ᴄ ᴀ ʟ ʟ ᴍ ᴇ ᴅ ᴀ ᴅ ᴅ ʏ

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— ¿Por qué tan nervioso? Te jode no tener el control, ¿no?

Ahora era el turno de que Horacio riera, no la ocultó, rio por lo bajo, echando una mirada rápida al cuerpo completo de Gustabo sin separarse de él. Lentamente puso la mano que no tenía de soporte sobre la cama en el visible miembro de Gustabo, sacándole un gemido que se negó a soltar, apretando suavemente. 

— Vamos, Gustabo. Demuestra quién manda, demuéstramelo. 

Su voz se escuchaba ronca, estaba cabreado, y de alguna manera, él iba a cobrar. En Gustabo, la consciencia había hecho acto de presencia, la sensación de estar sobrio era pequeña, pero era la suficiente para enterarse de lo que estaba pasando. Tenía a Horacio encima de él, sometiéndolo. Y, a pesar de que estaba consciente, no se opuso, había algo en los ojos del contrario que lo incitaron a mostrarse sumiso ante él. Su única respuesta ante el monólogo iniciado por Horacio, pasar saliva y tensar su cuerpo. Comenzaba a excitarse. 

 — ¿Qué? Ahora si muy callado, ¿no? ¿Qué pasa, Gustabo? Habla. 

En Horacio se podía percibir lo irónico y sarcástico que estaba siendo, lo dominante ante la situación. No  dejaba de apretar su cuerpo contra el de Gustabo, así como tampoco cesaban los ligeros apretones en el miembro de este. La risa que soltaba Horacio con la respiración agitada de Gustabo entonaban una melodía lujuriosa que un tercero llegó a percibir. 

Ya harto de no poder intervenir desde que Horacio había llegado a la habitación, y que Gustabo le había dicho que se escondiese, Conway salió con una toalla enrollada sobre su cadera y con el marcado torso al aire, con una expresión que a ninguno de los dos restantes sorprendió. 

Horacio se apartó lentamente de Gustabo para quedarse de pie en el espacio que las piernas del contrario formaban, también quitó la mano del miembro de Gustabo, mirando retadoramente a Conway, sonrió. 

— Ah, ya veo quién a les has dado el control, ya decía yo. 

— ¿No estabas haciéndole las gayolas al jefe?

Ambos sonrieron, Conway se movió solo para recargarse en la pared que estaba delante de la cama, junto a la televisión, de brazos cruzados y mirando atento el próximo movimiento de Horacio, el cual fue volver a inclinarse contra Gustabo. 

Esta vez, tomó entre sus manos, los muslos del contrario, empujándolo hacía el centro de la cama, para él posicionarse de rodillas sobre el edredón entre las piernas abiertas de Gustabo. Antes de volverse a acercarse para pegarse a este, se quitó la camisa, la cual voló, y bajó cuidadosamente su prenda inferior, junto con su ropa interior. Ahora sí. 

Volvió a inclinarse hacía delante, provocando que su miembro rozara dolorosamente con el de Gustabo, quien volvió a aguantarse un gemido al sentir, mordiéndose el labio superior con fuerza y cerrando los ojos de la misma manera. Horacio volvió a rodear su cuello con su mano mientras se aceraba a la mandíbula de este y aspiraba peligrosamente el olor que desprendía. Nuevamente sacó su lengua, pero esta vez, el recorrido fue diferente. Inició en su quijada y bajó hasta donde se encontraba su mano apretando.

Gustabo no entendía muy bien porque Horacio actuaba como actuaba, esta lo suficientemente borracho como para no enterarse de que había interrumpido algo que le aseguraba la victoria a Horacio. Pero le gustaba, le gustaba que se comportara así, era la segunda vez que pasaba y la primera vez no le había dado tiempo de apreciar a Horacio en aquel estado, esta vez tampoco lo iba hacer en su totalidad pues se encontraba un poco ido. 

Desde su posición, Conway iba estirando pausadamente las comisuras de sus labios, hasta formar una sonrisa maliciosa en dirección a los hermanos. Podía ver con claridad como en el rostro de Gustabo empezaba a aparecer un rubor por toda la cara, y como la mano de Horacio, la que no estaba en el cuello, bajaba por su abdomen hasta quedar nuevamente en la virilidad de Gustabo, volviendo a apretar suavemente. 

𝐋𝐄𝐓'𝐒 𝐏𝐋𝐀𝐘, 𝐁𝐀𝐁𝐘   [Multishipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora