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Marcaste mi corazón, es turno de marcar mi cuerpo.

🌸🌸🌸

Hermoso, glorioso. Era más que eso, tener de un modo erótico al omega que tanto quería. Al mismo chico con aroma a peonia y fresia. Él que era capaz de adormecer sus sentidos y hacerle perder el control.

Aunque ahora mismo no planeaba tenerlo, no cuando estaba en el paraíso. Cuando lo tenía pleno ante él.

Deseaba agradecerle a un Dios, si es que existía. Por crear a tal perfección para él, agradecer a la luna por escogerlo como compañero de vida y de las pasadas vidas.

Porque lo amaba, lo adoraba. Como su cuerpo era un manjar ante su vista, como el ahora aroma a fresia y peonia se adueñaba de su alrededor y su lobo se sentía tan demandante al tenerlo ahí.

Esperando algo más que un amor pasional, el amor carnal que deseaba. La marca que adornaría su cuello como un dulce premio.

No sería su dueño, ambos serían dueños eternos de su amor. De su propio cuerpo, ambos se pertenecerían.

 —¿A-Alfa? —el llamado en su susurro fue suficiente para darse cuenta de como su menor se sentaba y abría con cuidado el condón. —¿M-Me deja?

Sonrió, era tierno. Y lo fue aún más cuando con cuidado colocó el condón deslizandolo por todo su falo hasta casi la base.

—Ya... —el jadeo pequeño que soltó para volver a su posición anterior. Dejando que desear.

Era bello, lo sabía. Tenerlo ante él, con su excitación obvia y necesidad más fuerte que antes.

No tardó en subir a la cama tomando con cuidado los muslos y levantando las piernas acomodandolas a los costados de su cadera.

Dejando un beso en los labios color cereza, se alejó para inclinarse y alinear su miembro en la entrada. En el mismo agujero ahora rojo y chorreante para su penetración.

—Sunghoon, mi alfa. Solo hazlo. —sonreía de tal manera que su lobo emocionado estaba en su interior.

El empuje preciso, el grito ronco de Sunoo que le dijo lo placentero que era. Como su interior se acoplada al tamaño de su falo, la forma tan hermosa en la que se abría para él.

—Ven, te necesito.

Se dejó abrazar con cuidado, sosteniéndose con fuerza de sus manos colocadas a los lados de Sunoo.

Tampoco es como si estuviera tan sumido en el placer para ser brusco en la primera vez de su pequeño novio. No lo quería lastimar.

Tal vez el besito que recibió en su mejilla fue la respuesta para seguir, seguir enterrándose en el interior sintiendo el calor de su pequeño. Sujetandose con sus brazos y uñas a su espalda.

Dejando el trabajo a su lobo, dejándose dominar por completo por su lado animal que se encargaba de besar el cuello blanquecino de su menor.

Quitando sus manos para dejar caer a Sunoo a la cama con el encima, sin olvidar delinear la figura. Con su cabello pegado a la frente ante el sudor.

El aroma volviéndose más fuerte, ambos jadeando y disfrutando del calor.

Apretando las yemas de sus dedos en la espalda, rasguñando y cerrando sus ojos mientras la baba de su boca escurria ante el placer.

Fue como si el fuego se expandiera en su interior y el instinto de ir hacia su cuello le dijera la respuesta.

—S-Sunghoon hazlo. Por favor, marcame.

El pase libre, sus dientes cambiando a los colmillos firmes de su lobo para lamer el cuello, la piel suave que al contacto y fuerza se rompió dando lugar a la deseada marca.

El dolor intenso hizo gemir a Sunoo, ni siquiera creyó que el placer y su dolor se mezclarán creando un sentimiento extraño en su interior y el grito lleno de pasión mientras se corría.

Contorneando su pequeño cuerpo y abriendo su boca, dejando que su vista se nublara al momento de sentir como su mayor se liberaba dentro de él. Sin olvidar la protección que tenían.

Respiró profundo, sabía que el nudo se formaría aún con condón. Así que se relajó ante la hinchazón que empezó a invadir su interior.

Sonrió, sintiendo como su mayor lamia la sangre de la herida. Sin olvidar los besos de su mentón que fueron hasta su boca tomándolo en un beso exigente y duro.

Dejando que sus lenguas jugarán entre ellas, chupando y succionando lo dulce de sus labios. Lo apetecible que llegaban a ser los ruiditos.

Un gemido ahogado, la separación de sus labios que dio lugar al sonrojo más fuerte en las mejillas apachurrables de su pareja.

—Mío, eres mío.

—Tú también eres mío.

Rió, hundiéndose en el pecho suave de su menor dejando un camino de besitos hasta su plano vientre. Llegando y volviendo a subir a sus mejillas.

—Espera, ya~

—Tan lindo, ¿no te han dicho que eres muy sexy?

—Sí, tú siempre lo dices. —se quejó sin estar enfadado. Lo quería demasiado. —Alfa, gracias.

—Te amo, eres y serás dueño de mi corazón. Mis sentimientos y cuerpo. Todo tuyo.

—Oh, que buen regalo.

Soy tuyo, y eres mío.

🌸🌹🌸

Lazo [Sungsun] •Adaptación•Where stories live. Discover now