CAPITULO 12
CAN
- No sé porque, tengo un mal presentimiento sobre esto – su pequeña mano tiembla en la mía mientras mira a todos lados en el restaurante. Tengo la misma sensación en la boca del estómago desde que Huma propuso encontrarnos aquí. La opulencia y la elegancia se desbordan en las paredes junto con cada uno de sus comensales que se ven como si acabaran de salir de una fiesta.
- Estará bien, no te preocupes – Leyla le sonríe a Sanem con una mirada de consuelo.
- Han pasado muchas cosas, ¿Qué es lo peor que podría pasar en una cena? – la broma de Emre no hace más que elevar los nervios. Sanem se gira a verme con sus ojos muy abiertos. Para esta ocasión eligió un vestido negro muy ajustado que deja ver un poco de su fina cintura y todo su cabello recogido, me deja admirar sus bellas facciones con más libertad.
- Estaremos bien, una deliciosa comida puede apaciguar cualquier problema – le aseguro, no tengo idea de si la comida es buena o si quiera si es verdad, más vale que así fuera. Asiente con media sonrisa y entrelaza su mano con la mía.
- Lo malo es que también hay cuchillos – responde tomando uno con su mano libre. Me rio sacudiendo la cabeza. Ojalá que las dos mujeres se enfocaran en la comida.
- ¿Dónde está él bebe? – pregunto para cambiar de tema.
- Tía Melahat lo cuida, – responde Leyla con una triste sonrisa. No me pasa desapercibido que, aunque ella y Emre están sentados juntos, es como si hubiera una enorme barrera entre los dos – no dejan entrar bebes aquí, es un lugar muy elegante.
- Siento que romperé algo solo con mirarlo... quizá debí usar otra cosa – susurra Sanem mirándose a sí misma. Casi ruedo los ojos, como si una ropa elegante fuera algo importante, yo mismo no estoy usando zapatos brillantes.
- Te ves hermosa hermana – la consuela Leyla – ¿verdad Can?
- Claro que sí, - respondo besando su cabeza – muy muy muy hermosa.
- Y el único que no se ve elegante aquí es Can, ¿te mataría usar un traje de vez en cuando? – se burla Emre con una postura petulante.
- Ya te mata bastante a ti por los dos – respondo arrojándole una miga de pan. Rueda los ojos con una risa.
- Estoy muy nerviosa, no creo poder comer nada... y eso es muy triste - susurra Sanem observando el reluciente plato frente a ella.
- Yo tampoco – coincide Leyla con un suspiro – estoy amamantando y se cómo son las comidas de este tipo de lugares, voy a necesitar más.
- ¿Qué les parece si vamos a otro lugar saliendo de aquí? Buscaremos algo delicioso... - es como si las dos hermanas estuvieran suplicando por esa idea porque sus ojos brillan con intensidad.
- Ustedes no saben apreciar la buena comida; – Leyla bufa y Sanem voltea a verme como si no entendiera a que se refiere – que empiece la función...
El susurro de Emre nos paraliza a todos. Sanem y yo volteamos y es Mevkibe quien va entrando. Después de que la saludamos nos sentamos otra vez, Emre le deja su lugar junto a Leyla, es un arreglo para que ambas madres no estén juntas. Al mismo tiempo entra Huma.
- Podrías haber conseguido una mejor mesa – me regaña cuando me saluda.
- Yo también me alegro de verte – le prometí a Sanem que me comportaría, cosa difícil porque Huma presiona una y otra vez todos mis botones sensibles; tomo un respiro y ambos nos sentamos.
- ¿Qué hace ella aquí? – pregunta Mevkibe con los dientes apretados a Leyla. Por más que quiere disimular, todos la escuchamos.
- Discúlpame Mevkibe, yo la invite – respondo antes que Leyla.
