CAPÍTULO 2 CAN

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CAPÍTULO 2


CAN



"La lluvia cae con fuerza creando un muro entre ella y yo, mi cabeza apenas puede procesar lo que acaba de suceder, me encuentro en un estado donde no puedo reconocerme a mí mismo o el mundo a mi alrededor, ¿acaso esto es un sueño? No siento nada, las gotas que resbalan por toda mi ropa no se sienten frías, la noche abrumadora es solo un cambio de color sin brillo y el dolor en mi pecho no tiene sentido... el recuerdo de que todo estaba bien parece lejano como si nunca hubiera sucedido, un sueño que termino y me dejo completamente destrozado. No. Esto no es un sueño, es una pesadilla... y estoy flotando, solo y perdido.


¿Todo esto sucedió realmente? ¡Ella existió y yo la perdí? ¿Como llegue aquí? ¿Que hice tan mal para que ella un día me acogiera entre sus brazos y ahora tengo tanto frio?


Entre toda la neblina de mi mente un alarido de dolor me regresa a mis sentidos, como una avalancha todos los sonidos regresan, las sensaciones que llevo suprimiendo no sé por cuanto tiempo. Limpio mi cara y volteo a donde ese sollozo de dolor me despierta, una empapada Leyla grita totalmente fuera de control, casi como si reflejara todo lo que siento por dentro en este momento. Emre intenta levantarla, pero ella se zafa, en respuesta la reprende insistiéndole que enfermara y eso dañara al bebe... Leyla no escucha y sigue llorando y gritando.


Con cuidado camino hasta donde esta, tomo a mi hermano y lo empujo lejos, estoy seguro de que está más preocupado por su costosa ropa mojada que por su esposa embarazada. Leyla es un desastre, bajo mis ojos a su altura y puedo ver el dolor y la culpa en sus ojos inyectados en sangre, esta desgarrada y me encantaría consolarla, pero no puedo, ella es una de las culpables. Ella dejo que me arrancaran el corazón y se lo llevaran lejos.


Extiendo mi mano para ayudarla a levantarse, sus ojos suplican perdón y ayuda al mismo tiempo, pero esto es todo lo que tengo; tras unos breves instantes toma mi mano, su piel está muy fría y su mano se siente demasiado huesuda. Cuando la ayudo parece que se desmoronará en cualquier momento así que sin aviso la levanto del suelo para llevarla en brazos hasta la sala donde podrá arroparse; si, quizá en este momento la odiaba, pero no podría soportar que otro inocente sufra incluso si la madre es una vergüenza.


Quizá no se mucho de mujeres embarazadas y no recuerdo convivir con alguna recientemente, pero estoy seguro de que deben pesar más, a simple vista parece que este bebe está chupándose la fuerza vital de Leyla.


- Mas vale que no te enfermes Leyla... - las palabras de mi hermano penetran la coraza en la que intento quedarme sumergido, Leyla siente mi coraje y me detiene antes de dejarla en el sillón.


- Por favor, no... - susurra muy bajito. Aprieto los dientes, pero asiento, ya era suficiente de drama esta noche. Ignoro a mi hermano que llega a un lado de Leyla con una pesada manta y me dispongo a irme hasta que alguien bajando las escaleras me congela en mi lugar.


- No puedo creerlo... - con paso lento se para frente a mí con una mirada de tristeza. Niego con la cabeza apretando los puños tratando de controlarme, es casi imposible, el dolor y la furia contenida me están ahogando y quiero explotar - la engañaste... la hiciste creer....


- Quiero que mi hija se recupere... - me explica en un tartamudeo leve.


- ¡No! - le grito acercándome, pero Emre me detiene de inmediato, lo quitó de encima con fuerza.


- ¡¿Qué clase de madre eres?! La engañaste, la hiciste creer que estabas más mal de lo que parece... - apenas puedo hablar de lo enojado que estoy, la mujer que le dio la vida, la que la hundió en ese agujero está aquí como si nada mientras ella está en ese lugar horrible - ¡ERES UN MONSTRUO!

DEJAME ATRAPARTE: ENTRE SUS BRAZOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora