónico!

* ¿Ella? ¿Por qué se están refiriendo a Inuoka como una chica? ¿Lo estarán haciendo a propósito? *

– ¡Ryuu! – Nishinoya se puso al frente de mí – ¿No crees que debemos de darle las reglas primero?

– Querrás decir la "bienvenida" –  también se puso en frente de mí con los brazos cruzados – Hinata, esto es necesario si quieres seguir en el G. P. K. S.

– ¿G. P. K. S? – dije con rareza. También observé que ellos dos se estaban preparando para algo – ¿Qué es eso?

– ¡¡Grupo de Protección de Kiyoko Senpai!! – gritaron al unísono. Incluso hicieron una corta coreografía para después decir – ¡¡Bienvenido al grupo!!

– ¿¡QUÉ!? – *¿¡piensan que me gusta Shimizu!? * – ¡No! ¡Esperen un minuto!

– No necesitas decir nada más, Hinata – dijo Tanaka con orgullo.

– Lo supimos desde el primer momento que te ofreciste – Nishinoya me dio golpesitos en la espalda – En serio que eres demasiado transparente. Debes de ser más discreto.

– ¡No están entendiendo nada! – exclamé. Jamás creí que lo interpretaran tan mal. Aunque no sabía si alegrarme por la discreción que había hecho – Aparte, ¿de qué ofrecimiento te refieres?

– ¿Cómo qué cuál? – dijo Tanaka con rareza – ¡Pues cuando fuiste a la tienda de Ukai! – me dedicó una sonrisa.

– ¡Eso fue muy generoso de tu parte, Shoyo! – ahora Nishinoya se oía orgulloso de mí – Tú no querías que Kiyoko fuera otra vez a la tienda en medio de la oscuridad, ¿verdad?.

– P-pero eso fue sólo porque me cas- – otra vez me interrumpieron.

– Shoyo, no necesitas hacer excusas. Lo sabemos. Entendemos muy perfectamente que los encantos de Kiyoko hacen que cualquiera haga lo que sea.

– Y tenemos más pruebas que esa – le siguió Tanaka – En el partido contra Nekoma se te notaba demasiado sonrojado. Al principio no sabíamos el porqué, hasta que lo confirmamos cuando Kiyoko pasó a lado de la puerta principal cuando regresaste.