Capítulo 1

4.9K 340 195
                                    

Estúpida vida. Mis padres me quieren mandar a vivir con un tal Patrick O'Connell, un amigo de ellos de pequeños, dicen que tiene unas hermosas hijas junto con la señora Maggie Baird. Vivo en Ucrania, pero tendré que dejarlo e irme a los Estados Unidos de América, en Miami, Florida.

Me encuentro haciendo las maletas, mientras escuchó: Habits (Stay High) de Tove lo y recuerdo el por qué estoy empacando maletas.

Flashback.

-_______, ven un momento.- dijo mi padre, yo me encontraba en la cocina haciendo la cena. Me seque las manos con un trapo que se encontraba allí, nuestra casa no era tan grande, era nada más de un solo piso; no tengo más hermanos, me dirigí hacía él.

- ¿Qué pasa, padre? - le dije, no le gustaba que lo llamará, papá ni papi.

-Te iras a los Estados Unidos. - dijo él. Me eche a reír.

-Debe ser una broma, padre. ¿Cómo es eso posible? Lamento lo que voy a decir, pero no tenemos dinero para ir al centro de la ciudad y ahora vas a tener para mandarme a los Estados Unidos.

No teníamos mucho dinero, porque mi madre tiene un cáncer, y los tratamientos son muy caros. Por lo cual mi padre y yo debemos trabajar en este pequeño pueblo, tengo dieciséis, pero ya soy madura y no ando pensando en novios ni maquillaje, hay cosas más importantes que eso.

-Deja de decir eso... Te iras donde un viejo amigo, Patrick O'Connell.

- ¿Y quién es ese? - pregunté.

-Un amigo, te irá mejor allá que acá.

- ¿Cómo dices eso? No creo encontrarme mejor allá, no conozco a nadie aparte, aquí esta mi familia, no puedes hacerme esto.

-Lo digo porque soy tu padre, mañana te iras. Prepara tus maletas, te quiero despierta a las cinco de la mañana, tu vuelo sale a las siete.

-Tendremos que ir a la ciudad para ir al aeropuerto, no tienes ningún dinero en tu bolsillo, ¿cómo crees que vamos a llegar? - le dije irritada.

-O'Connell, pago todo eso, ¿ok?

-O sea, prácticamente me vendiste... ¡No puedes obligarme!

- ¡Claro que puedo, soy tu padre!

- ¡Pues no lo parece!

- ¡Estorbas aquí! - me grito... Me quede callada, ya las lágrimas salían. Él intento acercarse, mi madre también lloraba.

- ¿Tú estás de acuerdo con esto? - ella no respondió. - ¡Dime!

Sentí una mano en mi mejilla, mi padre me había abofeteado.

- ¡No le grites a tu madre!

- ¡No me toques, solo soy un estorbo! - estaba gritando, me dirigí a la puerta de la casa, la abrí y la cerré de un portazo. Me dirigí a la casa de mi amigo, estaba temblando, toqué la puerta de su casa, no quedaba muy lejos, este pueblo es pequeño. Me abrió él, el único amigo que tengo en este pueblo. Los demás se largan a la ciudad. Robert, un chico de ojos miel, cabello mono rizado y de piel bronceada. Me vio.

- ¿Qué pasa, _______? - preguntó él.

-Vamos a la montaña, lleva los cigarrillos, necesitamos hablar.

Él entro a su casa y luego salió con una cajetilla de cigarros y un encendedor. Caminamos unos diez minutos hasta llegar a la montaña, que quedaba un poquito lejos, nos sentamos y encendí un cigarro.

-Me iré a los Estados Unidos. - dije.

- ¿Qué, por qué?

-Mi padre, él dijo que era un estorbo. - ya me encontraba llorando. - y que un tal Patrick O'Connell, viejo amigo de él me iba a dar posada allá, incluso ese señor pago los viajes, me vendieron. Nunca les he fallado, y mi madre... Mi madre está de acuerdo. - le di otra colada a mi cigarro, él solo me veía, luego me abrazo y sentí que él lloraba igual, éramos uña y mugre, desde pequeños hemos estado juntos.

-Solo... Nunca me olvides, por favor.

-No lo haré, nunca, nos mantendremos en contacto, lo juro.

-Te amo, amiga.
-Yo igual te amo, Robert, lo hago.

Luego pasamos charlando, llorando, recordando... Lo extrañaré como loca, eran las doce de la noche, nos habíamos acabado los cigarros. Me dirigí a mi casa, entre, allí estaba mi madre, esperándome.

-¿Vas a comer?- pregunto ella.
-No tengo hambre pero gracias.- me dirigía a mi habitación, me dolía tratarla así.

-_______, lo lamento, cuando estés más grande lo entenderás.

-No, mamá, lo puedo entender ahora si me lo dices, creo que soy lo suficiente madura como para entenderlo.

-Eso es a lo que me refiero, tienes que disfrutar tu adolescencia.

-Prefiero disfrutarte a ti, mamá...-suspire. - solo quiero quedarme aquí y no irme lejos... Solo eso.

-Cariño, tienes que irte, es por tu bien... ¿Has estado fumando?

-Sí, sabes que es lo único que me quita el estrés, iré a empacar.

-Te amo, hija.

-Yo también te amo, Mamá.

No empaque en seguida, comencé a eso de las tres y media de la mañana.

Fin del flashback.

Sólo quedaban cinco minutos para las cinco, mi padre ya había entrado a mi habitación, se le notaba unas bolsas debajo de sus ojos, igual que a mí, él tenía sus ojos rojos, me encontraba bañándome, me vestí rápido y salí, allí estaba mi padre, mamá y Robert. Me despedí de mi madre y de Robert, quien se fue llorando para donde su novia. Era cierto lo que decía que nada más lo tenía a él y agradezco eso, no soportaría dejar a más personas. Mi padre y yo nos encaminamos a coger un autobús que nos llevaba hasta la ciudad, luego cogimos un taxi para ir al aeropuerto. En todo eso no le dije ni una palabra. Mi padre bajo las maletas, llegamos diez minutos antes del vuelo. Esperábamos que llamarán mi vuelo.

- ¿Por qué haces esto? - le dije.

-Es por tu bien, lo juro.

-No lo entiendo.

-No tienes nada que entender, _______, aquí solo sufrirás.

-He estado muy bien los dieciséis años de mi vida aquí, padre.

-No lo comprendes.

- ¿Hasta cuándo me quedaré allá?

-Hasta los veintitrés.

- ¿Veintitrés? ¿Estás loco? ¿cómo durare ocho años allá, padre? - le grité.

Por favor, pasajeros del vuelo 401 con destino a Miami, Estados Unidos, por favor abordar.

-Te amo, hija. Podrás visitarnos. Como a los veinte.

-Si es que mamá no ha muerto para ese tiempo, dile que la amo, a pesar de esto, también te amo. - lo abrace, él lloraba, yo no lo hacía. Me dirigí al avión y entre. Eran diez horas de vuelo.

Dormí toda el vuelo.

_

Votay comenta

Las hermanas O'Connell (Billie Eilish y Tu)Where stories live. Discover now