Hola mis queridas lectoras! Espero que se encuentren muy bien... otra vez soy yo disculpándome, han sido semanas terribles y no he podido actualizar, primero porque mi imaginación se ha visto terriblemente afectada por la realidad y muchas sabrán de que hablo así que mejor no mencionarlo y porque este capitulo en especial me ha costado mucho trabajo. Parte de crear las historias es que yo las vivo, están pasando frente a mis ojos pero plasmarlas a veces se torna demasiado pesado porque o son momentos demasiado sombríos que me duele escribirlos o demasiado luminosos que las palabras no les hacen justicia, aun así, recuerden que para que haya alegría debe haber tristeza y viceversa. Dejando de lado esto espero que puedas ver el equilibrio como yo lo hago y el avance que poco a poco tienen los personajes... es delicioso comparar el como eran y como son ahora y lo que se les viene, la magia esta ahi.
Fue difícil escribir en particular por una escena que al menos dos semanas no dejo de martillarme la cabeza, espero que puedas ver al igual que yo la fuerza, el crecimiento y la libertad en ella pero si no eres de las que toleran las escenas fuertes, no quiero herir tu sensibilidad ni ofenderla, te sugiero que le adelantes... (donde Sanem camina a la oficina de Can en una gabardina) y vayas directamente al final.
Muchas gracias por sus hermosos comentarios que me llenan de fuerza y aliento para continuar, a pesar de que EK ya acabo y la fantasía que se creo al rededor de ella también, te agradezco que sigas conmigo en este hermoso mundo donde el amor puede con cualquier cosa, ya sea realidad o ficción. Miles de besos y abrazos para todas. <3 <3 <3 <3
CAPITULO 9
SANEM
El frio recorre mis huesos. Toda la suavidad y ardor que dejaron los besos de Can se han desvanecido, es una experiencia extra corporal, estoy flotando y veo todo lo que pasa en total lentitud. La muerte... esta justo frente a mis ojos. No es como cuando murió mi padre porque mi mente de niña me protegió de ese trauma, no la recuerdo, en el presente, justo donde estoy parada no hay protección alguna. El velo de la muerte se ha posado sobre la mujer más admirable y hermosa que tuve el honor de conocer y ha abierto una profunda herida en el corazón que es precioso para mí.
De golpe regreso a mis sentidos. Can llama a la abuela con gritos llenos de furia y dolor, personas entran detrás de mí, aunque apenas soy consciente de ellos y sus susurros, el viento frio se cuela en la habitación por la ventana abierta cosquilleando en mi piel y regresándome a la cruel realidad en la que hemos caído; ¿Qué sucedió? ¿Por qué? ¿Cómo paso? Preguntas que golpean mi cerebro una y otra vez e impiden que me concentre en la horrible imagen, jamás la podre olvidar y se repetirá una y otra vez.
Mis mejillas se sienten muy húmedas y toda mi visión se torna borrosa, son lagrimas... dolor saliendo a raudales de mis ojos.
- ¿Sanem? – las manos de Metin me sostienen de mis brazos sacándome de mi estupor. Toda mi visión se llena de él, jamás lo vi tan afectado.
- Yo... - susurro con la voz ronca, los sollozos se han quedado atrapados en mi garganta – había alguien...
Can sustituye a Metin frente a mí.
- Dímelo Sanem – me pide tomándome con suavidad de mis mejillas – dímelo mi amor, ¡¿quién estaba aquí?!
En sus ojos puedo ver la herida, como sangra y chorrea de dolor; me sostiene con delicadeza, pero sé que está a nada de explotar y eso me recuerda que mi dolor no es nada en comparación al de él. Sacudo mi cabeza enfocándome.
- Entre en la habitación y alguien iba saliendo por la ventana, lo reconocí al instante porque lo vi antes, es el guardaespaldas tatuado que la acompaño a la clínica cuando fue a verme – Can se endereza, es como si algo se le apagara y el asesino que todos lo acusaban de ser tomara lugar. No hay más brillo o desesperación en su mirada, no es más que una máquina de matar con un objetivo, toda la humanidad se ha esfumado dejando apenas los rastros de un hombre.
