Capítulo 5

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05 | No te recomiendo jugar, puedes hacerte daño, ¿sabes?

❝𝐓𝐡𝐞 𝐭𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞 𝐢𝐬, 𝐲𝐨𝐮 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐤 𝐲𝐨𝐮 𝐡𝐚𝐯𝐞 𝐭𝐢𝐦𝐞.❞

BUDDHA

Ya era casi de mediodía, cuando ambos agentes se encontraban en el coche de policía conducido por uno de ellos, rumbo a la escena del crimen.

Levi estaba callado, de brazos cruzados y relajado; mientras que Elliot por su parte estaba entretenido mirando las imágenes del forense, junto a ciertas pistas que los criminalistas habían encontrado aquel día.

Huellas y sangre seca en algunas hojas indicado que sí hubo arrastre. No vieron ninguna huella de zapatos debido a que estaba todo desordenado y sucio con el barro y las hojas entremezcladas. Era imposible ver que clase de calzado traía el sujeto responsable del crimen.

Eso era todo lo que sabían de momento.

-La hora estimada del crimen, entre once y veinticinco y once treinta y cinco -dijo Elliot rompiendo el silencio. Llevaba una mano en su mentón, y la otra sujetando la carpeta.

Levi no respondió. Simplemente le observó con aburrimiento. En las últimas horas, el joven se la había pasado callado leyendo aquella carpeta una y otra vez.

-He visto que no hubo ningún interrogatorio aún. Solo entrevistas. -Los ojos marrones de Elliot se encontraron con los del inglés.

-Sí.

-¿Ningún sospechoso entonces?

-De momento no. Aunque tenemos que mirar las grabaciones de las entrevistas para confirmarlo.

-¿Grabaciones? -preguntó confundido. Pero nada más darse cuenta habló-. ¡Ah, ah! ¡Las de las entrevistas!

-Tanto tiempo metido en esa carpeta te ha quitado un par de neuronas -replicó con burla.

Elliot, por primera vez en horas, sonrió de nuevo. Sus ojos recuperando la chispa de diversión que tanto le caracterizaba.

-Lo he releído alrededor de doce veces. Y no me arrepiento ni una sola vez.

El tono usado causó que Levi alzase una ceja.

-Sí...Mira, déjalo.

El menor rio ante aquella amarga contestación.

-Ya hemos llegado -habló el conductor. Les miró a ambos -. Os acompañaré para mostraros la zona.

Levi asintió agradecido. Después volvió a mirar a su acompañante, quien dirigió su vista de nuevo a la carpeta color mostaza.

«¿Doce veces? ¿Es que no se cansa?»

Al salir del coche -uno más tarde que el otro-, unos rayos de sol les dio en el rostro con fuerza, aunque tan sólo obligando al inglés a entrecerrar sus ojos y cubrirséla con una mano por protección. En silencio siguieron al policía, adentrándose más en el bosque. Elliot alzó la vista por un momento, para admirar la belleza del lugar en el que se encontraban. Le pareció hermoso, con un toque único. Hacía mucho que no visitaba un bosque, por lo que la emoción le embriagó sin poder evitarlo. A pesar del frío, el sol estaba en su punto más alto y sus rayos le ortogaban calidez y confort a los árboles cuyas hojas se balanceaban por el ligero viento.

-Aquí pasa poca gente -afirmó este con suavidad.

-Sí. La gente se va más al otro lado o a otros bosques.

-Mmm, oí que Seattle está lleno de ello -dijo Elliot dándose dos toques con la carpeta en su mejilla derecha.

Levi le miró con curiosidad.

El caso de Max Denovan © 2020Where stories live. Discover now