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Taehyung no se negó ni respondió. Está mareado y se siente como si fuera a caerse.

Taehyung no tiene del todo claros sus sentimientos acerca de la existencia de Namjoon, pero aun así aprueba completamente el desarrollo que han tenido, hasta el presente. Namjoon se aparta y, con los dedos, suavemente frota una ligera hinchazón que se está formando sobre sus labios.

—Estás muy dulce. —Namjoon sonríe—. Probablemente voy a enamorarme más de ti si sigues teniendo sabor a tarta.

Taehyung está extrañamente agotado, así que se volvió para acostarse suavemente sobre el sofá. Por el contrario, Namjoon no tuvo tiempo de decir nada porque su celular volvió a sonar nuevamente. Namjoon está irritado y quiere dejar caer el teléfono y patearlo. ¿Acaso Jeongguk no se cansaba nunca?

—Voy a atender una llamada, por favor intenta dormir un rato.

El tono de llamada del teléfono se escucha cada vez más estridente. Cuando Namjoon subió las escaleras, el teléfono se colgó automáticamente, pero no tardó ni diez segundos en volver a molestar.

—¿Quieres algo?

La voz de Jeongguk es muy estable, pero no puede ocultar su creciente alegría.

—Una agencia médica me prometió una segunda donación. ¡Tienen una médula ósea para Taehyung! Pero, tiene que descansar y recuperarse durante una semana.

Los labios de Namjoon tenían una curvatura muy irónica. El tono frío del inicio no ha cambiado:

—Eso es algo bueno. Pero, Señor Jeon... ¿Cómo está tan seguro de que tenemos una semana?

El teléfono estuvo en silencio durante mucho tiempo.

—Entonces, ¿quieres ir más rápido?

Namjoon se rio. Jeongguk no estaba molesto por eso. El tono con el que contestó trajo a flote algunos significados aparentemente suplicantes.

—¿Está bien? Hoy cumplió años... ¿Puedo pedirte que lo felicites? Estuve con él todo el día el año pasado, nos divertimos mucho y pensé que... Ya que no estoy con él, nadie más va a recordarlo. Estoy seguro de que se pondrá muy triste.

Jeongguk encendió fácilmente a Namjoon, y Namjoon sonrió de una manera altamente aterradora.

—Vaya, el señor Jeon está enamorado de verdad. ¿No es así? Debes sentirte muy mal porque no pudiste estar aquí para comer pastel con nosotros. También le di un regalo de cumpleaños.

La ira de Namjoon no se puede reprimir, soportó a Jeongguk, no un día o dos, sino constantemente. Él, era la maldita sombra que lo seguía por todos lados. Lo haría siempre. Sintió que Jeongguk era la persona más desvergonzada que había visto nunca. Cuando lo tenía no supo cómo cuidarlo y cuando lo perdió, siguió diciendo que lo amaba. Siente que no hay una persona más enamorada en el mundo que él y esa es una mentira. Todavía piensa que puede compensar sus errores y piensa que puede volver a estar con él. Qué estupidez.

—¿Está bien si cuelgo ya? Tengo que ocuparme de Taehyung, voy a llevarlo a tomar una siesta para que recupere la noche de sueño que le quité... Porque, me acosté con él.

Namjoon originalmente no pensaba usar esta parte de su vida para hacer enojar a Jeongguk, sabe que estuvo muy mal y se sintió culpable de inmediato. Sin embargo, Jeongguk siempre ha podido evocar la peor parte suya. La que es tan hijo de puta como lo es él.

La voz de Jeongguk se estrelló y gritó, con un miedo que no se podía creer. Presa de una furia insoportable.

—¿¡¡Tú lo tocaste!!?

—Hemos estado juntos por tanto tiempo. ¿No es esto lo normal? — Namjoon contestó con una voz suave y dibujó en su boca una sonrisa honesta—. ¿Todavía quieres mi ayuda para enviarle un saludo de cumpleaños? Si no, entonces colgaré primero.

Jeongguk se detuvo, y el teléfono móvil se deslizó de su mano y cayó pesadamente contra el piso. Jeongguk fue despojado de la fuerza que le quedaba, y se derrumbó en el sofá. No sabía para dónde corrían sus pensamientos, y aventó todos los artículos que estaban sobre la mesa de café. Al final, realmente no se contuvo, sus manos cubrieron su rostro y se atragantó con sus palabras y con las lágrimas que fluían desesperadamente. Jeongguk susurró:

—... Te lo ruego... Por favor, no lo toques... No toques a mi pequeño Tae...

La posesividad de Jeongguk es fuerte en extremo, piensa que las cosas que han sido cuidadosamente protegidas por sus brazos no deben ser tocadas nunca... Y ahora, otro hombre le dice que ha tomado posesión de su tesoro más precioso. Qué lo tomó y que lo abrazó y que lo ama...

—Falso... Debe ser falso... — Jeongguk sacó la medicina de su bolsillo y apretó los labios para reconfortar su corazón—. No pudo haberlo tocado, no puede porque me pertenece. No puede, porque es mío. No pudo haberlo tocado si está tan enfermo.
Jeongguk se levantó apresuradamente porque todo su cuerpo comenzó a temblar. Su respiración parecía no querer seguir fluyendo y terminó por vomitar antes de llegar al baño.

—Incluso si Namjoon dijo eso... No me importa, no me importa. No puedo creerlo. No es verdad. No me importa...

Para cuando Namjoon bajó las escaleras, Taehyung se estaba quedando dormido mientras tocaba el cabello largo y dorado de los perros. Su mano era hermosa, delgada y sumamente fina. El círculo plateado en su dedo anular le llenó de calor el corazón y comenzó entonces a respirar más lentamente. Namjoon tomó su muñeca, lo besó y suspiró.

—No juegues con el perro. Vamos a la habitación.

Los 10 años en que más te amé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora