¡Mi estrella favorita eres tú! (Hinata x Inuoka)

Capítulo 8

Narra Hinata

– ¡Ya llegamos, Inuoka! – me detuve al frente del hospedaje. Esperé a que Inuoka se bajara de la bicicleta – ¡Ah! Por cierto, ¿tus piernas siguen entumecidas?

– Sí, tal vez si descanso esta noche, cuando despierte estaré como nuevo – se bajó y se quedó parado a mi lado
– ¿Quieres que te espere?

– Será rápido, sólo tengo que dejarlo allá – le sonreí y empecé a mover la bicicleta – Pero entra de una vez, el viento hace demasiado 'fush' y podrías enfermarte.

– ¡Está bien! – Inuoka entró al hospedaje con la bolsa que contenía los fideos instantáneos de sus compañeros.

Cuando él entró al hospedaje, mis mejillas se acoloraron por pensar en lo que sucedió hace unos cuantos minutos.

¡Jamás creí que él hiciera eso!

Estar tan pegado a Inuoka y de esa forma ya era demasiado para mí. Es verdad que en el primer momento que él se aferró a mí me ilusioné demasiado, pero cuando dijo que era porque pensó que iba a caerse... Me lo imaginaba.

Vaya, en serio que cuando estás enamorado ya piensas en otras cosas. Uno se emociona más y eso podría ser un problema para mí.

¡Ni yo imaginé que el amor a primera vista existiera! Aunque, no sabía si 'primera vista' eran las palabras correctas.

* Si no hubiera dicho nada ¿él hubiera seguido aferrado a mí? ¿se hubiera dado cuenta de lo que hacía? Creo que no... Él hubiera seguido abrazándome desde la cintura... *

– Si tan sólo no le hubiera dicho nada~ – me susurré a mí mismo. Dejé la bicicleta y me acerqué a la puerta.

* Si no le hubiera dicho, no habría rozado su mejilla con la mía y si yo me hubiera volteado, tal vez le habría dado un... *

– Hinata – la voz del profesor Takeda me sacó de mis pensamientos – ¿Por qué no entras todavía? Está haciendo demasiado frío.

– ¡Perdón! Es que... – señalé en donde dejé la bicicleta – Fui a dejar mi bicicleta allá, je, je.

– Bueno, bueno. Entra de una vez – me dio el paso – Entra antes de que tengas un resfriado o algo parecido.

– ¡Sí!

Entré al hospedaje y me dirigí hacia el comedor. Al entrar, de alguna forma todos habían tenido un lugar para sentarse. También, todos estaban cenando.

– ¡Oye! ¡Hinata! – me llamó Tanaka desde su asiento – ¡Ven! ¡Ven!

– ¡Aquí está tu fideo instantáneo! – ese era Nishinoya, también me hizo señas de que me acercara.

– ¡Sí! – me senté en medio de ellos dos y empecé a comer – ¿Qué estás...? – quise visualizar lo que Tanaka estaba haciendo.

– ¿Esto? Son sólo más señales para que podamos comunicarnos en los partidos – empezó a comer de su fideo instantáneo – Me lo dio Sugawara, ¡en serio que tiene habilidad para hacer esto!

– ¡Eso también lo creo! – empecé a comer mi fideo instantáneo – Son fáciles de entender.

– ¡Por cierto, Shoyo! – Nishinoya se acercó a nosotros dos – ¿Por qué tu rostro estaba tan rojo allá afuera?~

– ¿¡Eh!? – solté los palillos por la sorpresa y provocando que un poco de caldo cayera sobre mi mano – Auch... ~ – estaba caliente.

– ¿Estás bien, Hinata? – Sugawara vio lo sucedido.