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El mar es libre, yo quiero ser como el.

🌸🌸🌸

Nuevo día, útiles nuevos porque los suyos se arruinaron con el yogurt. Nuevos cuadernos donde tuvo que pasar todo lo de los anteriores.

Negó, era difícil. Ojalá dejara de existir ese odio.

Ir a su Universidad no era demasiado fácil, no si debía correr hasta la parada de autobuses. Rezar para obtener un lugar o estaría de pie siendo empujado por todos.

Para su mala suerte le había tocado parado, con sus manos agarrando los soportes mientras alfas de su escuela parecían mirarlo.

No hizo caso, ahora no quería pelear. No cuando estaba feliz por tener al menos un alfa que si lo quería.

-Sunghoon, parece ser un alfa muy apuesto. Estoy pensando en pedirle una cita. ¿Que piensas? -siguió la voz, era un Omega.

Una linda omega, con cabello largo y negro. Ojos azules, piel blanca y hermosa. Tenía todas las cualidades para ser una omega perfecta y sobre todo ella si podía tener hijos.

-No lo sé, no creo que te haga caso. Está coladito por un beta.

-¿Beta? No. Pero si no puede darle hijos, yo con gusto le doy cinco.

-SoonJi, yo diría que no lo molestes.

Saber que alguien gusta de la persona que a ti te gusta, es extraño. Más si sabes que a él también le gustas, al menos podía soñar con un "nosotros".

Negó, no había amor en su vida. Si tan solo pudiera dejar de usar supresores y ese spray. El mundo, o su Universidad notaría que no es un beta. Sino un Omega mucho más valioso que el resto.

Porque él si podía transformarse en lobo, no como la sociedad de ahora.

Cuando llegó al lugar bajo del autobús mirando a los lados y siguiendo su camino.

Pero se detuvo, ¿si había traído sus supresores por si acaso? ¿Habia puesto el spray?

No lo recordaba, tal vez si.

-Sunsun.

Tembló, su cuerpo se giro un poco. Y para su sorpresa nunca creyó ver a alguien, en especial a un alfa extenderle un ramo grande de lirios. Azules y bonitos solo para él.

-Sunghoon...

-Tomalas. Son para ti después de todo. -la sonrisa nerviosa, al igual que las mejillas rojas de vergüenza tal vez eran parte de las sensaciones que Park Sunghoon tenía.

Y Sunoo, nuestro Sunoo. ¿Como podía describir su corazón? ¿O su lobo? Porque en definitiva creía que estaba acalorado, con sus mejillas ardiendo y su lobo más emocionado que nunca.

No pasó mucho para que tomara las flores entre sus manos, para olfatear el lindo aroma que desprendía y sonreír embobado por el alfa.

-Sunoo, eres hermoso, nunca olvides eso.

Dios, no podía sentirse más avergonzado.

-Ven, vamos a clase.

Su mano fue tomada con delicadeza. Incluso fue conciente de como sus dedos se entrelazaban. Con la mano grande de su mayor siendo la protectora.

Uff, guardaría ese recuerdo por siempre.



[...]



Se removió incómodo, sabía que algo así pasaría. Que estaría nervioso con Park Sunghoon al lado en clase de filosofía, donde no debía llamar la atención del profesor.

-Por eso tomó un rumbo diferente después del siglo XX. Es ahí donde inició el nuevo pensamiento.

Pudo sentir el aroma a peonia desprenderse, y ahí fue donde quiso estar soñando, que fuera un mal sueño. No debía pasar, no ahora.

-Sunsun, ¿estás bien?

No lo estaba.

¿Por qué se sentía de ese modo?¿por qué su estómago dolía y estaba sudando?

-Ven. -los brazos del alfa lo atrajeron hacia el pecho. Y como arte de magia sus malestares se calmaron.

Ante el aroma del alfa, fue envuelto. Como protección se dejó caer por el lobo del mayor. Incluso quiso mostrar la pancita en modo sumisión.

-Bien, la tarea será un trabajo individual. Las hojas serán pasadas. -pronto llegó la suya a su lugar. -Debe de ser de diez hojas, máximo quince. No es mucho, solo quiero lo que ustedes piensan y creen de la filosofía. Eso es todo.

Agradeció que el profesor no dijera nada, porque estaba seguro de que los vio.

Cuando este se retiró, Sunghoon lo separó de su cuerpo para verlo a los ojos.

-¿Estas mejor?

-S-Sí. -estaba nervioso, ¿podría darse cuenta del aroma? -Debo ir al sanitario.

Se levantó, pero se arrepintió. Fue tan solo un momento, donde se dio cuenta de todo.

Tan rápido como pudo se agachó cubriendo sus ojos y negando, no podía pasar. No ese día.

-¿Sunoo? -tener a Sunghoon cerca de su cuello fue suficiente. -Eres tú, ¿por que tienes aroma?

-Dios... -no quiso ver, tampoco escuchar. Solo se quedó ahí sintiendo como Sunghoon se movió hasta estar delante de el.

-Sunoo...

-¿Pu-Puedes pedirle supresores a la enfermera?

Fue la gota que derramó el vaso, vió la impresión confundida en el alfa que le gustaba.

-Los traeré. No salgas de aquí.

Asintió, no podía de todos modos. No cuando sabía que su cuerpo pedía otras cosas en un mal momento. Quería llorar, lo quería. No era momento pero también quería irse a casa, quedarse ahí por un año y no salir hasta el próximo siglo si se podía.

Escuchó pasos, y solo tal vez se destapó para respirar profundo. Sunghoon había vuelto, con dichas pastillas en un bote pequeño.

-Ten. -los tomó, y revisando en su mochila saco su botella de agua, solo para que de forma rápida tomara dos. Suspiró. -Sunoo...

-Lo siento.

-¿Por ser Omega y no decirme?

-Por ser un Omega inútil y no decírtelo. -No creyó tener el valor para poder decirlo.

-Sunoo, ¿alguien más lo sabe?

-Mis padres, la enfermera. Y... Tú.

Solo supo que el alfa lo tomó del brazo para rodearlo con los suyos y acariciar su espalda. De esa misma forma entendió, que no importaba lo que fuera, Sunghoon siempre estaría ahí.

-Me gustas. No por ser Omega, beta o lo que sea. Me gustas por ser tú. Y no dejaré de tratarte de este modo, ni aunque nos casemos.

-Hyung, no somos aún novios y ya piensa en matrimonio.

-Es que yo no quiero solo ser tu novio, quiero tenerte como mi pareja de toda la vida.

Mi corazón es débil, pero tú lo haces fuerte.

🌸🌹🌸

Lazo [Sungsun] •Adaptación•Where stories live. Discover now