Lazo [Sungsun] •Adaptación•

07

Marcame, quiero tenerte por siempre.

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La venda en sus ojos no ayudaba ante la angustia que sentía por saber que era lo que Sunghoon quería regalarle.

Puchereo, ante el frío del ambiente. Sintió como algo fue puesto en sus hombros y escucho varios "aww" De alrededor.

 —Listo, Sunnie...Cariño. Puedes quitarte la venda.

Desató la venda poco a poco, hasta al fin dejarla caer y abrir sus ojos.

No tardó en retroceder, con sus manos en la boca y lágrimas a punto de caer.

 —Sunnie, me dijiste que no te gustaba celebrar tu cumpleaños porque tu familia era diferente. Por eso, hoy. -extendió sus manos. -Delante de la Universidad, con permiso de los profesores. Te extiendo a ti mi regalo.

No podía, había un camino bonito de rocas finas que lo guiaban a su alfa. El mismo que en sus manos tenía un lobito enorme de peluche de color dorado. Justo como él.

-Cariño, te amo. Tal vez sea pronto ante los ocho meses de conocernos, pero siento que sin ti sería difícil sobrevivir.

-Sunghoon.

No podía, sabía que el aroma de felicidad se hacía presente. Ahora ya no le importaba que se enteraran de su lugar en la jerarquía, solo quería correr con su alfa y abrazarlo.

-Sunoo, amo poder estar contigo en este día. Quiero permanecer contigo el resto de mi vida. Para los tontos alfas que te molestan. Ser el golpeador personal de cada uno, ser quien te defienda de tu entorno y hacerte feliz. Te amo y no me arrepiento de nada.

El lobo grande fue dejado en el auto del alfa, para acercarse con una cajita bonita pequeña para dejarla en las manos de Sunoo.

-Feliz cumpleaños.

-¡Sunghoonie! -se lanzó, apresandolo con sus brazos y llorando en su hombro sabiendo que todo estaba bien. Que lo quería. -Mi alfa, gracias.

[...]

Meses llenos de amor, el inicio de una relación tranquila. Una donde ya nadie los molestaba, por temor a ser golpeados por el alfa.

-Aquí, otro besito aquí. Y uno más aquí. -su dedito guiaba donde los labios de Sunghoon dejarían un toque ligero.

Se rió, estaba bien. Feliz, y completo. Con su segundo año en la Universidad todo parecía ir en orden.

Ya no habían problemas, solo comentarios de personas. Algunos profesores incluso los sentaban juntos para evitarse problemas con los demás alfas.

No había nada de malo en su relación acaramelada, la misma en la que adoraba que Sunghoon se dejara hacer en el cabello.

-En vacaciones iré a visitar a mis padres, quería saber si te gustaría venir conmigo. Pasar las seis semanas conmigo y mi familia escandalosa.

-Uh, tal vez sea divertido. ¿Puedo conocer a mi suegra? ¿Me dejaras hablar con tus hermanos?

-Conocer a la familia. Tal vez así ganemos más apoyo.

Sonrió, sí. También debería presentarlo a sus padres.

-Mis padres quieren conocerte, Sunghoon. ¿Como le haremos?

Fue donde Sunghoon sonrió y tomó sus manos para juntarlas ante el frío del invierno.

-Que te parece si conozco a mis suegros primero, después nos quedamos en casa de mis padres una semana y más tarde en mi casa el resto de vacaciones.

-¡Si! Espera, ¿significa que iré contigo a todas partes? -se sonrojó.

¿Dormirian juntos? ¿Comerian juntos? Dios. ¿Como le haría?

-Sí, llevarás tu maleta y yo la mía.

Asintió, tal vez debía acostumbrarse a la idea. Dejar de sentir vergüenza delante del alfa que lo quería y pelearía por el por todo. Tal vez llenarlo de besitos y sonreír feliz.

Se sentía mejor, Sunghoon siempre pensaba en ambos y no solo en su propia comodidad.

-Será en una semana. ¿Cierto?

Asintió, abrazando a Sunoo y dejando que su abrigo se llenara del aroma a café. Que el calor lo hiciera olvidar el frío del entorno.

Sunoo incluso acomodó su cabeza un poco, y sonrió con sus ojitos color miel brillando. Con su aroma a fresia acoplandose a Sunghoon.

-Uhm, no usas supresores.

-Desde hace dos días. No quiero dañar mi cuerpo con ellos, creo que es tiempo de que sepan. Que Park Sunghoon ama a un omega puro como yo.

-Y que Kim Sunoo ama a un alfa como yo. También eso. -rió bajo, lo quería demasiado. Lo amaba.

Era simple, tal vez no podría llenarlo de cachorritos como las personas normales. Pero su lazo sería fuerte sin necesidad de niños corriendo de un lado a otro.

Solo eran ellos, y el amor que profesaban.

Quiero, tenerte cada día a mi lado.

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