Trece."Ha llegado la hora"

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Escuchen la canción de multimedia. Es preciosa para el capitulo.

Justin

Llegué de casa de Chaz y pasé una mano por mi rostro, frustrado. Sabía que no deberíamos de haber venido a pesar de la insistencia de los chicos. Volver al pasado nunca traía nada bueno, que hubieran perseguido a Alice me tenía el noventa por ciento del tiempo alerta. La última vez que pasó eso, se la llevaron.

Recuerdos de ese día se agolparon en mi mente. El grito de Aria, sus sollozos al otro lado del teléfono y el ruido del accidente.

Me eché un vaso de agua, y apoyado en la encimera me lo bebí de un trago. Necesitaba sentir que Alice estaba a salvo, y aquí, no lo sentía. Me sentía como en Stratford, no sabía si algún día alguien iba a llamar a la puerta e iba a dispararnos. Pude tomar la decisión de mudarnos cuando Aria me dejó.

Yo sabía que ella iba a volver a mí si yo no volvía a ella. Y estaba intentando con todas mis fuerzas no golpear la puerta de su casa y hacerla volver a mis brazos a la fuerza. Como dije, ella debería de haberse alejado de mí, y quizás en este caso, ella estaría viva y feliz con otro hombre que le pudiera dar lo que yo no. Seguridad y protección.

Dejé el vaso a un lado y suspiré. Aún recordaba las pintadas y las fotos en el viejo almacén, recordaba ver las fotos de Aria y de mamá y recordaba las letras rojas preguntando quien sería la siguiente. Ver eso en la casa de Alexa había conseguido ponerme los pelos de punta.

Todo el mundo que se acercaba a mí, acababa mal parado. ¿Por qué? ¿Es que no me merecía ser feliz? Cometí errores, muchos, y los estaba pagando. Pero... ¿Durante cuánto tiempo? Estaba cansado, muy cansado. Había mantenido a Alice en Nueva York alejada de los recuerdos y protegiéndola. Todo estaba bien allí, nadie sabía donde vivíamos y éramos felices, dentro de todo esto.

¿Es que no les bastaba haber matado a mi esposa y hacerme el hombre más infeliz y miserable de la tierra? ¿Qué más querían? Me había retirado del negocio para siempre. El gran chico de Parker, Justin Bieber, ya no existía. ¿Quien quería verme peor que hasta ahora? ¿Por qué? Ya no estábamos en su camino. Los Owners se habían extinguido después de mucho tiempo.

Apagué la luz de la cocina y subí a la habitación de Alice, ella dormía. Miré su ventana abierta, entré y me asomé, si ese chico había podido trepar por ahí, cualquiera lo haría, tenía que poner barrotes o algo así. Si Alice se diese cuenta de que había cerrado la ventana a finales de Julio me mataría.

Después entré lentamente en la habitación de invitados, necesitaba comprobar que todo estaba bien. Alexa dormía en el centro de la cama de matrimonio. Cerré la puerta despacio y me dirigí a mi habitación.

Cerré la puerta detrás de mí y me quité la camiseta, dejándola a los pies de la cama. Me senté en el borde y metí el rostro entre mis manos. Cerré los ojos y aguanté la respiración, hasta que escuché un ruido en el cuarto de baño.

Respiré de nuevo y miré a la puerta frunciendo el ceño. Me levanté y caminé lentamente hacia la puerta encajada. La luz estaba encendida, y se escuchaba el grifo abierto. Me puse frente a la puerta y la empujé levemente.

Miré a la mujer que tenía en frente. Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo y un sudor frío recorrió mi nuca. Mi esposa llevaba recogido su pelo en una cola, llevaba ese camisón negro que me gustaba tanto y estaba terminando de lavarse los dientes. Se secó en una toalla y después me miró con esos ojos marrones que me volvían débil.

- ¿Estás bien? - me preguntó. - Estás un poco pálido. - me miró preocupada y acortó la distancia entre nosotros para poner una mano en mi mejilla. Una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo y el aire se quedó atrapado en mi garganta. Esto no era un sueño, yo no estaba dormido. - Justin, cariño. ¿Qué te pasa?

3. Saga Cree en mí - Heavy CrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora