Paso 4: Muestra tus respetos más sinceros

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-Estaba deseando verte, lo siento.

Por toda respuesta, el líder Jiang optó por camuflar una risa con un bufido, poner los ojos en blanco y a despedir a sus asistentes con un gesto de la mano. Como los discípulos ya estaban más o menos acostumbrados a esas pequeñas escenitas, bastante menos formales que las que se veían obligados a representar en los Recesos de la Nube, se limitaron a hacer una reverencia. Sus sutiles muestras de afecto eran casi más difíciles de ver que las exageraciones de Lan WangJi y Wei WuXian. A espaldas de su yerno, la Araña Violeta también puso los ojos en blanco, pero por distintos motivos.

-¿Es una venganza por lo de Caiyi de hace un par de meses?

-Claro que no. No necesito una excusa para echarte de menos.

Con un deje juguetón, el primer jade le sonrió. Dejó una caricia suave sobre su rostro sudado y no dudó a la hora de depositar un dulce beso de mariposa en esos labios salados. Jiang Cheng había estado cumpliendo sus deberes como instructor antes de la llegada de su prometido, de ahí lo que su madre consideraba como unas pintas bastante indignas. Las túnicas de entrenamiento eran más ligeras y dejaban menos a la imaginación que las oficiales. Por supuesto, venía sudando por haberse estado ejercitando, pero a ninguno de los dos prometidos les importaba lo más mínimo, solo a la suegra. También cambiaba su recogido, algo que según las tradiciones quizá no debería hacerse, pero que al líder Jiang nunca le había importado demasiado. En ciertos momentos, la coleta alta era mucho más cómoda que el moño, le permitía apretar más el recogido para que cada hebra de cabello se mantuviera en su sitio. Además, a Lan XiChen le encantaba verla revolotear a su alrededor cuando saltaba al combatir. Le parecía hermoso, y se lo decía cada vez que tenía la oportunidad. 

-Pasa dentro. -Habló Jiang WanYin cuando se separaron-. Me cambiaré en lo que te sirven un té.

-No hace falta que te molestes, WanYin. Estás precioso así.

El líder Jiang bufó, pero había una chispa divertida en sus ojos. No era así en los de la tercera dama Yu.

-Adulador. -Le picó-. No es correcto recibir así a otro líder de secta.

-Bueno, al menos se da cuenta. -Masculló por detrás su madre.

-Pero vengo en calidad de tu prometido.

-¡Será desvergonzado!

-Sigue sin ser excusa. -Jiang Cheng negó con la cabeza. Aunque venía a decir algo parecido a las palabras de su madre, Jiang FengMian vio por primera vez una cierta suavidad que debía haber heredado de él matizar su discurso. Luego se dirigió a sus dos asistentes, que se habían retirado lo suficiente como para darles privacidad pero tampoco se encontraban tan lejos como para no atinar a responder al llamado de su maestro si eran requeridos-. Vosotros, llevad a ZeWu-Jun al Salón de la Espada. Me reuniré contigo en diez minutos.

-Por supuesto, WanYin.

Con la delicadeza que le confería su calidad como amante, antes de que su prometido se marchase el primer jade sostuvo su diestra con cuidado y depositó un cariñoso beso sobre sus nudillos. Jiang WanYin no pudo evitar dedicarle una sonrisa cargada de afecto. 

Hay que confesar que Lan XiChen había tenido mucha suerte. Aquel día estaba de buen humor porque todavía no le habían llegado los informes reglamentarios de Lanling con (como siempre) malas noticias. Ya llegarían y ya se le agriaría toda la jornada, ya. Cuando eso ocurriese, Lan Huan debería sacar sus mejores armas para calmar la faceta de adicto al trabajo de su prometido y templar el ambiente. 

Por detrás de la pareja, Yu ZiYuan emitió algo así como un grito frustrado. En la lejanía, un gato maulló asustado y a otro se le erizó el lomo. Su marido y su hija la contemplaron con ciertas reservas a medio camino entre la prudencia y la inevitable resignación.

Cómo ganarte a tus suegros sin saberlo [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Where stories live. Discover now