chapter ten.

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El camino a la casa de Mew fue silencioso. Gulf estaba en el asiento del copiloto mientras que Mew conducía, terminaron tarde la práctica por lo que estaba bastante oscuro afuera. Ninguno había cruzado palabra desde que habían salido del estudio.

Gulf tenía la cabeza a nada de estallar.

Estaba nervioso, asustado y enojado. Tenía miedo, no quería pensar en el futuro, las cosas se estaban por venir abajo. Lo sabía. La aparición de Art lo cambiaba todo.

¿Por qué había vuelto? Hubiera sido tan bueno que jamás regresara. Hubiera sido tan bueno que Mew hubiera podido olvidarse de él para siempre, porque siendo honestos esa era la cuestión. Gulf sabía, esto no se trataba de Art, se trataba de Mew. Él no debería estar corriendo detrás de ese chico, no de nuevo. Lo habían hablado, Mew lo había prometido. ¿Por qué no podía cumplir su maldita promesa? Gulf quería llorar, le dolía el corazón. No se habían dicho nada, pero estaba seguro que Mew le pediría que terminaran.

No quería.

No quería soltarlo. Lo amaba. Se había enamorado. Cómo un jodido adolescente, amaba a Mew con cada fibra de su ser. Le gustaba su cara cuando se enojaba por algo, le gustaba cuando lo consentía o cuando simplemente se reía de sus chistes sin sentido. Le gustaba todo de Mew, amaba su personalidad un tanto posesiva y pegajosa. Había aprendido a entenderlo. No había forma de que renunciara a él por un estúpido amor pasado. Estaba seguro que Mew lo quería, lo quería, sin embargo...

¿Había dejado de amar a Art? ¿Había dejado de amar a aquel chico que lo rechazó? No tenía ganas de escuchar esa respuesta. En el fondo de su corazón sabía cuál era y lo jodía.

El auto estacionó de golpe y Gulf se percató de que habían llegado, al fin.

Ambos bajaron del auto y subieron al departamento de Mew. Una vez adentro el ambiente se volvió más tenso.

—¿Quieres agua? —Preguntó Mew yendo a la cocina.

—No.

Gulf respondió siguiéndolo.

—No hace falta que vengas hasta acá, podemos hablar en el living...

Mew no lo miraba. Estaba "sirviéndose" agua. Pero Gulf no se tragaba nada de eso, lo conocía. Estaba evadiéndolo, no quería hablar. O al menos todavía no sabía cómo decir las cosas.

—¿Qué va a pasar con nosotros? —Fue directo. Estaba harto de esto, no podía seguir, su cabeza iba a matarlo de tanto pensar.

Por primera vez Mew se atrevió a mirarlo a los ojos. Sus miradas se encontraron y Gulf derramó las primeras lágrimas de la noche. Mew no se acercó a tratar de consolarlo, sabía que Gulf lo empujaría lejos.

—Gulf, nosotros lo hablamos... Te dije todo desde el principio. Nunca te mentí.

Y era verdad, Mew había sido transparente desde el principio. Siempre lo era, por eso había caído por él. Porque era una persona en la cual se podía confiar ciegamente, porque Mew Suppasit era, el mejor hombre que Gulf hubiera conocido en todos estos años.

—Me dijiste que ibas a intentarlo, me lo prometiste.

La voz de Gulf sonaba rota y temblorosa.

Fue tan doloroso recordar esa conversación de hace dos años.

Me gustas P' —Gulf había sido el primero en confesar sus sentimientos luego de un debate interno bastante extenso.

Le costó darse cuenta de que estaba enamorado, hasta ese momento de su vida siempre habría creído que era cien por cien heterosexual, de hecho por esas épocas tenía una novia a la que se suponía quería mucho. Hasta que se dió cuenta que no era así, había dejado de pensar en ella hace mucho tiempo y todos esos pensamientos los había comenzado a ocupar Mew, su respetable p'. Todo comenzó como una relación de compañeros de trabajo, Gulf conocía a Mew, había visto sus trabajos anteriores y lo respetaba. Sin embargo estaba lejos de entender lo que significaba ser su compañero de trabajo y amigo, entonces cuando salió la serie en la que habían estado trabajando durante meses se dió cuenta de todo. Mew estaba siempre con él, encima de él, siendo posesivo. Aunque era todo parte del fan service, se dijo Gulf, no pudo frenarse así mismo cuando comenzó a caer en cada una de esas pequeñas cosas. Cuando comenzó a tomarse la libertad de seguirle los juegos, los coqueteos y los toques, y Mew le correspondió, no pudo estar más feliz y cómodo. Habían empezado a actuar como si fueran una pareja real. En frente y fuera de las cámaras su relación no cambiaba en absoluto, Mew seguía siendo posesivo con él, lo llamaba cuando podía y le mandaba el máximo de mensajes que pudiera al día. Siempre asegurándose de que estuviera bien. Lo recogía de la facultad cada vez que podía, y esperaba a que saliera de sus prácticas de fútbol para que cenaran juntos. Siempre tenía las manos de Mew encima de él, en cada momento del día y se había acostumbrado a eso. Cuando pasaban mucho sin sentirlo encima Gulf comenzaba a ponerse ansioso y molesto, se encontró así mismo queriendo la atención de Mew en todo momento y eso lo asustó un poco.

desire | bright vachirawit & mew suppasit.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora