Clímax [ROMANCE 1] [COMPLETA✔️]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐝ó𝐬

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ᴄᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ ᴀᴅᴜʟᴛᴏ

¿ᴘᴇʟɪᴄᴜʟᴀꜱ?...

La película que Erik había elegido estaba más que aburrida, había perdido la cuenta de cuantas minisiestas he tomado ya, él por otro lado estaba metido en su teléfono, tampoco estaba prestando atención.

Tenía curiosidad de saber quién le estaba sacando tantas sonrisas.

— ¿Con quién hablas?

Lo dije en susurro, lo suficientemente alto para que me escuchara. Sus ojos vieron los míos rápidamente, soltó su móvil y se desplazó en mi dirección.

— Con una amiga.

— Umm.

Agarro mis piernas y me halo, dejándome acostada sobre la cama.

— ¿Celosa?

Esboce una pequeña risa.

¿Yo celosa, porque evidentemente prefiere hablar con su "Amiguita" en vez de pasar el tiempo conmigo?...

— Ya quisieras... Pero si me traes aquí para ver una película contigo y en vez de, lo que haces es mensajearte con esa amiguita tuya, pues un poco molesta si me pone.

Una expresión triste y arrepentida salió a relucir en su carita.

— Lo siento, me aburrí y tú te dormiste... Muchas veces.

Hundió su cara entre mis senos y se quedó ahí.

No podía enojarme con él por lo tierno que estaba siendo. Acaricie su cabello con mis dedos suavemente. Su lengua paso por mi piel para luego chuparme.

— Erik — lo llame por su acción repentina.

Me sonrió de manera inocente y señalo a la tv.

— Esta muy aburrida esa película.

— Elijamos otra...

— No, yo puedo darte una mejor función.

Tiro el escote de mi camiseta hacia abajo, dejándome expuesta. Sus labios no tardaron en cubrir mis pechos de besos.

Se sentía cálido el tacto de sus labios contra mi piel, en la manera en que movía su lengua jugueteando con mis pezones me hacía suspirar. Metió su mano en mi short de pijama, acariciando mi clítoris lentamente y con precisión, provocando que la temperatura en mi cuerpo se elevara. Cambio la dirección de sus dedos, entrándolos lentamente en mi vagina.

Jadee al instante, apretando las sábanas debajo de mis manos.

— ¿Te gusta?

Su voz se tornó ronca y a la vez sensual.

— Sí — balbuce apenas audible.

Mordió mi labio despacio.

Saco sus dedos de mí, llevándolos a mi boca para luego meterlos en la suya, haciéndome jadear.

Me quito la camiseta y los shorts, al igual que mi ropa interior, dejándome completamente desnuda, lo dejé tocarme tal cual lo estaba haciendo, mi cuerpo empezaba a exigir más de él y todo lo que ofrecía en términos sexuales. Podía sentir mi temperatura corporal elevarse conforme pasaba el tiempo.

Mi respiración se agitaba al igual que sus dedos se movían con más rapidez. Sus cálidas, dulces y atrevidas caricias me hacían perder la noción del tiempo.

Exactamente en ese preciso momento en el que mi cuerpo empezaba a desabarrotarse, a retorcerse y extasiarse, cuando estaba al borde de obtener el orgasmo que él me ofrecía, en ese preciso momento retiró sus dedos.

Mis ojos se abrieron, en reclamo por su repentina lejanía, y antes de que pudiera reclamarle me lleno de besos toda la cara, aún con mi respiración agitada.

— No es justo que me hagas eso — susurré lo suficientemente alto como para que él me escuchara.

— Planeó terminar lo que empecé — mordió mi labio inferior suavemente — sin embargo... — Tomó mi mano y la guio justo dentro de su pantalón de pijama, haciéndome agarrar su pene erecto, el cuál acaricié sin duda alguna — ya que tenemos toda la noche, podemos divertirnos.

Apreté su pene entre mis manos provocándolo gemir contra la piel de mi cuello.

Lo hice a un lado, cambiando lo posición entre nosotros, quedando yo encima suyo.

— ¿Quiere diversión señor D'Luca? — Le dije en un tono sensual, acariciando su pelvis.

— Por favor — musito con notable deseo en su voz.

Mordí mi labio mientras tomaba el borde de su pantalón y lo bajaba junto a su bóxer, sacándolo de su cuerpo, con más libertad tomé su pene entre mis manos, acariciándolo un poco más antes de agacharme y llevarlo a mi boca, pasando mi lengua por toda su longitud.

Los jadeos que salían de su boca me dejaban saber que lo estaba haciendo bien.

— ¿Dónde quieres venirte?

Me incorporé para mirarlo. Sus ojos brillaban de lijaría, su cuello enrojecido y sus labios entreabiertos respirando con dificultad.

— En ti — gruño con notable deseo en su voz.

Dicho esto, me alejé.

Dominar no era lo mío, claramente podía hacerlo, pero siempre preferiría estar del otro lado del juego.

Con mi silencio y mis acciones le dejé saber que tenía todo el control sobre lo que quería hacer.

Me recosté sobre la cama al verlo aproximarse a mí.

Acarició mis piernas amablemente antes de abrirlas de par en par, pasó sus dedos acariciando el orificio de mi vagina, para luego meterlos en su boca. Mi pulso se agitaba, el deseo de sentirlo dentro de mi crecía a cada segundo que pasaba.

— Estás muy mojada.

Le sonreí con atrevimiento, crucé mis piernas alrededor de su cadera y lo atraje más hacia mí.

Esbozo una pequeña risa atrevida, entendiendo lo que le quise decir.

Ágilmente movió sus caderas contra mí, invadiéndome como tanto anhelaba que lo hiciera, aunque sus embestidas empezaron siendo suabes se volvieron rudas de un instante a otro, provocando que mis piernas se tensaran alrededor suyo.

Su agarre en mi cintura se volvió mucho más fuerte, y los gruñidos de su parte más audible, un par de embestidas más y fue suficiente para que se viniera. Solté una respiración en cuanto salió de mí.

— Podría hacer esto toda la noche — balbuceo antes de tumbarse a mi lado.

Solté las sábanas uniendo mis manos sobre mi vientre, con la mirada fija en el techo blanco sobre nosotros.

Podía escucharlo respirar claramente.

Giré mi cabeza mirándolo, él hizo lo mismo, impulsivamente subí sobre él.

Mordió su labio inferior de una manera sexy. Levante mis caderas dejándolo entrar en mí, me moví lentamente viendo como su cuello aún seguía enrojecido y su respiración se tornaba pesada. Me incline hacia delante para besarlo, mordiendo su labio en el momento, haciéndolo gruñir.

Su boca tenía un sabor dulce que no quería parar de probar, por lo que continue besándolo con pasión al igual que gemía de placer. Puse mis manos en su pecho clavando mis uñas en su piel, recibiendo pequeños espasmos por el orgasmo.

Baje de él tumbándome a su lado.