3. Saga Cree en mí - Heavy Crown

Uno. "Vuelta a Ontario"

Alice

Miré una última vez mi habitación, viendo que no se me olvidaba nada. Escuché a papá llamarme desde el piso de abajo. Suspiré y cerré la puerta de mi habitación, colgándome la mochila.

Bajé las escaleras y vi a papá cogiendo mi maleta y saliendo de casa para llevarla al coche.

Salí y entrecerré los ojos debido al sol. Extrañaría Nueva York. - ¿Se te olvida algo? - me preguntó.

- No

- ¿Segura? ¿Has mirado bien?

- Sí, papá.

Cogió la otra maleta y la metió en el maletero. - No entiendo por qué no vamos en avión, son ocho horas hasta Ontario. - me quejé.

- Nena, ¿Con que vamos a movernos después si vamos en avión? - Cerró la puerta de casa con llave. - Venga, pararemos antes para comprar algo de comida y bebida.

- Podríamos incluso comprar una pizza - dije ilusionada caminando hacia el coche.

- Claro, deberíamos de haber cogido el horno. - dijo. Le saqué la lengua.

- Me refiero a hecha. - Me subí en el asiento del copiloto, soltando la mochila en mis pies.

Me puse el cinturón y conecté la radio mientras papá arrancaba y ponía rumbo a Ontario.

- Volveremos antes de que comiencen las clases, ¿No?

- Si - miré a Papá y me fijé en su mandíbula definida. A él no le gustaba la idea de volver a Stratford. A mi tampoco, pero por una parte, quería ir a visitar a mamá. Cuando papá salió de la cárcel, puso nuestra casa en venta y nos fuimos a vivir a Nueva York. Como mamá siempre había querido.

Al no encontrar ninguna canción que me gustara en la radio saqué de la maleta mi CD de música favorito. Era el CD que ponía con mamá en el coche. Recordaba cantar cada canción junto a ella mientras íbamos a cualquier lado.

- No estás haciendo esto muy fácil - dijo papá cuando metí el CD y sonó la primera canción. I wanna be de Chris Brown.

- Esta canción era la favorita de mamá. No la he escuchado por un largo tiempo - miré a papá y este apretó el volante hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

Él cambió de canción cuando miré por la ventana. Papá se había vuelto más serio y protector conmigo desde que mamá murió. No podía ir a ningún lado si no era con él. Me dejaba y me recogía del instituto. Puso seguridad en mi ventana... todo.

No tenía libertad.

Papá paró en una gasolinera y se bajó. Lo vi entrar y suspiré. Estaba nerviosa por ver a todo el mundo de nuevo. El hijo de Kristen, Logan, ya tenía siete años, y desde que me fui solo lo había visto un par de veces en Navidad.

Papá abrió mi puerta y me dio una bolsa. Cerró la puerta y echó gasolina. Abrí la bolsa y vi dos redbull, dos botellas de agua y varios paquetes de patatas.

Abrí una de las botellas de agua y bebí un poco. - ¿Donde vamos a quedarnos?

- En la que era nuestra casa.

- Pensé que la habías vendido.

Negó con la cabeza - Sigue siendo nuestra. Contraté a alguien para que la limpiara, y Ryan habrá puesto comida en la nevera para que podamos instalarnos nada más lleguemos.

- Tengo ganas de ver a todos - confesé.

- Y yo, cariño, y yo.

Después de parar a comer me puse en los asientos traseros y me acosté. Estar tantas horas encerrada en un coche me mareaba.