23. Folletos

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Ada:

—Te ves horrenda.

Y así es como Byron Akerman me saluda por las mañanas.

—¿No has dormido o que?. —Byron arquea una ceja, mostrando cierto fastidio. —¿Keith tiene que ver con esto?

—Se llama practicar, inútil.

Mamá baja las escaleras.

—Te sobre esfuerzas demasiado.

Creo que por primera vez y por mi  mamá, lo vale.

—¿Por qué aún no te has cambiado?

—¿Hoy también hay práctica?. —Pregunto sorprendida, pero mamá me ignora y va en busca de mi abrigo.

Suspiro y sigo sus pasos.










(***)











—Ada, puedo hablar contigo. —Me pide Yessenia, la directora del coro.

Le doy un gesto amable, ella me toma del brazo muy despacio y tira de mi hacia un lado, lejos de los padres que acompañan a sus hijos en la práctica y de los mismos miembros del coro.

—Quiero decirte que haces un buen trabajo.

—Trato de hacer lo mejor que puedo…—Se amable, Ada, se amable.

—Y se que por eso puedes dar más.

Mi sonrisa se borra.

—¿Perdón? . —Parpadeo confundida por sus declaraciones. —Crei que dijo que yo soy bue…

—Claro que lo eres, Ada, eres tan buena como tú madre, pero siempre habrán mejores ¿No?

Estoy confundida ahora mismo.

—Dejame, me explico, no quiero ser o parecer grosera, yo soy la directora  y por eso veo claro que hay un desbalance sobre lo que nos otorgaba nuestra anterior principal corista y … ahora tú.

Si tanto le fastidia, podría llamarla.
Oh no, es verdad, acaba de tener a su bebé.

—No te sientas mal, es normal que siempre haya uno mejor que otro ¿No? No siempre debes ser la primera, pero al decirte todo esto, voy a que quizás no lo seas, pero puedes esforzarte más.

Ella arruga el gesto, mirándome con cierta preocupación.

—Vendrás personas importantes, quiero recordarte y que no debe haber lugar para errores …y la verdad es que estoy preocupada.

¿Preocupada?

—No colaboras al irte temprano de los ensayos.

Separo los labios, mi mirada se cruza con la amiga de mamá.

—¿Stefany se quejó sobre esto?. —Pregunto buscando una respuesta directa.

—No solo ella, Ada. La mayoría piensa que crees tener privilegios y que estas aquí, porque tu madre te metió, no al pasar una prueba como todos.

Encoge los hombros y yo intercambio miradas con mi grupo de coro, hasta ahora no lo había notado.

¿De verdad piensan todo eso de mi?

No, todo esto es por la señora Stefany y todo parece indicar que ella es otra Dove Collins en mi vida.

—Y  como directora, tengo la necesidad de ponerme en el lugar de todos y al hacerlo comprendo muy bien la situación… si me hubieran aceptado solo por ser la hija de una de las coristas.

Ella se calla al ver mi rostro enojado, suelta un suspiro y prosigue.

—Solo intento saber por todas si esto es importante para ti como para esforzarte al máximo.

Para mi.

Observo a mamá, quien me sonríe.

—Lo es. —Respondo y ella me devuelve la sonrisa, una sonrisa hipócrita.

—De acuerdo, entonces olvidemos que esta conversación existió.

Ella podrá hacerlo, pero yo no.

Justo cuando creí que era buena en algo, resulta que no terminó siendo suficiente.









(***)







—¿Qué hablaste tanto con la directora?. —Pregunta mamá estacionándose en la puerta de la casa, es un milagro que no haya chocado.

Mamá se quita el cinturón.

—¿Te felicitaba, es eso?

—Si. —Miento, no necesito que mama discuta con los miembros de nuestra comunidad religiosa.

Además…. Esa mujer es la directora del coro ¿No?

Por mucho que me enfade y fastidie, lo que dice es porque es cierto y tiene experiencia, en conclusión, no soy tan buena como esperaba.

—¿Y por qué traes esa cara?. —Inquiere con preocupación.

Ella separa mucho los labios.

—¿Peleaste con Keith?

—Keith y yo estamos bien, no pasa nada.

—Uhmmm ¿Segura?

Ruedo los ojos. —Si, mamá.

—De acuerdo. —Ella abre el cajón que se encuentra encima de mis rodillas y saca lo que parecen papeles de invitaciones. —Mira los nuevos folletos.

Ahora son de color celeste y blancas, con unas aves dibujadas en la parte superior.

—Creo que mejores estaban loa primeros.—Opino.

—Si, pero tenía la fecha errónea. —Ella señala, tapando el número del día.

Y luego lo quita.

—Esa es la verdadera fecha.. el..

—El 16 de febrero.

—Si, esa misma.

El mismo día de la presentación de Art Warriors.

—¿Algún problema, Ada?

Miro su rostro, sus ojos, los ojos de mamá están lleno de ilusión y es lo que me obliga a responder con una sonrisa.

—No, no hay ninguno.

No apuestes al amor (#2 Amores y Apuestas)Where stories live. Discover now