MONSTRUO

2K 100 29
                                    

MONSTRUO

Muevo el delicado cubierto en mi mano sin levantar la mirada. Yo no lo hubiera planeado mejor. La tensión, el enojo y la desesperación llenan el ambiente y son los únicos responsables de que hoy, que pensé que sería un día tedioso junto a la mujer mas aburrida que pude haber conocido, se convirtiera en un día especial.

- Lo siento profesor – se disculpa la madre de Sanem. Mevkibe no ha cambiado en nada y aun con eso es una persona totalmente diferente a la que conocí cuando me llevaron a su tierna y destrozada niña. La Mevkibe de ese momento estaba perdida, sola y desesperada... la Mevkibe de ahora tiene un aura de guerra que brilla a su alrededor, aunque conserva la misma energía impaciente y controladora – me temo que debemos irnos.

- No se preocupe, por favor, acepte mis disculpas. No fue mi intención importunarlos en algo tan privado... - le doy una rápida mirada a Deren que se colorea de rojo.

- Mas te vale que no te acerques a Sanem, víbora – la amenaza hacia la madre de Can no surte ningún efecto en la mujer en cuestión. Esta se cruza de brazos y levanta una ceja con la mirada triunfante. Mevkibe sale del restaurante y detrás de ella la hermosa Leyla; el hermano de Can susurra algo a su madre, esta rueda los ojos y regresa la mirada a donde estaba mientras su hijo sale apresuradamente.

- Creo que deberíamos irnos – susurra Deren.

- Adelántate y alcanza a la madre de Sanem, creo que necesita compañía femenina – me mira por un segundo, pero después asiente, se disculpa con la madre de Can y se marcha con paso apresurado.

Cae un silencio entre ambos, hay algo en esta señora que se que puedo usar para mi propósito, es evidente que no esta nada contenta por la relación y hará lo que sea, incluso fingir un berrinche e insultar a su hijo para salirse con la suya y como dice ese viejo dicho, el enemigo de mi enemigo...

- ¿Qué es lo que me quiere decir? – su voz chillona interrumpe mis pensamientos.

- ¿A qué se refiere?

- Todos se han ido y usted sigue aquí. No soy idiota y se leer perfectamente a los hombres, tiene algo en mente y esta relacionado conmigo y con Sanem... - termina su copa y la mueve a su lado. De inmediato aparece un mesero y la rellena.

- ¿Por qué piensa eso?

- Reconozco el deseo en los ojos de un hombre – toma un sorbo y sonríe con desprecio – aunque su gusto es algo barato.

- Tengo gustos específicos, eso es cierto – levanta una ceja y vuelve a tomar de su copa.

- No lo preguntare otra vez – la altanería de sus palabras es casi como un resumen del carácter de esta mujer, no es alguien acostumbrado a pedir, es una mujer que espera atención inmediata y obediencia al cien por cien. Sonrío siguiéndole el juego.

- Creo que ambos... - respondo levantándome de mi silla para acercarme totalmente – queremos lo mismo...

Tomo su mano, que ha pesar de los años se las ha arreglado para que se mantenga suave, y la coloco entre las mías. Una chispa de deseo brilla en sus ojos azules como el hielo.

- ¿Qué cree que quiero? – pregunta enderezando un poco más la espalda para lucir su pecho por debajo del escote.

- Para empezar, quiere a su hijo lejos de Sanem y yo quiero a Sanem para mi... - coloco su mano en mi pierna y con mi mano libre acaricio su rodilla por encima de la tela de su vestido.

- ¿Por qué querría a alguien que es tan poca cosa? – pregunta con mofa. Me acerco a su hombro para susurrar en su oído.

- Me gusta tener mascotas – explico; su mano se aprieta en mi pierna y da otro trago a su copa hasta terminarla.

DEJAME ATRAPARTE: ENTRE SUS BRAZOSWhere stories live. Discover now