Capítulo 33

1K 59 108
                                    

Cuenta Tini
Dos meses después
Desperté sintiendo un líquido que viajaba desde mi interior hasta mi garganta, pero me contuve y no lo dejé salir. Abrí los ojos y me mareé sin siquiera haber movido un músculo. Reconocí la habitación de Cande pero no recordaba cómo llegué hasta acá. Me llevé la mano a la frente e intenté juntar los pocos recuerdos del día anterior mientras respiraba profundo para controlar las gigantes ganas de vomitar.

Habíamos salido con las chicas otra vez, de eso estaba segura. Primero nos vimos en lo de Lodovica y tomamos algo de vino, mucho vino a decir verdad, pero después no recuerdo nada. A mi lado estaba Clara durmiendo y su despeinado cabello le cubría el rostro. Luego miré al piso donde estaba Lodo en una especie de cama improvisada.

Cande entró con un aspecto horrible al cuarto y sosteniendo una taza en sus manos.

Cande: Buen día.

Clari roncó fuerte y las dos reímos. Me levanté de la cama sintiéndome muy mal y caminé hasta el baño. Me até el pelo en una colita alta, me lavé la cara y por último cepillé mis dientes. Cuando regresé al cuarto ya todas estaban despiertas y me senté en la cama al lado de Cande. Hicimos un recuento de lo que habíamos hecho la noche anterior y estallamos de risa cuando recordamos que Lodo y yo chapamos con el mismo chico.

Tini: ¿Y si salimos hoy también?

Cande/Lodo/Clari: No.

Clari: ¿Estás loca? Salimos casi todos los fines de semana, ya no aguantamos tanto como cuando éramos más chicas.

Tini: Abrobé dos parciales esta semana boludas, merezco relajarme un poco.

Lodo: ¿Lo de anoche te pareció relajante?

Sabía que mi excusa no bastaría para convencer a ninguna de las tres, y aunque no era mentira eso de que aprobé, en realidad tenía otro motivo para salir a bailar y tomar como venía haciendo desde que Sebastian y yo habíamos dejado de hablarnos hacía dos meses. Él comenzó a ignorar mis llamadas y mensajes, así que dejé de insistir. Nunca me hubiese imaginado que iba a ser yo quien lo lastimara a él, y por eso quería volver a repetir las salidas, no porque me haya convertido en una alcoholica sin control, sino porque durante un par de horas me olvidaba de todo.

Me olvidaba de los cuernos que me metió Ricky, y también me olvidaba de la tristeza que sentí al enterarme que Sebastian siempre lo supo, pero sobretodo olvidaba lo mucho que los quería y extrañaba a los dos.

Si, a los dos.

Cuando regresé a casa hablé con Cami y me dijo que hoy iba a salir con los chicos, así que sin pensarlo mucho le dije que los veía en el boliche de siempre. Seguramente no iba a tomar, pero quería seguir yendo a lugares que me ayudaran a distraerme de todo. Era obvio que Sebastian iba a estar ahí, pero creo que sabría cómo manejarlo.

***

Había mucha gente y me frustré mientras intentaba llegar a la parte de la barra donde estaban ellos. Mi corazón dio un vuelco al ver a Sebastian pero actué como si no pasara nada, y él hizo lo mismo. Los tres sostenían vasos en sus manos y por suerte no se me antojó ni un poco de alcohol, al menos por el momento. A Sebastian lo saludé con una forzada sonrisa que me devolvió sin moverse de su lugar, saludé a Panchito con un rápido beso en la mejilla y a Camilo le di un gran abrazo.

Decidí no alejarme de mi amigo y así evitar tener un incómodo encuentro a solas con Sebastian. Él esquivaba su mirada entre nosotros y se limitaba a ignorarnos. Algo muy dentro de mí se irritó por su indiferencia, sin embargo, fue bueno saber que esta indiferencia por parte de ambos haría que todo transcurriera normal, o eso pensaba.

Después | SebastiniWhere stories live. Discover now