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Afortunadamente, la pared palpitante de su ano no estaba desgarrada. La pequeña herida que le había provocado no tardó mucho en cicatrizar y la sangre finalmente se detuvo. Después de haber estado en cuclillas por un tiempo, tuvo algo de fuerza para bañarse y comenzó a moverse incluso con un poco más de fluidez.

Cuando Taehyung salió del baño, Jeongguk ya estaba dormido.

El hombre que amó durante tantos años tiene una piel tan simple pero también absolutamente hermosa. Sus líneas faciales son afiladas y profundas. Su nariz es recta y las cejas las tiene un poco gruesas. Taehyung miró a Jeongguk por un largo tiempo gracias a la pequeña luz de noche que mantenía sobre su buró. Jeongguk estaba destinado a tener ese tipo de apariencia desde la secundaria. Antes era un hombre atractivo y posiblemente moriría siendo atractivo todavía. Casi siente lástima al recordar que, muy posiblemente, no será capaz de ver aquello.

—...Tengo que irme muy pronto, y no eres bueno conmigo... —Taehyung se recostó suavemente al lado de Jeongguk y le abrazó por la cintura. Su voz tiene un ligero temblor en ella—: ¿Quién estará contigo más tarde? No hay muchos como yo, no encontrarás a alguien que te aguante tanto... Soy muy buena persona y deberías de sentirte bendecido por tenerme. Pero si esto ya es así, al menos elige a alguien que pueda estar contigo eternamente. —Taehyung finalmente se quebró y se permitió llorar después de un largo tiempo de no hacerlo—: Tonto, no sabes que me estás perdiendo.

Jeongguk estaba muy cansado e intentó descansar largamente por el resto de la noche. Aunque no fue tan tranquilo como siempre. Cuándo se durmió, en medio de la madrugada, tuvo un sueño muy real. Soñó que él y Taehyung esperaban el tren juntos, en la estación a la que iban cuando eran más jóvenes. El tren se acercó a Taehyung, este sonrió y se despidió de él con un movimiento de su mano. Jeongguk se puso nervioso por un momento. Cuando se dio cuenta de lo que pasaba, lloró y persiguió al tren por un largo tiempo, pero todos sus esfuerzos fueron inútiles. Sabe que se está alejando cada vez más, que nunca podrá alcanzarlo. Se va, y se sigue yendo...

Todos hemos soñado cosas así, seguramente. Sueños, en los que tus seres queridos o amigos te están abandonando. Sueños en los que te sientes triste, débil y lloras y ya no puedes seguir respirando. A menudo te despiertas asustado. Cuándo te levantas, te sientes solo y completamente desechado. El sentimiento te rompe el corazón y persigues con desesperación la realidad. Quieres volver a ella, no deseas continuar sufriendo.

A nadie le gusta despertar así.

Jeongguk se levantó empapado en un sudor frío y extendió la mano para tocar el cuerpo cálido de Taehyung. Dejó de hacerle caso a su desbocado corazón y envolvió firmemente en un abrazo a Taehyung. Lo mantuvo contra su pecho.

Son más de las seis y media de la mañana, y Taehyung estaba todavía muy pegado a Jeongguk. Las largas pestañas le temblaron dos veces antes de despegar los párpados por completo. Parpadeó.

Estaba tan incómodo, sentía su cuerpo desordenado, y dolorosamente, despegó los dientes para preguntar:

—¿Qué pasa?

Jeongguk, como un perro grande, olfateó el cuello de Taehyung:

—Fue terrible, soñé que te habías ido.

Taehyung no puede procesar toda esa información después de lo ocurrido. Se siente perezoso y estúpido:

—¿Y a dónde voy?

—No lo sé, pero no puedes ir a ninguna parte. No voy a dejarte. No lo voy a permitir.

Taehyung no dijo nada por algunos minutos. Sin embargo, en los brazos de Jeongguk, se quedó dormido casi tan profundamente que incluso llegó a olvidar sus palabras.

Aunque no hubiera sido así, no hubiese respondido.

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La extraordinaria vergüenza que experimenta Jeongguk hoy, le provoca silenciar su teléfono celular. No se molesta en arreglarse, logró cancelar todas sus citas. Planea quedarse en casa.

A las siete en punto, se percata de que Taehyung no se ha despertado y sale de la habitación para preparar el desayuno.

Cuando Taehyung entra a la cocina, soltó un gemido y luego se echó a reír:

—¿Cuánto tiempo llevas cocinando?

Taehyung conoce su conciencia culpable, y entiende que ahora está haciendo todo lo posible por mantener una especie de prosperidad superficial dentro de la casa.

Jeongguk lo pensó por mucho tiempo antes de contestar:

—Estás muy delgado y aun así no quieres comer nada. Estoy preocupado así que te daré una enorme olla de gachas de mijo hoy.

Taehyung no le sigue la corriente sobre el tema. Se va al estudio, camina a la alacena y toma su medicina de un solo golpe. Cuándo vuelve, Jeongguk pone un plato de gachas blancas frente a él y pone también dos platos hondos llenos de pepinillos:

—¿Te dolió anoche?

Taehyung negó con la cabeza ligeramente, no quería recordar nada sobre eso. Estaba dispuesto a no tener ninguna imagen del ayer en lo más mínimo.

Sólo bebió medio tazón de gachas.

En realidad, quería comer más cosas de las que Jeongguk había preparado. Se siente mejor, tiene ganas de probarlo todo... Pero también es muy difícil hacerlo. No puede tragar. Los medicamentos le provocan sentirse irremediablemente lleno, ¿Cómo puede comer otra cosa?

—No me sorprende que estés tan delgado. Un gato comería más que tú. —Jeongguk frunció el ceño—: Tienes que dejar de adelgazar. Intenta cuidar tu cuerpo un poco mejor.

Taehyung come otra cucharada, aunque le esté costando horrores. Jeongguk sonríe y le dice:

—Yo también comeré poco, esperaré hasta el mediodía para que podamos cocinar juntos esta vez.

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LJBB96

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