Capitulo 37

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Lo imaginé.

Imaginé mucho que este momento llegaría pero no esperaba que fuera en un futuro cercano y mucho menos, que fuera hoy.

Miro lo que sostiene en sus manos, no sé cuáles fotos ha visto ni sé cuál tiene en sus manos, si de algo estoy seguro es de que está creando una película en su cabeza ya que no entiende nada.

—¿Qué haces con eso?—Pregunto dejando la comida en la mesita de noche.

Que idiota soy, ¿cómo demonios olvidé esa caja? Es obvio que el dinosaurio llamaría su atención y la vería.

—Axel, ¿puedes explicarme qué es todo esto?—Su voz se escucha lenta, pero sé que la calma en este momento no está con ella.

—Puedo explicártelo—es lo que me sale decir.

—Si, si quiero que me expliques, todo esto es malditamente confuso. ¡¡No puedo creer que cuando te dije que sentía conocerte nunca me dijiste nada con respecto a esto!! ¿¡Por qué no me dijiste nada!?—comienza a gritarme, yo respiro buscando cómo responderle, sé que ella tiene su razón, sé que tiene derecho a estar molesta.

—No podía—digo en voz baja, agachando la cabeza. Quizás eso no me justifique, pero tiene que entender que de verdad no podía, ¿cómo se supone que le contaría todo sin tener que alargar la historia? ¿Sin recordarle los momentos que vivió con ese tipo? ¿Sin sentirme culpable por haberle fallado?

—¿No podías? ¿Por qué no podías?

—Tenia miedo.

—¿Miedo de qué Axel? ¿¡Miedo de qué o a quién mierdas!?—Me grita, ya perdió la poca paciencia.

—Miedo de perderte, otra vez.

—¿Otra vez? ¿De qué me estás hablando? ¿Por qué no me dices todo de una vez? ¿De donde salieron estas fotos? ¿Cómo nos conocemos? ¡¡Dime!!—Su pecho sube y baja agitado, sus ojos se aguan y comienza a llorar, no por favor.

—Por favor, no llores pequeña, no me gusta verte llorar—me acerco a ella, pero ella retrocede dejándome congelado en mi lugar.

Imaginar su reacción me daba miedo, pero verla retroceder y alejarse de mí me parte el alma, ¿acaso piensa que le haré daño?

Su rostro está ido, sus ojos miran a un punto en específico y parece que recuerda algo, quizá no sean los mismos pero al verla llorar a mi mente llegan distintos recuerdos.

El niño y la niña parados frente a mí me miraban, miraban con asombro mis ojos de distintos colores, yo esperaba que alguno de ellos dijera algo pero no lo hicieron.

Nuestras madres nos miraron al notar que ninguno planeaba decir nada, a decir verdad, a mí no me interesaba tener una conversación con ninguno de ellos.

—Mira mamá, él tiene los ojos como el gato de los muñequitos—le dijo la niña a su madre haciéndola reír, el cabello de ella era muy negro y largo, sus ojos eran muy grises, casi como el cielo, pero a mí no me interesaba ser su amigo.

—No seas tímido mi niño, saluda—me motivó mi madre, yo me acerqué al niño con algo de timidez.

—Hola, soy Axel—le extendí mi mano como mis padres me enseñaron, los ojos de él eran idénticos a los de ella, muy poco convencido me extendió su mano y miró a su madre.

—Y yo Hairon—me dijo su nombre.

—¿Y a ella? ¿No la vas a presentar?—preguntó la amiga de mamá, Hairon miró a su hermana y la abrazó.

Un amor inolvidable |#2|✔️Where stories live. Discover now