Capítulo 6

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Importante: debido a que cambié la dinámica de las actualizaciones, haciendo de la parte uno y de la parte dos (de cada capítulo) uno solo (como es originalmente) veréis algunos comentarios pertenecientes a la parte anterior. No supone ningún problema ya que al ser de la parte anterior, no porta ningún spoiler. Pero aviso para que lo sepáis de antemano.


06 | La curiosidad no viene gratis

❝𝐀 𝐛𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐬𝐨𝐮𝐥 𝐢𝐬 𝐚𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐢𝐧 𝐧𝐞𝐞𝐝. 𝐘𝐨𝐮 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐡𝐚𝐯𝐞 𝐭𝐨 𝐥𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧 𝐜𝐚𝐫𝐞𝐟𝐮𝐥𝐥𝐲. ❞

C. L Niss

Levi parpadeó con incomodidad ante la luz del sol, cosa que le hizo recordar la vergüenza del día anterior. Después de ir para revisar la zona elegida por Elliot, no lograron encontrar nada. Ninguna pista. Así que decidieron llamar a la policía científica para que revisase el lugar, puesto que ellos eran los especialistas en el tema.

A pesar de que el asiático no dejaba de sonreír en todo momento, sí que percibió un toque de molestia en su expresión.

Suspiró alejando aquel recuerdo. Ya era un nuevo día y había que empezar con un buen pie.

-Buenos días -saludó Levi nada más entrar por la puerta de la oficina.

Mientras tomaba su café -quemándose la lengua en el acto-, y recibía saludos con educación, buscó con la mirada a su compañero quien no estaba en el sitio que le correspondía.

-¡Boo!

Levi se sobresaltó en su sitio agarrando con fuerza el café para que no se saliese de la tapa que poseía. Con rapidez la pasó de una mano a otra para evitar quemarse los dedos también.

-¡¿Pero qué haces?! -le gritó a Elliot alejándose de él.

El joven esbozó una sonrisa con picardía y pasó de su fulminante mirada para ir a su escritorio y sentarse. Se cruzó de piernas con elegancia.

-Buenos días a ti también, Levi -le dijo empleando un tono de burla. El castaño arrugó su frente con disgusto y se sentó en el escritorio contiguo dejando el café al lado, todo bajo la mirada atenta de Elliot sobre él-. Sabes, me propuse leerme todos los informes que se me enviaron sobre el caso de nuestro querido Max. ¡En una mañana! -exclamó con emoción, para después apoyar una mano en su mejilla derecha. Un par de mechones oscuros cayeron sobre su frente con suavidad.

-Bien, pero deja de actuar como si fuese un logro. Es parte del trabajo -replicó con sorna.

Elliot hizo un puchero inesperado.

-Ya, pero no sabes lo que me cuesta espabilarme por las mañanas -se quejó con actitud infantil.

-Pues toma café.

-No me gusta -contestó cruzándose de brazos-. Ni siquiera sé cómo es que ciertas personas llegan a tener una adicción a algo así.

Levi abrió la boca en forma de "o" a la vez que asentía con la cabeza.

-El único criminólogo en Seattle al que no le gusta el café. Me pregunto qué es lo que bebes.

-Lo descubrirás más adelante -dijo sonriente-. Por ahora pongámonos a trabajar. Anoche ocurrió algo. -Comenzó poniendo un tono cantarín.

Levi cogió la carpeta amarilla que había en el escritorio de su compañero y la abrió ojeándolo. Habían nuevos documentos.

-¿Qué es esto? -cuestionó sin alzar la vista.

El caso de Max Denovan © 2020Where stories live. Discover now