Capítulo 9

7 2 5
                                    

Tania se fue a las once. Papá y mamá llegaron media hora después.

Me fui a la cama pensando en todo lo que me había dicho ella.

Tyler solo hablaba con algunas personas, entre ellos hermosas chicas que le sonreían coquetamente. También hacía los trabajos de cada clase, pero los maestros encontraban errores que lo llevaban a volver a hacer todo. Además, se había vuelto el chico agradable del salón porque tanto hombres como mujeres lo saludaban y confiaban en él.

El fin de semana pasó muy rápido.

Salí del baño con el cabello mojado. Mi uniforme estaba arrugado y ni siquiera había alcanzado a desayunar.

Corrí rápidamente, creí que no alcanzaría a llegar hasta que la campaña sonó cuando ya estaba por llegar.

Subí las escaleras y pasé la tarjeta antes de que se cerrara la puerta y me dejara afuera, en la entrada.

De nuevo corrí por el pasillo hasta que llegué a la puerta del salón.

—¿Puedo pasar?—Mi respiración estaba agitada.

El profesor de Historia me miró aburrido. Pensé que no me dejaría hasta que asintió segundos después.

Entré y me senté en mi asiento.

[•••]

La cafetería estaba llena. La obra de teatro ya había pasado y ahora todo seguía normal.

Tyler estaba en nuestra mesa y ahora había una chica frente a él y un sujeto a su lado.

Al parecer él estaba empezando una nueva vida social y yo no estaba incluida. Genial.

Tomé una charola y escogí mi almuerzo.

Busqué un lugar para sentarme pero no había nada.

—Ah, ¿también te gustan las hamburguesas?—Tania soltó detrás de mí. También tenía una charola con una hamburguesa, papas fritas y una soda.

Rodeé los ojos. Volví la vista a Tyler.

—Si te sirve de consuelo podemos ir a mi club secreto y hacerte parte de mi secta.

—¿Qué?—Fruncí el ceño mirándola.

Tania y yo caminamos por toda la escuela hasta que llegamos a la biblioteca.

—No podemos entrar ahí. No nos permiten pasar con alimentos.

—Pero nosotras no vamos a la biblioteca—Tania sonrió.

Cada vez más me dejaba confundida.

Entramos a la biblioteca pero no pasamos del mostrador, solo cruzamos a la derecha donde había una puerta. Ahí estaba el cuarto del conserje.

—¿Qué haces?—Solté.

—Tranquila—Cerró la puerta una vez que estábamos ahí.

El lugar olía a vomitada por los trapeadores sucios, pero no fue hasta que, detrás de un letrero de No fumar y un bote de basura vacío había una puerta que daba a un jardín lleno de chicos jugando ajedrez, otros más hablando entre si.

Dios mío todos eran frikis.

—Pero…—No podía creer lo que veía—¿Desde cuando está esto aquí?.

—Se supone que está era una pequeña terraza pata los lectores de la biblioteca, pero tuvieron que quitarla porque somos adolescentes y aunque algunos nos comportamos, otros estarían besándose o tal vez haciendo cosas más… Sucias—Arrugó su nariz mientras se lamía los labios.

—Wow—Nos sentamos en una mesa desocupada—Así que tú conoces a todas estas personas.

—No, en realidad no. Aquí hay nerds, algunos hípsters, pero todos compartimos el espacio lejos de los milenials. Es como un parque. Cualquiera puede entrar y salir, pero cuidamos nuestro espacio y también guardamos el secreto.

Asentí.

Empezamos a comer. Tania me contaba sobre su vida, pero yo la interrumpía preguntándole todo sobre Tyler.

—Si, escucha. Sé que él es la razón por la que tú y yo estamos comiendo en la misma mesa, pero, dime una cosa, ¿Porqué no vas tú y se lo preguntas?.

—No puedo.

—¿Porqué?.

—Sus padres me dijeron que lo dejara solo por unos días.

—Vaya. Les caíste de lo peor—Abrió los ojos mientras sorbía de su soda.

—Ellos mencionaron algo acerca de mantener su propio espacio y dejarlo tener más amigos.

—Pero tu eres su novia.

—… No. Solo somos amigos.

—Si pero a ti te gusta, y tú le gustas a él.

—Eso no es cierto.

—Si lo es. Tus preguntas no son de amigos, en realidad estás celosa.

—Él a sido mi amigo de casi toda la vida.

—Y por eso te gusta.

Casi ahogó un grito.

—Escucha Tania. Tu no sabes de mi vida…

—¿Porqué estás tan interesada en él?—Miró una papa frita con determinación.

—… Él es mi único amigo.

—¿Y porqué no haces más.

—Porque no soy sociable.

Ella puso cara de obviedad.

—¿Qué?—Dije.

Tomó aire, luego sonrió por un segundo.

—… Te das cuenta de que tú y yo estamos teniendo una conversación sin conocernos nada.

—Yo te hablo solo porque quiero saber de Tyler, si quisiera hablarte para ser mi amiga estaría tartamudeando y encogiéndome de hombros.

—Hay por dios—Rodeó los ojos—Eso es lo más estúpido que he escuchado en todo el día.

—Como sea, solo quiero que me digas…

—Que te diga qué Natalie. ¿Que Tyler está haciendo nuevos amigos y tu solo te preocupas por su vida? Es más que ridículo lo que haces.

—Es mi mejor amigo.

—Era. Ahora está haciendo nuevos amigos y a ti te deja olvidada, ¿porqué? Porque sus padres no te quieren cerca…
—Mentira.

—¿Entonces que le dijeron a él para que no te hablara otra vez?

Nadie Más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora