22. Perdimos

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Ada:

—Vamos, de nuevo. —Indica la directora del coro al grupo, una vez que nos escucha dañar la práctica. —Empecemos desde el inicio.

La canción que interpretaremos ese día empieza y mientras todos empiezan en un eco, yo no dejo de mirar el reloj.

Hay práctica y dividir eso con las de la misma iglesia, resulta ser difícil de llevar, además de resultar agotador.

Me duele la garganta.

La directora me hace una señal, aparto mi atención de reloj y empiezo con una entonación elevada.

Canto y todas se me unen, resultando nada del asco.

Los aplausos de las presentes se escuchas, entre ellas mamá, me acerco a ella al acabar y después de una felicitaciones de parte de la directora de coro.

—¿Estuvo mejor?. —Pregunto con una ceja arqueada, a mi lado, mis compañeras se acercan a sus familiares que vinieron a observar la practica.

—Lo están haciendo bien.

Mamá aparta la mirada y la posa detrás de mi. —Oh, Stefany va a repartir las bebidas... ayudemos, cariño.

—¿La practica ya terminó, mamá? .

Ella se detiene.

—Se supone que si pero ya conoces a Stefany, una buena práctica es motivo para recibir un compartir.

Mamá me examina.

—¿Ya quieres irte?

—Quede verme con Art Warriors. —Confieso. —Y ya me hice medio hora tarde.

Mamá suspira.

—De acuerdo, déjamelo a mi, haré que entiendan.

—¿Y podrás?

Ya puedo imaginar lo que dirán, desde que empezó mis ensayos en el coro, Stefany se ha encargado de tratar de meterle ideas a mamá como el que soy una malcriada por irme en medio de las reuniones y eso no es todo, porque también se ha encargado de esparcir por todos los miembros de nuestra comunidad religiosa

Sin embargo, me alegra decir que mamá no ha caído en las ideologías y creencias de esa mujer, debido a como los Akerman llevamos nuestra religión.

—Estas hablando de tu madre, Ada. —Me asegura ella.

Su confianza es lo que me falta escuchar y ya

Y por eso, salgo corriendo, aunque prácticamente ya llegaré tarde.








(***)







—Llegas tarde. —Me dice Tristn de brazos cruzado, mientras bajo las escaleras del sótano, detrás de Keith

—Lo sé y gracias por recordármelo siempre, Tristan. —Pronuncio con total sarcasmo.

—Tal vez si dejaras de llegar tarde a los ensayo.

—Lo siento, un imprevis...

—¿Imprevisto?. —Completa por mi Brianna.

—Tratare de llegar antes.

Ellos aceptan, aunque un poco cansados de mis tardanzas, Keith se vuelve hacia mi.

—¡Hey...! ¿Estas bien?

Asiento con la cabeza.

—Solo es cansancio. —Agotador e insoportable en algunas ocasiones, el coro y la directora es demasiado estricta y casi ni tengo tiempo para ensayar la canción que tocaremos en la guerra de Bandas.

—Trata de descansar más, Barbie.

Con una sonrisa, respondo. —Lo prometo.






(***)






"Oceans".—Repite Keith mis palabras en cuanto nos quedamos solos.

—Es más lenta que "Amazing Grace", pero la letra va más de acuerdo a la ocasión.

El sonríe. —Por algo la escogieron ... ¿Te gusta?

Asiento con la cabeza.

Gustar...

Mientras lo miro, recuerdo las palabras del inútil.

Keith tiene en las manos a Noche, ignorando mis pensamientos y que ya se gracias al inútil, que todo este tiempo el...

—Hable con Byron.

Pero que directa, Barbie.

Keith arquea una ceja y yo sonrio, el deja ir al gato.

—¿Algo de que preocuparte?

Todo lo contrario, Keith.

—Así que... 

¿Cómo se lo digo?

Y al final, con un tono bromista, le encaro.—¿Me has amado toda tu vida, rarito?

Los ojos de mi novio se abren y después sucede algo maravilloso, insulta a mi hermano.

—Ese bas..

Me río y se sonroja.

Dios mío, es la primera vez que veo a Keith Fletcher, alias el raro, sonrojado.

—Barbie.

Dejo de avergonzar lo más . —Lo lamento.

El arquea una ceja. —¿Lamentas que?

—Lamento fingir no darme cuenta.

El sonríe. —¿Fingir?

—Creo que en el fondo lo sabia y tu también, no solo lo que sientes por mi.

Keith mantiene sus ojos en mi.

—También mis sentimientos por ti.

Nos quedamos viendo y sin previo aviso, su boca se encamina a encontrar la mía, su beso es delicado comparo a los otros, pero lo suficiente satisfactorio para dejarme sin aliento y con ganas de más.

Con una sonrisa aparto mi boca de la suya, más no mi espacio.

—Creo que he ganado la apuesta, raro.

El sonríe. —¿Estas segura?

Reclama mis labios por segunda vez.

—Yo creo que ambos perdimos, Barbie.

Es verdad, ambos perdimos.

No apuestes al amor (#2 Amores y Apuestas)Where stories live. Discover now