10; Marcas

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Jungkook suspiró, cansado, cuando el molesto sonido repetitivo de su alarma comenzó a sonar, avisando la hora de alistarse para la universidad

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Jungkook suspiró, cansado, cuando el molesto sonido repetitivo de su alarma comenzó a sonar, avisando la hora de alistarse para la universidad. Solo quería dormir un rato más.

—¡A levantarse, Alfas testarudos!

El grito de su madre, Tzuyu, sumado a los enérgicos golpes en su puerta, no le dejaron más remedio que saltar de su cómoda y cálida cama.

Echó agua fría en su cara al llegar al baño privado, con el propósito de arrancar todo rastro de sueño. Bostezó, cepilló sus dientes y salió para vestirse. Se bañaría más tarde, pero el café frío con su Omega era la prioridad.

Se puso un pantalón holgado que se ajustaba a su cintura y tobillos, una camisa negra fajada y una camisa de botones de rayas naranjas y rojas encima, para protegerse del frío leve que comenzaba a sentirse en la estación.

Bajó a la cocina, tomó una manzana y se dirigió al sofá de la sala por su mochila. Sus hermanos bajaron aún en pijama, lentos.

—¿Mmh? ¿Adónde vas tan temprano y tan arreglado? —Yoongi talló sus ojos con el puño cerrado.

Su padre, JaeSung, y su madre bajaron las escaleras de la mano, con muestras de cariño de por medio. JaeSung miró a su hijo con suspicacia.

—¿Te sientes mal, Jungkook? —preguntó con una burla amistosa.

Jungkook bufó.

—Quedé de pasar por Tae para ir por unos cafés antes de clases. No hay tiempo para el desayuno de ustedes —Sus hermanos rieron entre dientes.

—Lo que uno hace por amor —dijo Namjoon, negando con la cabeza.

—Ugh, mejor ni hables, que andas igual con el tal Seokjin —Namjoon corrió hacia el menor con intenciones de ahorcarlo, pero el brazo de su padre lo detuvo justo a tiempo.

—Ya, ya, cachorros. Déjenlo ir —Tzuyu rodó los ojos, divertida y mordiendose el labio para no burlarse de su hijo también.

El rubio no dijo más y salió de la casa, acelerando el paso hacia la casa de su pareja.

—¡Jungkookie! —Taehyung corrió hacia él al verlo llegar a la puerta, una gran sonrisa iluminando su rostro.

El Alfa lo recibió gustoso, depositando un suave beso en los labios del chico. Era un saludo fugaz, pero íntimo, perfecto para la mañana.

—¿Listo? —preguntó Jungkook sonriendo.

—¿Para ir a la escuela? No. Para el café, sí —rió Taehyung.

Tomados de la mano, caminaron hasta una pequeña cafetería a medio camino de la estación de autobús. Pidieron sus bebidas y, con los vasos humeantes en mano y unas donas, se dirigieron a la estación.

No esperaron mucho para que el transporte llegara. Subieron, pagaron sus pasajes y se sentaron en uno de los asientos delanteros, terminando su café mientras observaban el despertar de la ciudad. Solo había estudiantes somnolientos con sus celulares y una anciana dormitando.

—¿Crees que sería bueno contarles a los chicos? —La pregunta de Taehyung lo hizo desviar la mirada de los mensajes de su madre.

—Solo si tú quieres, cariño. Si se los cuentas es porque les tienes confianza. No te sientas presionado a compartir tu linaje Primario con nadie —Jungkook acarició el cabello azulado de la nuca de Taehyung, ofreciéndole apoyo.

—Se la tengo —afirmó el Omega con convicción.

—Entonces diles.

El autobús detuvo su andar frente a la imponente entrada de la Universidad. El vehículo se vació perezosamente. La pareja entró al campus riendo por sus comentarios sobre la serie que verían.

Sus amigos, Jimin y el resto de la manada, ya estaban reunidos en su punto habitual junto a los casilleros del pasillo principal, con bebidas y snacks en mano.

Jimin saltó sobre el peliazul, radiante.

—¡TaeTae! —Jimin depositó un beso húmedo en su mejilla.

—Ew, te he dicho que sin baba —Taehyung sobó su mejilla, intentando limpiarse. Luego, notó algo en el cuello de su amigo, bajo el cuello de su camisa. Presionó su mano suavemente en el pecho de Jimin—. Oh, ¿Yoongi te marcó?

La pregunta hizo sonrojar a Jimin, quien sintió las miradas curiosas de los Omegas cercanos.

—¡Ssh! Y sí, fue durante su celo. El mío también se adelantó y le pedí que me marcara —respondió Jimin en voz baja.

—¿Y tus padres, Minnie?

—A ellos no les importó mucho. Dijeron que si lo amaba, no me regañarían, que ya era un adulto responsable.

Taehyung rió y abrazó a Jimin con efusividad.

—¡Felicidades!

Minutos después de una plática cercana entre los amigos, Taehyung y JiMin se despidieron para ir a sus casilleros, y después a sus respectivos salones. En cuanto el Omega estuvo fuera del alcance del oído, Jungkook se acercó a sus hermanos, que estaban terminando sus bebidas.

—Chicos —dijo Jungkook, con una mezcla de excitación y nerviosismo.

—¿Qué? —preguntó Namjoon.

—Quiero marcar a Taehyung.

Lo dicho hizo que sus hermanos se atragantaran con el snack y el jugo que estaban consumiendo.

—¿Ya? —preguntó Yoongi, limpiándose la comisura de la boca.

—Bueno, tú marcaste a Jimin justo ahora —Jungkook contraatacó. Yoongi rodó los ojos—. Sé que él también lo quiere. Antes me preguntó cuándo era mi celo. Quiero hacerlo. —El nerviosismo de Jungkook se hizo evidente, sus manos sudaban ligeramente.

—¿Cuándo es tu celo? —Hoseok lo miró, tomando su jugo.

—Este mes —Los Alfas chasquearon la lengua.

—Podemos ayudarte —sugirió Yoongi, su tono ahora serio y responsable—. La primera vez no siempre es perfecta, es seguro, habrá fallas y no es malo. Pero podemos enseñarte cómo mejorar y, lo más importante, cómo complacer y cuidar a tu Omega durante ese momento de vulnerabilidad. El placer y el consentimiento mutuo es la única forma.

Jungkook sonrió, profundamente agradecido por el consejo maduro y la aceptación de sus hermanos.

—¡Los amo tanto!

Ꭺꮮꮁ̵ꭺ Ꮲꭱꮻꭲꭼꮯꭲꮻꭱ [KookV] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora