Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou mettre en ligne une autre image.
—Oye, espera, te juro que esta vez no fui yo —se apresuró el rubio, levantando las manos antes de que Jeon pudiera asestarle un golpe. Su voz era rápida y tensa—. Sí, me gusta molestar a Kim, pero jamás llegaría a ese punto. Hoy me la pasé con Jennie todo el tiempo. ¡Ella te lo dirá! —HyunJin señaló a la chica de cabello corto y mechones rosados.
Jennie asintió con timidez, cruzando los brazos en un intento de controlar el miedo que le infundía el Alfa.
—HyunJin y yo no nos separamos hoy, Jungkook-ah —dijo con la voz apenas audible. Bajó la mirada, intimidada por la presencia abrumadora del lobo de Jeon—. Además, le prohibí rotundamente volver a molestar a Tae.
La furia de Jeon se intensificó. Su Lobo Alfa tomó el control, liberando un aura opresiva que llenó la biblioteca. Estaba furioso hasta los huesos, con un impulso brutal de romperle la nariz a quien se hubiera atrevido a hacerle eso a Taehyung. Sus ojos, ahora de un azul vibrante, brillaron en todo su esplendor, intimidando al Alfa rubio que sostenía por el cuello de su camisa. Gruñó, soltándolo. HyunJin cayó al suelo con un golpe seco y doloroso.
—Entonces, ¿quién demonios le hizo daño a mi Omega? —Su voz resonó, fuerte y digna de un Alfa de su calibre.
Lo miró esperando una respuesta, pero solo obtuvo una exclamación de dolor y un tembloroso:
—No lo sé.
Los susurros se extendieron de inmediato por la biblioteca, esparciendo el rumor: el Alfa más temido había reclamado al Omega más lindo, un emparejamiento que nadie hubiera imaginado.
Una Omega se acercó al pelinegro con una coquetería forzada. Al pasar, rozó brevemente su hombro y susurró a su oído con la intención de provocarlo: —Un Alfa como tú no debería desperdiciarse con un despojo como Kim.
El gruñido que escapó de Jungkook fue un trueno.
—Vuelve a llamarle así a mi Omega y juro que te romperé el cuello.
La chica retrocedió asustada y sumisa ante la clara Voz de Mando del Alfa. Jungkook contuvo una mueca de asco ante el aroma a nerviosismo de la Omega y se dio la vuelta. Caminó hacia la salida, dejando a todos atrás, hablando entre impresionados y aterrados. Pobre del imbécil que se le había ocurrido meterse con Kim Taehyung.
.
La universidad entera estaba enterada de lo sucedido en la biblioteca. El aroma a celos por parte de Omegas y el enojo silencioso de otros Alfas eran palpables en el aire. No era de extrañar. Durante años, muchas Omegas, e incluso Alfas, habían intentado conquistar a Jungkook para asegurar una manada fuerte. Todos habían fallado, recibiendo solo amenazas y gruñidos. ¿Cómo un Omega como Taehyung había conseguido lo que nadie pudo?
Un silencio expectante reinaba en los pasillos. Todos se miraban con lástima hacia Baekhyun, el Beta de segundo año que le había arrojado harina y huevo al lindo Omega.
Jungkook recorrió el pasillo, guiado por su olfato hacia el Beta de cabello morado. Los amigos del chico retrocedieron, asustados por el imponente aroma a Alfa y la mirada con destellos azules de su lobo. Baekhyun frunció el ceño con confusión. Un gruñido profundo a sus espaldas lo hizo voltear, tomando una respiración temblorosa.
Una sonrisa tensa asomó a sus labios antes de que Jungkook lo arrojara con fuerza contra los casilleros.
El gemido de dolor de Baekhyun se escuchó en el silencio, observado con pena por alumnos y maestros. Ninguno se atrevía a intervenir, a menos que quisieran ser despedazados por uno de los cuatro Alfas de Alto Rango de la universidad. Rezaban para que el pelimorado saliera vivo.
Jungkook gruñó por milésima vez en el día. El Beta se levantó, su ceño fruncido intentando parecer valiente a pesar de la respiración superficial.
—¿Q-qué demonios, Je-Jeon? —Su mirada se desvió al suelo. Sus piernas y manos temblaban. No debió haberle hecho eso a Kim. Solo quería "divertirse" un rato.
—¿Qué demonios contigo? Te crees mucho, ¿no es así? Eres un idiota, Baekhyun —Jungkook dio un paso, el Beta retrocedió—. No puedo creer que hayas tenido la insolencia de hacerle eso a Tae. Esto te hará entender que, antes de actuar, debes pensar dos veces.
—Y-yo no sa-sabía que era tu O-omega —sus manos se alzaron en un gesto de súplica—. No lo has reclamado, Jungkook.
—No necesita ser reclamado para que tengas el mínimo respeto hacia él —El Lobo de Jungkook rugió. El Alfa apenas contenía el impulso de cederle el control.
Su pecho vibró con una punzada de dolor y urgencia. Su lobo exigía salir para dejar claro quién mandaba.
A lo lejos, Min YoonGi vio la escena. Maldijo y dejó salir a su propio lobo, igual de preocupado. Un hermoso lobo de pelaje gris plateado irrumpió en los pasillos, haciendo que todos se apartaran. Corrió hacia el gran lobo de pelaje negro y ojos azules que veía al Beta como su próxima presa.
Se interpuso, empujando con el hocico el costado del Alfa, un esfuerzo inútil dada la diferencia de tamaño. Maldijo de nuevo por ser una miniatura comparado con su amigo. Dos Alfas mayores llegaron corriendo a su lado, Namjoon y Hoseok.
—¿Qué diablos te pasa, Jungkook? —Namjoon se masajeó el puente de la nariz, frustrado.
—Vámonos —ordenó Hoseok. El lobo negro suspiró, derrotado. Se dio la vuelta y caminó detrás de sus mayores, no sin antes clavar una mirada letal con esos penetrantes ojos azules en el Beta.
Todos jadearon aliviados cuando los cuatro Alfas de Alto Rango desaparecieron de su vista.